Hay una cuenta incompleta que, durante siglos de intentos, el hombre no ha podido ajustar: que a cada año de nuestro calendario gregoriano (y pasa algo similar con otros calendarios de otras culturas) le sobra 6 horas. Cada 4 años, esas 24 horas acumuladas se convierten en el 29 de febrero. Y pese a que, en teoría, es un día “extra”, las personas suelen vivirlo como un día cualquiera.
“Lo que nos ha faltado generar son opciones creativas de lo que se podría hacer con ese día adicional del año. Imagínese: en principio, cada año calendario implica las mismas actividades (la misma cantidad de clases, la misma cantidad de trabajo, la misma cantidad de plata), pero nosotros no caemos en cuenta de que tenemos un día de más en que podemos decidir totalmente qué queremos hacer”. Ese argumento llevó a la Fundación Despacio a crear una campaña con la que pretenden que el último día de este mes sea vivido como uno diferente.
El objetivo es incentivar una reflexión sobre el uso del tiempo y, de paso, estimular la creatividad de los participantes. “La idea es que se propongan actividades creativas y productivas que les gustaría hacer en este día y después las hagan realidad. Idealmente estas actividades no deben estar relacionadas con las tareas normales del trabajo, pero tampoco deben ser actividades ‘inútiles’ como ver televisión o navegar en las redes sociales”.
Hasta el momento, la Fundación ha recibido respuestas como “montar en bicicleta por la montaña” o “reuniría gente en un parque para contar historias de la ciudad, del barrio”. Cada quien puede hacer su propuesta llenando un formulario. Las propuestas para el Día Despacio se conocerán a lo largo del mes en el sitio de la iniciativa.