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Vías terciarias: un camino hacia la paz y la modernización

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Camilo Cetina*
26 de febrero de 2023 - 08:00 p. m.
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La red de vías terciarias en Colombia alcanza los 142 mil km: esto es 20 veces la meta (al menos hasta la pandemia) de contar con concesiones en vías 4G, consideradas como un pilar para la competitividad del país. Sin embargo, a pesar de su considerable extensión sólo el 10% de la red de carreteras terciarias en Colombia se considera en buen estado. El inventario de dicha infraestructura ha sido tan desafiante, que apenas en 2022 tuvo que usarse inteligencia artificial para poder procesar cerca de 8.000 imágenes satelitales, que capturaban 993.540 km2 (87%) del territorio nacional, e identificar así la longitud y ubicación de las vías terciarias.

La Red Terciaria cumple una función de interconexión entre las veredas, las cabeceras municipales y las carreteras departamentales. Generalmente estas vías son angostas, muy pendientes, y no están pavimentadas. El desafío detrás de la identificación de la red vial terciaria y de incorporar su mejoramiento y mantenimiento habría pasado desapercibido de no ser por el Acuerdo de Paz. En particular, el punto 1 del Acuerdo Final - Reforma Rural Integral-, incorporó las mejoras a la conectividad vial como una meta necesaria, de forma tal que se facilite el desarrollo económico y social de las regiones especialmente afectadas por el conflicto o priorizadas por los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET).

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Mantener y mejorar la infraestructura vial terciaria supone un punto clave en la reducción de disparidades regionales en Colombia de modo que, por ejemplo, las comunidades tengan las herramientas para comercializar sus productos, se reduzca las limitaciones a los niños para asistir a las escuelas rurales y en general se mejore la calidad de vida de la población.

Atendiendo a su importancia, el Gobierno actual creó un programa llamado Caminos Comunitarios de la Paz Total, que contempla una inversión de $8 billones para el fortalecimiento y la mejora de las vías terciarias, de forma que el 33% de la malla vial rural quede en buen estado. Dentro de las propuestas está la concurrencia de varias autoridades (como la Agencia de Renovación del Territorio, gobiernos subnacionales, entre otros) lidere la activa mejora de esta red y consideren la participación de las comunidades en la construcción y mantenimiento de estos proyectos.

La evidencia científica sugiere que la participación de las comunidades en este tipo de proyectos trae efectos positivos para la selección de los mismos. De acuerdo con experimentos desarrollados por Benjamin Olken (MIT) y Esther Duflo (Nobel de Economía, 2019), los proyectos de infraestructura local que definidos por las comunidades (y no por representantes políticos), tienen un mayor impacto en la satisfacción de los ciudadanos. Aun mejor: Olken encontró que los pueblos con decisión directa de las comunidades fueron 14 puntos porcentuales más probables de ubicar proyectos de mujeres (propuestas desarrolladas y votadas exclusivamente por mujeres).

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La rehabilitación y mantenimiento de las vías terciarias son un instrumento fundamental en la construcción de la paz: por un lado, ayudan a reducir las disparidades socioeconómicas que existen entre los grandes centros urbanos y las zonas rurales, al integrar a éstas últimas en la actividad económica jalonada por las primeras. Por otra parte, mejora la calidad de vida al permitirle a las poblaciones veredales mayor movilidad para acceder a servicios de salud, educación, deporte, cultura, entre otros. Y finalmente, los proyectos se constituyen en un dispositivo para que haya mayor integración entre el Estado y los ciudadanos, así como mayor participación comunitaria en las decisiones que afectan a las comunidades.

Con el programa Caminos Comunitarios se mantiene viva la esperanza de millones de colombianos que han reclamado desde siempre la conexión vial para el desarrollo de sus territorios, para gozar de una vida digna y superar el aislamiento en el que los mantuvo el conflicto armado. Hay voluntad por parte del Gobierno Nacional y altas expectativas desde las comunidades, hoy más que nunca mejorar las vías terciarias se convierte en un camino obligado para la consolidación de la paz en Colombia.

*Director del Fondo Colombia en Paz

Por Camilo Cetina*

 

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