Lo que preocupa a los vecinos del humedal Juan Amarillo, en Bogotá
Los residentes de Ciudadela Colsubsidio llevan cinco días protestando no solo por la recuperación de un parqueadero, sino por los planes de adecuación en el ecosistema. Aseguran que la construcción de un puente y un parque afectará la flora y fauna. Distrito dice que no hay riesgos.
Felipe García Altamar / @FelipeAltamar
Los principales proyectos de infraestructura de la administración Peñalosa han tenido una fuerte oposición y tal vez esa sea la razón por la cual apenas los pondrá en marcha en la recta final de su período de gobierno. Un ejemplo es su plan de acondicionar los humedales para el turismo de naturaleza, un proyecto que está claro desde el Plan de Desarrollo.
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Los principales proyectos de infraestructura de la administración Peñalosa han tenido una fuerte oposición y tal vez esa sea la razón por la cual apenas los pondrá en marcha en la recta final de su período de gobierno. Un ejemplo es su plan de acondicionar los humedales para el turismo de naturaleza, un proyecto que está claro desde el Plan de Desarrollo.
Justo este mes empezaron los trabajos en el humedal Juan Amarillo, ubicado entre las localidades de Engativá y Suba. Aunque esto significó un choque entre el Esmad y los vecinos del barrio Ciudadela Colsubsidio, inicialmente por el cierre de un parqueadero ilegal, con espacio para 450 carros y su contaminación, lo cierto es que, según ellos, la situación es más compleja.
Para quienes han tomado la vocería de la comunidad, esta clausura no es más que un pretexto para poner en marcha los planes superiores en el humedal: construir un puente, un sendero ecológico y un parque sobre el clausurado estacionamiento, donde hay canchas y juegos infantiles. Así lo explica Paola Silva, habitante de Ciudadela Colsubsidio, para quien el trasfondo de la protesta no es el parqueadero.
“Ese no es el problema, ni que cojan parte del humedal. Lo que molesta es que pese a la mala calidad del aire, la única medida es extender el pico y placa, pero siguen talando árboles. La construcción afectará al ecosistema y a la comunidad, que lleva 25 años viviendo de forma tranquila”.
En esto coincide David Esteban Contreras, vecino del barrio y miembro del colectivo Yo Soy Humedal, quien cree que “se está hablando mucho del parque, pero la preocupación es por el conector con Suba. Están cavando huecos de varios metros para poner los pilotes del puente, que afectará los suelos y las aguas del humedal. Esos puentes están prohibidos en la política distrital de humedales, vigente por decisión judicial, pues son obras duras sobre la ronda hídrica”.
Tal decisión judicial es uno de los puntos de choque entre la ciudadanía y el Distrito. Mientras los primeros apelan a la orden de un juez, que suspendió el decreto que modificaba el concepto de recreación pasiva de la política de humedales y abría la puerta a obras duras en estas zonas protegidas, para la administración los trabajos nada tienen que ver con dicho decreto, pues están respaldados en el Plan de Ordenamiento Territorial vigente, que es una norma superior.
Más allá de este debate, hay otra preocupación y tiene que ver con la protección de la fauna. Myriam Sánchez, rescatista animal de Ciudadela Colsubsidio, denuncia que, producto de los operativos de esta semana, ha evidenciado la muerte de aves y ardillas, así como la presencia de animales desorientados y agresivos. Por eso rechaza los argumentos de que en el barrio no quieren la obra, porque va a conectarlos con Lisboa, un complicado sector de Suba.
“El puente va a unirnos y decían que por eso no lo queríamos. Ese no es el problema, sino el daño ambiental. Además, del lado de Lisboa nos dicen que tampoco están de acuerdo con la obra”. El descontento de la comunidad se completa con la supuesta falta de socialización del proyecto.
La transformación de un humedal
La renovación del Juan Amarillo inició con la adecuación de un parque ecológico, que llevará el mismo nombre del humedal. El parque estará entre Engativá y Suba y contará con un sendero ecológico de 6,7 kilómetros, para peatones y bicicletas. Además, tendrá aulas ambientales y espacios para la recreación pasiva, en la que se incluyen miradores, observatorios y mobiliario para actividades contemplativas.
En cuanto al puente, en el que invertirán $14.900 millones, se sabe que será una estructura en concreto de 1,4 kilómetros, diseñado como sendero elevado a máximo seis metros de altura. Según el Distrito, la estructura requiere de mínimos apoyos sobre la superficie, pues tendrá un sistema de vigas y columnas, con una separación de 25 a treinta metros. Además, se construirá con materiales que permitan el paso de la lluvia y la luz.
La Empresa de Acueducto y Alcantarillado (EAAB), encargada de las obras, está al tanto de la preocupación de la comunidad por el desarrollo de las obras. Sin embargo, afirma que sí hubo reuniones de concertación en las que desmintieron de forma técnica los peligros por el desarrollo del puente o el sendero.
“Los habitantes estaban preocupados por los posibles riesgos de la flora y la fauna, pero les hemos mostrado técnicamente que dichos riesgos no existen. Por ejemplo, la intervención de la conexión entre ambas localidades garantiza el paso seguro de los habitantes y evita la fragmentación del ecosistema del humedal”.
En la zona donde funcionaba el parqueadero se construirán 15 canchas (seis sintéticas), juegos infantiles y gimnasios, entre otros. Para la directora de la Defensoría del Espacio Público (Dadep), Nadime Yaver, “construir estos parques representa la oportunidad de reconciliación a través de la incorporación de usos recreodeportivos de escala zonal. Los espacios públicos son para el uso y disfrute de los bogotanos y no para el lucro de algunos privados”.
La intervención en el Juan Amarillo ya inició, pese a la oposición. Muchos vecinos completan cinco días de protestas con pancartas y aseguran que no dejarán de hacerlo hasta que cesen las obras. Incluso, dicen que piensan llevar el tema hasta el tratado Ramsar, que el año pasado incluyó 11 humedales de la ciudad en la lista, que propende por acciones de los gobiernos para la conservación y uso racional de los humedales. Para mañana se prevé una reunión entre la comunidad y el Distrito, con el fin de intentar llegar a un acuerdo y explicar mejor los planes para el humedal.