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La paz es un asunto de interés público

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Juan Ospina
30 de junio de 2024 - 06:36 p. m.
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La prevalencia del interés público y el respeto por los asuntos privados son elementos esenciales de la democracia. La distinción entre lo público y lo privado continúa siendo un área de estudio interesante en las ciencias sociales. Además, los contextos y el paso del tiempo producen reflexiones que cambian lo que se entiende como vinculado a alguno de estos dos ámbitos, así como su coexistencia, pues las personas solemos desarrollar acciones a partir de una mezcla de intereses individuales y sociales.

La paz es un asunto que puede explicar esa correlación. Existen innumerables reflexiones sobre la paz como una disposición y un camino personal, atendiendo la frase de Gandhi de que “no hay camino para la paz, la paz es el camino”. También se ha entendido la paz como un asunto de interés público, especialmente como un derecho que debe ser garantizado por el Estado y que busca, también como valor y fin constitucional, la coexistencia y convivencia fundante de la sociedad.

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En esa dirección, la paz no solo es una aspiración que requiere nuestro compromiso personal, sino también un acuerdo colectivo sobre el interés general. Por esa razón, las instituciones del Estado, las autoridades y la sociedad civil, en la suma de sus individualidades diversas, deben estar a disposición de la paz, especialmente en contextos donde se debe lidiar con las consecuencias de los conflictos armados y las violencias estructurales, como en el caso colombiano.

La canalización del conflicto a través de medios políticos, la prelación de las soluciones pacíficas y el deber de garantizar progresivamente los derechos humanos, son elementos esenciales que ha identificado la Corte Constitucional. Es un enfoque sobre la paz que se basa en el deber fundamental de las autoridades de generar condiciones para la satisfacción de los derechos humanos y, al mismo tiempo, buscar preferentemente salidas dialogadas a los conflictos con las organizaciones armadas rebeldes y las estructuras de crimen organizado, al ser estas determinantes en la brecha que no impide contar con condiciones adecuadas de convivencia pacífica.

Ese deber supone una amplia discrecionalidad del Gobierno nacional de establecer las políticas para la satisfacción de las garantías sociales a cargo del Estado, así como determinar cómo, cuándo y con quién establece procesos de paz, y cuándo utilizar la fuerza pública y coercitiva del Estado para proteger los derechos de las personas (C-069 de 2020), lo que además se refuerza en un amplio diálogo público para la toma de decisiones. Ese diálogo social, como un asunto novedoso, se ha promovido desde el interior de los actuales procesos de paz.

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La participación de la sociedad en la construcción de la paz, en el curso de los procesos de diálogo, es una invitación novedosa en nuestra robusta historia en esta materia. Es una apuesta que promueve la paz como un asunto de interés público y que invita a la reflexión personal y colectiva sobre lo que estamos haciendo y aún podemos hacer para bregar con el pasado, así como generar condiciones para la coexistencia con garantías de no repetición.

Los distintos sectores de la sociedad debemos promover un interés público frente a la paz, concurriendo colectivamente y contribuyendo en su construcción desde la diversidad. La empatía nos acerca a la realidad del otro, ese otro que nos representa en condiciones de humanidad no importa en donde se encuentre. El bienestar personal está atravesado por la prosperidad colectiva.

La paz en Caldono, Chocó o Arauca es un asunto de interés público, así como lo es la seguridad de las personas en el transporte público o las calles de las ciudades que no sufren directamente los conflictos armados.

Los asuntos públicos fundamentan la democracia y la construcción de la paz necesita de todas las voces. La participación para la paz en Colombia fortalece la democracia y frena el deterioro que sufre por la apatía, la cual no solo se presenta en momentos electorales. Además, la participación permite imaginar las condiciones que requiere la paz, los elementos para su consolidación y la visión de futuro que requiere cualquier proyecto de nación.

La paz es un asunto de interés público que necesita de la activa y permanente participación de la sociedad. Sin un esfuerzo colectivo por afrontar el pasado y gestionar el presente, no podremos construir una sociedad en la que sea posible coexistir en la diversidad.

 

gloria(68162)01 de julio de 2024 - 12:50 p. m.
Señor, pensar la paz debería ser un proyecto colectivo, ir en busca de ese bien común, nos sacaria de este atranque que tenemos como sociedad, el punto es que, los que se lucran de la guerra son el cortapisas para que esto sea solo un sueño, el cansancio de vivir atravesados por la violencia, cansa y aniquila cualquier otro sueño.
Oscar(36876)30 de junio de 2024 - 10:00 p. m.
Juan. El tema pasa porque este gobierno mal entiende el camino hacia la paz y reconciliación del país. En este gobierno el odio solo hay espacio para el resentimiento y el llamado a la violencia sobre una base espuria. Eso es este gobierno.
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