Lo que cuesta la paz

José David Ortega
22 de diciembre de 2021 - 01:51 p. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

En medio de la polarización y los ataques que viven quienes se atreven a buscar una solución a través del diálogo al conflicto social y armado que vive nuestro país, vale la pena mirarnos como sociedad y lo indiferentes que somos con los líderes y lideresas sociales, campesinos, campesinas, indígenas, afros, ambientalistas, defensores y defensoras de derechos humanos, población Lgbtiq, que en la periferia, en lo que llamamos la “Colombia profunda”, son quienes ponen los muertos. Según el Mecanismo Unificado de Monitoreo de Riesgos del Sistema Integral Para la Paz, lanzado el 30 de noviembre pasado en San Jacinto (Bolívar), desde la firma del acuerdo final de paz se han registrado 219 hechos que se constituyeron como masacres en 120 municipios de 23 departamentos y han sido asesinados 1.034 líderes, lideresas y defensores de derechos humanos. Pero sectores políticos, en su indolencia, no proponen más, sino bala, para solucionar las balas.

El Acuerdo de Paz abrió una puerta para la reconciliación, pero hoy, cinco años después de su firma vemos al país hundido en los ataques y las acciones propuestas no se hacen realidad para dejar sin piso a quienes son enemigos férreos, teniendo en cuenta que son los que hoy gobiernan y prometieron hacer trizas la paz.

En ese escenario, es clave el papel que debemos jugar quienes seguimos creyendo que el diálogo es la salida. Colombia no puede estar condenada a transitar por el camino de la guerra. Pero el diálogo con todos los actores armados debe darse con garantías para que dejen las armas sin temor a que los maten, como ha pasado con los 299 exguerrilleros de las Farc-ep que, creyendo en un acuerdo y en una sociedad, dejaron las armas y hoy los han asesinado; o los jefes de las AUC que fueron extraditados, traicionados y sin que contaran la verdad a las víctimas de lo que pasó en el conflicto armado.

Cuando digo todos los actores, son todos: Ejército de liberación nacional (Eln), Grupos Armados Organizados (Gao), Grupos Armados Organizados Residuales (Gaor), Grupos Delictivos Organizados (Gdo), para que no seamos indolentes con quienes ponen los muertos. Para eso debemos dar varios pasos. El primero es buscar acuerdos humanitarios que permitan desescalar el conflicto armado en los territorios, donde la gente ya no aguanta más el miedo y la zozobra. El segundo, replantear qué hacer con la ley 1908 de 2018 “por medio de la cual se fortalecen la investigación y judicialización de organizaciones criminales, se adoptan medidas para su sujeción a la justicia y se dictan otras disposiciones”, pues se deberá impulsar una campaña para que se derogue o por lo menos se modifique porque no ofrece garantías para los que se quieran someter a ella y es un obstáculo para la paz.

Igualmente, buscar herramientas jurídicas para el cumplimiento del decreto 2124 con el fin de que los funcionarios que no acaten las recomendaciones del sistema de alertas tempranas (SAT) de la Defensoría del Pueblo sean sancionados disciplinariamente.

Lo anterior a riego de que nos tilden de protectores de terroristas y demás, pero para no ser indolente con quienes mueren por la guerra hay que soportar estigmatización, señalamientos y amenazas. Eso es lo que cuesta la paz con justicia social.

*Vocero de la Asociación de Campesinos del Sur de Córdoba (Ascsucor)

Por José David Ortega

 

Igor(19369)22 de diciembre de 2021 - 07:15 p. m.
Después del mayor fraude político en la historia del país, después de haber robado la voluntad popular, lo único que quedó fue una burocracia millonaria, pero de paz nada. Y por eso defienden los acuerdos por los millones de dólares involucrados. Ahora, luego de las muertes de Romaña y el Paisa, se muestra que la estrategia militar era la solución con estas guerrillas marxistas.
  • Humberto(12832)23 de diciembre de 2021 - 01:06 a. m.
    toda la vida he escuchado que más vale un regular acuerdo que un buen pleitp
  • Humberto(12832)23 de diciembre de 2021 - 01:01 a. m.
    mátenlos a todos y conviértanse en asesinos. No jodan más. No han sido capaces estos amigos de la muerte y enemigos del diálogo de acabar con todos en 60 años,lo van a hacer en otros sesenta años. Buena suerte para sus nietos que los míos ya están fuera de Colombia. Los invité a que vivieran en otra parte porque aquí, sin que busquemos entendernos, NO HAY FUT URO para ellos
Atenas(06773)22 de diciembre de 2021 - 03:36 p. m.
¡Y dale EE con su bodrio de la indigna paz! Hoy causa de esta violencia sin par en aquellas regiones donde fácil le entregaron a los guerrillos las mejores zonas en las q' se hicieron amos y señores de vastas regiones pa el cultivo de hoja de coca, hasta llegar hoy a ser el país productor del 70% de la cocaína en el mundo.
  • Dario(j1520)22 de diciembre de 2021 - 05:37 p. m.
    Error! el fortalecimiento de los grupos ilegales en esas zonas se debe al incumplimiento del gobierno, el desinterés y la desidia en copar la zonas abandonadas por las FARC. Atenas diosa de la sabiduria y la guerra, mas bien de la guerra, dígame q guerrilla en el mundo se ha acabado con plomo? La penalización de las drogas las hace rentables y eso alimenta a esos grupos, la pobreza, falta d oportu
Jim(316q7)22 de diciembre de 2021 - 02:36 p. m.
La paz cuesta mucho menos que la guerra pero esta verdad no la quieren entender los finqueros y latifundistas, ellos no ponen los muertos y al contrario se benefician directamente con la inmensa poblacion de gente pobre.
  • Humberto(12832)23 de diciembre de 2021 - 01:04 a. m.
    desplazada por ellos para hacerse a sus tierras "abandonadas" y escrituradas "de buena fe" por los patrocinadores de la guerra y el plomo.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar