El exilio persiste y requiere soluciones

Desde su publicación hace un año, el capítulo “La Colombia Fuera de Colombia” del Informe Final de la Comisión de la Verdad (CEV) nos muestra la magnitud del exilio colombiano y la experiencia desgarradora de las personas que, tras sufrir diferentes hechos de violencia en el marco del conflicto, se vieron obligadas a huir del país para proteger sus vidas e integridad, y las de sus familias. Desde entonces trabajan arduamente por reconstruir sus vidas en España, Estados Unidos, Ecuador, Costa Rica, entre otros países que les abrieron sus puertas.

El capítulo es un aporte clave para dimensionar un hecho que desafortunadamente sigue ocurriendo hoy, así como para fortalecer el reconocimiento y la atención a esas víctimas que, tras cruzar la frontera, se tornan invisibles.

El análisis hecho por la CEV, en el que ACNUR colaboró activamente dada la relevancia del tema, pone de manifiesto que el exilio ha sido el segundo hecho victimizante en Colombia en número de personas afectadas, después del desplazamiento forzado. Aunque la Unidad de Víctimas indica que desde 1985 hasta el 30 de abril de 2023 casi 27.000 colombianos fueron reconocidos como víctimas en el exterior en 43 países, el capítulo sobre exilio afirma que una buena parte del fenómeno puede estar subregistrado, debido a que cientos de miles de colombianos y colombianas que huyeron durante décadas a causa de amenazas contra su vida, su integridad física o su libertad, no solicitaron formalmente el reconocimiento como víctimas o la protección internacional por miedo a ser ubicadas o identificadas, sino que intentaron rehacer sus vidas en otros países y mantienen la esperanza de retornar a Colombia.

Lamentablemente, el exilio no es un hecho del pasado. La persistencia del conflicto armado y la violencia sigue forzando a las personas a salir de Colombia. Durante el primer semestre de este año, 3,835 colombianos hicieron la peligrosa travesía, a través de la selva del Darién, en su camino hacia el norte. Las razones son complejas e incluyen no solo la búsqueda de mejores condiciones económicas, sino también protección frente a amenazas y afectaciones a derechos humanos en los territorios.

En general, los perfiles de quienes se ven forzados a buscar protección fuera de Colombia se han ampliado con el tiempo. Defensores de DDHH, personas involucradas en procesos de restitución de tierras o sustitución de cultivos de uso ilícito, excombatientes de las FARC-EP, periodistas, miembros de pueblos indígenas y afrocolombianos, mujeres, niños, niñas y adolescentes en riesgo de reclutamiento, y personas con orientaciones sexuales, identidades o expresiones de género diversas, se encuentran entre quienes se ven obligados a huir.

A un año de haberse presentado este capítulo, es importante resaltar la pertinencia y vigencia de las recomendaciones que la CEV realizó solicitando ajustar la política actual de víctimas con el fin de fortalecer el reconocimiento de quienes han sufrido el exilio. Es fundamental que esta ‘Colombia fuera de Colombia’ acceda a la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. En este sentido, la labor de la Unidad para las Víctimas y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) es encomiable.

Los esfuerzos actuales en favor de la paz y la integración socioeconómica presentan oportunidades únicas para que Colombia dé un paso definitivo en la consolidación de soluciones para las víctimas del desplazamiento forzado y el confinamiento, así como para los refugiados y migrantes.

Colombia es uno de los 6 países convocantes al Foro Mundial para los Refugiados, que se realizará el próximo mes de diciembre, en la ciudad de Ginebra. Allí, la voz del país, representando toda la región de las Américas, será clave para entender los desafíos actuales del desplazamiento forzado en el mundo y las necesidades de protección internacional de millones de personas, así como un escenario propicio para compartir su invaluable experiencia en el reconocimiento de las víctimas del desplazamiento interno, de los refugiados y migrantes en el país y de los exiliados colombianos.

*Representante en Colombia de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)

Desde su publicación hace un año, el capítulo “La Colombia Fuera de Colombia” del Informe Final de la Comisión de la Verdad (CEV) nos muestra la magnitud del exilio colombiano y la experiencia desgarradora de las personas que, tras sufrir diferentes hechos de violencia en el marco del conflicto, se vieron obligadas a huir del país para proteger sus vidas e integridad, y las de sus familias. Desde entonces trabajan arduamente por reconstruir sus vidas en España, Estados Unidos, Ecuador, Costa Rica, entre otros países que les abrieron sus puertas.

El capítulo es un aporte clave para dimensionar un hecho que desafortunadamente sigue ocurriendo hoy, así como para fortalecer el reconocimiento y la atención a esas víctimas que, tras cruzar la frontera, se tornan invisibles.

El análisis hecho por la CEV, en el que ACNUR colaboró activamente dada la relevancia del tema, pone de manifiesto que el exilio ha sido el segundo hecho victimizante en Colombia en número de personas afectadas, después del desplazamiento forzado. Aunque la Unidad de Víctimas indica que desde 1985 hasta el 30 de abril de 2023 casi 27.000 colombianos fueron reconocidos como víctimas en el exterior en 43 países, el capítulo sobre exilio afirma que una buena parte del fenómeno puede estar subregistrado, debido a que cientos de miles de colombianos y colombianas que huyeron durante décadas a causa de amenazas contra su vida, su integridad física o su libertad, no solicitaron formalmente el reconocimiento como víctimas o la protección internacional por miedo a ser ubicadas o identificadas, sino que intentaron rehacer sus vidas en otros países y mantienen la esperanza de retornar a Colombia.

Lamentablemente, el exilio no es un hecho del pasado. La persistencia del conflicto armado y la violencia sigue forzando a las personas a salir de Colombia. Durante el primer semestre de este año, 3,835 colombianos hicieron la peligrosa travesía, a través de la selva del Darién, en su camino hacia el norte. Las razones son complejas e incluyen no solo la búsqueda de mejores condiciones económicas, sino también protección frente a amenazas y afectaciones a derechos humanos en los territorios.

En general, los perfiles de quienes se ven forzados a buscar protección fuera de Colombia se han ampliado con el tiempo. Defensores de DDHH, personas involucradas en procesos de restitución de tierras o sustitución de cultivos de uso ilícito, excombatientes de las FARC-EP, periodistas, miembros de pueblos indígenas y afrocolombianos, mujeres, niños, niñas y adolescentes en riesgo de reclutamiento, y personas con orientaciones sexuales, identidades o expresiones de género diversas, se encuentran entre quienes se ven obligados a huir.

A un año de haberse presentado este capítulo, es importante resaltar la pertinencia y vigencia de las recomendaciones que la CEV realizó solicitando ajustar la política actual de víctimas con el fin de fortalecer el reconocimiento de quienes han sufrido el exilio. Es fundamental que esta ‘Colombia fuera de Colombia’ acceda a la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. En este sentido, la labor de la Unidad para las Víctimas y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) es encomiable.

Los esfuerzos actuales en favor de la paz y la integración socioeconómica presentan oportunidades únicas para que Colombia dé un paso definitivo en la consolidación de soluciones para las víctimas del desplazamiento forzado y el confinamiento, así como para los refugiados y migrantes.

Colombia es uno de los 6 países convocantes al Foro Mundial para los Refugiados, que se realizará el próximo mes de diciembre, en la ciudad de Ginebra. Allí, la voz del país, representando toda la región de las Américas, será clave para entender los desafíos actuales del desplazamiento forzado en el mundo y las necesidades de protección internacional de millones de personas, así como un escenario propicio para compartir su invaluable experiencia en el reconocimiento de las víctimas del desplazamiento interno, de los refugiados y migrantes en el país y de los exiliados colombianos.

*Representante en Colombia de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)