El retacero del arte y la memoria

Iván Rincón
22 de diciembre de 2023 - 07:43 p. m.
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Y es así, es de esta forma, como me bautizó el artista y curador Ányelo López en su más reciente exposición “Remandando el corazón como una colcha de retazos”. Espacio que congrega 16 obras que nacieron en las instalaciones del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, España, donde estuve durante 52 días, luego de sufrir un accidente cerebral mientras realizaba una gira de representación del arte latinoamericano y colombiano denominada “Estandarte latinoamericano”. Arte que por suerte recorrió escenarios de Londres (Inglaterra), Aveiro y Porto (Portugal), París (Francia), Roma (Italia), Madrid (España), quedando como pendiente Vilnius (Lituania) y otros escenarios debido al suceso presentado.

Soy un artista plástico y gestor cultural internacional oriundo del municipio de Fresno (Tolima), fundador y director de la Fundación ‘Rinconesarte Internacional’, y radicado en la ciudad de Bogotá desde hace 15 años.

Me veo como una persona apasionada, creativa, soñadora, un “loco del arte” y entregado a las causas. Esa misma locura me llevó a emprender un proyecto por Europa que buscaba hacer un recorrido mostrando el talento de 30 artistas latinos radicados en diferentes partes del mundo.

Esto en un trabajo en equipo con diferentes líderes y gestores de diferentes organizaciones, algunas programadas y otras que se fueron sumando.

La antesala a esto fue una exposición de botas en representación y homenaje a los hijos de MAFAPO (‘Madres de falsos positivos’), trabajo conjunto llevado a la Plaza de Bolívar de Bogotá. Una resistencia pacífica a la guerra; algo que no olvidé en los días más difíciles, mucho menos luchando por mi vida al otro lado del mundo.

Con la Fundación Rinconesarte Internacional, próxima a cumplir 10 años en enero del 2024, he visto que para el arte y la cultura no existen fronteras.

El pasado 6 de septiembre en Impactcafé Tercer Espacio, circuito artístico de Teusaquillo, abrí el corazón y desnudé el alma en 16 piezas creadas en mi proceso de recuperación en la habitación de un hospital. Hecho que marcó mi vida y proceso creativo. Fui una colcha de retazos, el concepto que durante años ha caracterizado mi obra.

Estando en el hospital, después de sufrir el suceso, entendí que la colcha de la que tanto hablaba, y que tanto pintaba era yo mismo… era la vida misma, porque al estar allí entendí que me había desbaratado una parte y la otra yo mismo la tenía que descoser. Todos los seres humanos estamos de cierta manera acostumbrados a lo que es y ya, pero renovarnos, reconocernos, reinventarnos y en este caso remendarnos nos cuesta.

Por eso a través de la obra que nació allí me entendí como eso, como una colcha que empezaba a dar puntadas, algunas para fijar retazos y reforzarlos, otros para despuntarlos y otros nuevos que llegaban para hacer un nuevo remiendo, y así es la vida misma. Los retazos no tienen forma, no se define el color, la textura. Tú los vas uniendo, pero das vida a algo nuevo y en la vida vas recibiendo las cosas como van llegando y así mismo las tienes que ir asumiendo… pero llegas al punto donde debes tomar decisiones, cambiar hábitos, dejar momentos, recuerdos, personas y te quedas con lo que es parte de tu colcha de retazos.

Este proceso ha sido una oportunidad para dar un mensaje a las demás personas, al apreciar la obra en general, los espectadores se identifican y se llevan un mensaje de sanación desde adentro, desde el corazón, desde lo espiritual y emocional, pero desde lo real, desde la vivencia.

A raíz de todo esto fui invitado a la Universidad Nacional de Colombia a dar una conferencia en la Facultad de Ciencias Humanas donde se habló sobre el cuerpo desde la vivencia. Y así, de formas similares he podido contar mi testimonio en otros escenarios.

El tiempo es oro y no lo entendía, antes corría de un lado a otro, el estrés se empezó a apoderar de manera silenciosa, el insomnio, las preocupaciones, tanto trabajo, y olvidarse de sí mismo. Todos esos factores me hicieron colapsar y lastimosamente tuve que sufrir una sacudida extrema para aprender a dejar de ser egoísta conmigo. Ahora sigo en la actividad cultural, sigo haciendo gestión, pero voy a mi ritmo, despacio, siempre con profesionalismo, pero ya dedicando tiempo para mí. Por eso lo digo con justa razón a todos, tratemos de llevar todo con más calma que del afán no queda sino el cansancio o un accidente como el mío.

Con salud estoy ahora desarrollando varios proyectos y dando continuidad a otros, como la construcción de la casa del artista en Fresno, la primera casa-museo de este municipio. También empecé a retomar el trabajo con MAFAPO en algunas actividades, y preparando unas nuevas exposiciones internacionales.

Ha sido un buen trabajo de sanación, con tenacidad y fuerza con el que he llevado mi proceso y tratamiento. Aunque haya cortos circuitos, la actitud y la sonrisa siempre está presente.

Por Iván Rincón

 

conrado(xybxp)28 de diciembre de 2023 - 01:00 p. m.
Excelente. Siempre adelante
JOSE(mpvhd)22 de diciembre de 2023 - 08:09 p. m.
Iván merece el aprecio de todos. Es un ejemplo para quienes han sido aporreados por la sociedad o por la vida, pero que no se quedan en la cuneta. Como alguien dijo: se puede perder una batalla, pero no la guerra, mucho menos la vida. Que su experiencia sea ejemplo para muchos. Para todos, pues ¿quién humano hay que no haya tenido sus frustraciones, sus fracasos? Gracias, Iván.
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