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Pasó diciembre con su alegría y llegó enero, febrero y casi Semana Santa. ¡Ah! ¿Sigue buscando, enviando hojas de vida, participando en convocatorias, llamando a cuanto sitio te dicen, comentándoselo a amigos, familiares, llorando, fumando más de la cuenta, tomando tinto e irritable?
Ni la “titulitis”, ni la experiencia, tampoco los dos, o tres idiomas, cuentan a la hora de buscar un empleo, pero si tiene pasados los 40 aunque tengas excelente curriculum vitae, la propuesta de honorarios es vergonzosa.
“He estado aplicando y me encuentro con varias situaciones, la primera es que piden ciertos requisitos académicos, la mayoría solicita un posgrado y yo sólo tengo pregrado y aunque tengo muchos años de experiencia lo del posgrado pesa muchísimo. Veo también que los salarios son muy bajitos y piden escribir, editar, tomar fotografías, hacer vídeos, manejar redes… y te pagan tres millones. La suma de todos estos factores hace que la búsqueda sea muy desalentadora”, comentó una colega ante la pregunta ¿Con qué te has encontrado a la hora de buscar empleo?
En la monografía “El desempleo y sus consecuencias en la salud mental” realizado por Juan Pablo León Silva y Milton Rincón Ibarra aseguraron que afecta a un grupo de población más que a otros. Las mujeres que tienen hijos o piensan en tenerlos, personas mayores de 45 años o con pocos estudios o escasa preparación profesional, aquí se incluyen los y las jóvenes por falta de experiencia profesional. (https://repository.uniminuto.edu/bitstream/10656/14440/2/UVDT.P_LeonJuaninconMilton_2022.pdf).
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en Colombia se alcanzó en enero de 2022 una tasa de desempleo del 14,6% que por fortuna en 2023 cerró el año con un 10%, cifras en la que entran todos los sectores nombrados, además de uno ampliamente cualificado y en el que Colombia tiene un gran déficit.
¿Por qué personas con especializaciones, maestrías y doctorados, ¿se encuentran fuera del glorioso mundo laboral? Les doy algunas pistas y puedo explicarlo con plastilina, luego pueden profundizar.
¿Conoce usted algo que se llama meritocracia, pero que se funde, digo se confunde con la corrupción y el enchufe? ¿Conoce el cacicazgo, el clientelismo y la lagartería? Yo también. No es ajeno a la mayoría de políticos (no importa la rama de nuestro sistema democrático, es parte de su cultura), ni empresarios de la educación, ni… ¡Ay! Ni sigo, ustedes conocen la lista, que en las regiones se acentúa. ¿Les gustaría acercarse a Antioquia, Boyacá…? Recuerde, son 32 departamentos.
Según datos de Colciencias, hay 16 personas graduadas de doctorado por cada millón de habitantes, un incremento del 37.5 % con respecto a 2014, aunque es mucho menos que en Estados Unidos, en donde se gradúan 200 por cada millón de personas.
Dan ganas de sentarse a llorar, aunque suene a lugar común, leer las convocatorias que en los Términos de Referencia (TdR) piden contextos, diagnósticos, análisis y un rosario de productos para entregar en pocos meses por unos honorarios que no corresponden a las exigencias. Ocurre con frecuencia en las relacionadas con derechos de las mujeres y de género, acciones que no ayuda a la equidad. “Ponen una lista larga de lo que hay que hacer y pagan muy poquito”, manifestó una contratista.
Pero la búsqueda de empleo no queda solo en búsqueda ¿Qué pasa con la salud mental?
La definición de salud, con debates, pero la más aceptada, la da la Organización Mundial de la Salud -OMS- que enuncia como el estado óptimo de bienestar a nivel psicológico, físico y social y no exclusivamente como la ausencia de la enfermedad.
Las repercusiones que tiene para la salud de las personas que buscan empleo entre otras, podemos hacer referencia a la baja autoestima, pues según refiere la monografía citada, existen distintos estudios que han documentado cómo la persona que ha perdido su empleo experimenta sentimientos de inseguridad, culpa, fracaso e inutilidad que impactan directamente en la autoconfianza y la percepción que tiene sobre sí misma.
De igual manera, tanto las personas que pierden el empleo como quienes lo buscan pueden padecer estrés, depresión, ansiedad, aislamiento social, conductas violentas y somatización, con lo cual no solo es desalentadora la búsqueda de trabajo, sino que afecta la salud mental y puede ser un detonante para el suicidio.
Los problemas estructurales no cambian en un acto de magia como tampoco la cultura y ambos hacen parte del mismo paquete, de tal manera que la tarea de buscar transformaciones continúa. Si bajásemos a 0% el desempleo ¿Tendríamos conflicto armado?
¿A dónde envío mi hoja de vida? “Gracias a la vida que me ha dado tanto”. Nos diría la música, compositora y poeta, Violeta Parra. Gracias Violeta, seguimos en las filas del optimismo.