¿Qué podemos esperar de los diálogos con el ELN?

Universidad de La Sabana
11 de febrero de 2017 - 06:30 p. m.
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Los diálogos, se enmarcan dentro de seis principios previamente establecidos, que esperamos sean cumplidos: (i) la participación de la sociedad civil, lo cual no ocurrió plenamente desde el comienzo en los diálogos con las FARC-EP; (ii) Democracia para la Paz, con su reinserción civil, política y económica, con los ajustes que se le han hecho al Acuerdo Final y que será propicio renegociar; (iii) Transformaciones para la Paz, dentro de las cuales estará como protagonista la justicia transicional, toda vez que el ELN tiene 4984 casos judicializados por secuestros; (v) Seguridad para la paz y dejación de armas, lo cual significa que el ELN debe reconocer a sus víctimas y debe liberar a sus secuestrados y, (vi) Garantías para la participación política, que seguramente será similar a la de las FARC, con voceros en el Congreso.

Creo sin embargo, que esta guerrilla debe entregar previamente la lista de sus supuestos 1500 integrantes, si es que ese llega a ser el número de militantes efectivos y milicianos urbanos, liberar a los menores militantes, cesar los ataques subversivos y comprometerse con la libertad retornando a los secuestrados que no ha querido reconocer aún tiene retenidos.

Recordemos que en 1975 se incorporaron a esa guerrilla células urbanas del magisterio bogotano, surgiendo también contradicciones con la denominada facción de los “históricos” que eran rurales, los cuales ahora tienen el gran reto de reivindicar esos derechos en las Mesas de Ecuador y buscar que la Reforma Rural Integral – RRI de los Acuerdos del Teatro Colón sean efectivas y aplicables. 

Hace ya cuarenta años la acción subversiva del ELN se fortaleció y, esperemos que no se efectúe una sangrienta conmemoración de los alcances del Paro Cívico Nacional del 27 de febrero de 1977 (“El Febrerazo”), lo cual les permitió en esa época “reencaucharse” en la Comisión Coordinadora Nacional – CCN, el Frente Camilo Torres, el Frente Central y, el Frente José Lozano Sepúlveda.

Ese reencauche se logró gracias al gobierno de Alfonso López Michelsen, pues un estudiante de la Universidad de Bolívar de apellido Utria, había expuesto al gobernador de Bolívar Álvaro Escallón Villa, íntimo amigo de López y compañero suyo en el MRL, que el ELN podría entregarse pero no al Ejército, sino directamente ante el presidente de la república, vestidos decorosamente, con armas nuevas y uniformes y calzado que el gobierno debería proveerles, junto con víveres suficientes y medicamentos, para presentarse ante el público y los medios de comunicación como un ejército aún combativo, cuando ese movimiento subversivo se hallaba al borde de la desintegración.

Desde los diálogos con el Gobierno Nacional en Tlaxcala, México en 1992 y, los encuentros de 1998 en Maguncia, Alemania, con la posterior firma del Acuerdo “Puerta del Cielo”, cuando el gobierno de Andrés Pastrana les otorgó status político, hasta la “Declaración de La Habana” de 2001 y el establecimiento de la mesa de diálogo Gobierno-ELN de 2005, así como la base de un Acuerdo de Paz en 2007, han transcurrido diez años y aún, estamos a la expectativa del cese bilateral al fuego, el cese de los secuestros y acciones contra la infraestructura y la liberación de los niños combatientes para que en un plazo breve logremos la firma con el ELN de un Acuerdo, que también con ellos fortalezca una paz estable y duradera.

 

Por: Hernán Alejandro Olano García, profesor de la Universidad de La Sabana. 

 

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