Heliconius melpomene posa exhibiendo el color rojo de sus alas.
Foto: Carolin Bleese, Ludwig Maximilian University, Munich.
Si alguna vez ha exclamado “¡Miren esta mariposa!”, atraído por sus brillantes colores en sus alas, no es el único… o la única. Los machos de la especie Heliconius timareta, que revolotean en el piedemonte llanero colombiano, también buscan “desesperadamente” a las hembras que despliegan sus alas con franjas rojas muy vistosas.
Por Lisbeth Fog Corradine
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