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Por Bertha Lucía Fries M.
Estoy convencida de que el perdón y la reconciliación no tienen color político. Hace poco, ante el monumento de los militares y policías caídos por el conflicto armado, el Partido FARC decidió llevar una ofrenda floral como un acto de perdón.
Los caídos y afectados no sabrán de este acto, pero sus familias y presentes conocerán que este gesto se llevo a cabo. Vengo como una de las representantes de la reconciliación, estoy convencida de que la oportunidad que nos dio el Acuerdo de Paz debemos seguir defendiéndola al igual que debemos buscar unidad entre todos los colombianos.
Para algunos es inconcebible que yo como víctima del atentado de la entonces guerrilla de las Farc al club El Nogal, que dejó un saldo de 36 muertos y 198 heridos, esté buscando tender puentes entre los que alguna vez estuvimos en orillas diferentes. Puse mi piel, mi familia se afectó y no queremos que nadie más vuelva a sufrir las inclemencias de la guerra.
El Papa Francisco hace dos años estuvo en nuestro país promoviendo la reconciliación, en Villavicencio nos dijo : “La reconciliación no es una palabra que debemos considerarla como abstracta; si eso fuera así, sólo traería esterilidad, distancia. Reconciliarse es abrir una puerta a todas y a cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto. Cuando las víctimas vencen la comprensible tentación de la venganza, se convierten en los protagonistas más creíbles de los procesos de construcción de la paz”. Invito a aquellas victimas y personas que están llenas de odio a que se den permiso para reflexionar sobre el perdón y la reconciliación.
Así como he liderado encuentros de reconciliación entre víctimas del Club El Nogal con las Farc y entre otras víctimas del conflicto con sus responsables, así como estuve presente en el primer acto de reconciliación entre las Farc con las AUC (Pablo Catatumbo y Freddy Rendón Herrera o el "Alemán") estuve en el acto de perdón que las Farc promovieron con los militares y policías caídos y afectados por el conflicto armado.
Reitero, no milito en ningún partido, el perdón y la reconciliación no tiene militancia específica porque debe ser de cada uno de los colombianos.
Dicen que las velas tienen poder. Tienen la magia de la intención y la fe. Por eso mi intención es enviar un mensaje al país de que sí es posible que el Partido FARC continúe con su compromiso de aportar a la paz a pesar de que haya unas pocas disidencias. La fe que tengo es la esperanza de que sí vamos a lograr la paz deseada a pesar de las dificultades.