El contralor Distrital, Miguel Ángel Moralesrussi, se defendió de las acusaciones que han hecho en su contra en donde lo vinculan no sólo con una presunta participación en el carrusel de contratos de Bogotá, sino también con un presunto sobrecosto en el alquiler de un edificio en donde funcionan actualmente las oficinas de la Contraloría.
El funcionario dijo que lo peor que ha tenido que enfrentar durante todo este tiempo es la condena mediática.
"Gracias a Dios existe el derecho a la defensa o sino ya me hubieran fusilado. La justicia nos dará la razón, saldremos bien librados todos aquellos que hemos sido injuriados y nuestra familias podrán vivir más tranquilos", puntualizó.
Dijo estar dispuesto a dar la cara porque según él, no tiene nada que esconder.
"Esto pasa por los callos que hemos pisado. En un Contralor no está bien que se hable de una participación en un carrusel de conrtratación; soy inocente hasta que la fiscalia dictamine lo contrario".
Aseguró que no es cierto que haya sobrecostos en el arriendo del edificio Amalfi y le dijo al concejal Antonio Sanguino, quien efectuó las denuncias, que sus acusaciones son falsas y que se lo demostrará con documentos.
Igualmente, se refirió al pronunciamiento del auditor de la Contraloría, Aurelio Rodríguez, quien dijo que él mismo le había dicho a Moralesrussi que ese arriendo le parecía muy caro. El contralor aseguró que jamás pasó eso y que nunca ha interferido en su trabajo.