Las consecuencias del paro armado del Eln
El paro armado del Eln, que comenzó el pasado 10 de febrero, se acabó. O eso es lo que se espera de la guerrilla, que aseguró que sólo iba a durar hasta el 13 de febrero. El balance, después de tres días de atentados, es preocupante. El Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) registró 14 acciones violentas en varias zonas del país, como Antioquia, Cesar, Arauca, Chocó y Nariño.
Redacción Judicial
En Antioquia, por ejemplo, se registraron tres hechos que alteraron el orden público. El primero fue el incendio de un vehículo de transporte de pasajeros, en la vereda La Linda, del municipio de Toledo. El segundo, un ataque con un artefacto explosivo a una patrulla del Ejército en Puerto Valdivia. Y el tercero, un incendio a un vehículo de carga en la vía Yarumal-Valdivia. En Arauca, por otra parte, miembros del Eln bloquearon las vías Tame-Arauca y Tame-Fortul, atravesando en ambas vehículos de carga.
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Cesar fue uno de los departamentos más afectados por el paro armado, luego de que el Eln no hacía presencia con fuerza hacía años. Uno de los ataques afectó dos peajes en la carretera Río de Oro-Agua Clara-Gamarra. Los puntos de recaudo hacían parte de la Ruta del Sol 2, entre Norte de Santander y Cesar. Según explicaron habitantes del sector, miembros del Eln habrían llegado hacia las 2:30 a.m. e hicieron desalojar las casetas de recaudo para así llenarlas de dinamita. Los mismos habitantes aseguraron que hubo enfrentamientos con las unidades del Ejército que llegaron a la zona. Además, la guerrilla atacó con explosiones el puente Amarillo, en el corregimiento La Mata, del municipio de Pelaya.
Asimismo, uno de los sectores más afectados por el paro armado fue el del transporte de carga, que sólo el pasado fin de semana perdió más de $4.000 millones. De acuerdo con la Federación Colombiana de Transportadores de Carga (Colfecar), esta cifra corresponde al lucro cesante de los camiones que no pudieron circular por varios corredores del Cesar, ya fuera por tramos cerrados por quema de vehículos o por el alto represamiento de carga que se encontraban en carretera desde y hacia la costa.
El puente Simaña –también en el Cesar– fue atacado el pasado sábado por el Eln con explosivos, lo cual afectó a 1.500 vehículos de carga que diariamente mueven leche, arroz, carne, cemento y carne. Antes de la medianoche, el Invías logró restablecer el paso por este puente para todo tipo de vehículos, utilizando la estructura antigua, que debió ser reforzada para que pudiera soportar el peso de camiones y buses intermunicipales. Inicialmente realizó pruebas de carga para asegurarse de que la estructura resistiera y, luego del éxito de éstas, autorizó el paso de los vehículos, aunque con circulación restringida y uno a uno.
Vea también: Proceso de paz con el Eln, en jaque
Mientras el país soportaba los ataques durante los tres días de paro armado, la guerrilla reiteró, durante las reuniones que tuvo con la delegación de paz del Gobierno, “su disposición a iniciar formalmente y de inmediato el V ciclo de conversaciones, para tratar de buscar acuerdos que rebajen la intensidad del conflicto, pactar un nuevo y mejor cese al fuego lo más pronto posible, avanzar en el diseño de la participación, dar unos primeros pasos de la misma; adelantar el proceso de diálogo humanitario en el Chocó y terminar de precisar el acuerdo del programa de desminado para tres zonas en el departamento de Nariño”.
En Antioquia, por ejemplo, se registraron tres hechos que alteraron el orden público. El primero fue el incendio de un vehículo de transporte de pasajeros, en la vereda La Linda, del municipio de Toledo. El segundo, un ataque con un artefacto explosivo a una patrulla del Ejército en Puerto Valdivia. Y el tercero, un incendio a un vehículo de carga en la vía Yarumal-Valdivia. En Arauca, por otra parte, miembros del Eln bloquearon las vías Tame-Arauca y Tame-Fortul, atravesando en ambas vehículos de carga.
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Cesar fue uno de los departamentos más afectados por el paro armado, luego de que el Eln no hacía presencia con fuerza hacía años. Uno de los ataques afectó dos peajes en la carretera Río de Oro-Agua Clara-Gamarra. Los puntos de recaudo hacían parte de la Ruta del Sol 2, entre Norte de Santander y Cesar. Según explicaron habitantes del sector, miembros del Eln habrían llegado hacia las 2:30 a.m. e hicieron desalojar las casetas de recaudo para así llenarlas de dinamita. Los mismos habitantes aseguraron que hubo enfrentamientos con las unidades del Ejército que llegaron a la zona. Además, la guerrilla atacó con explosiones el puente Amarillo, en el corregimiento La Mata, del municipio de Pelaya.
Asimismo, uno de los sectores más afectados por el paro armado fue el del transporte de carga, que sólo el pasado fin de semana perdió más de $4.000 millones. De acuerdo con la Federación Colombiana de Transportadores de Carga (Colfecar), esta cifra corresponde al lucro cesante de los camiones que no pudieron circular por varios corredores del Cesar, ya fuera por tramos cerrados por quema de vehículos o por el alto represamiento de carga que se encontraban en carretera desde y hacia la costa.
El puente Simaña –también en el Cesar– fue atacado el pasado sábado por el Eln con explosivos, lo cual afectó a 1.500 vehículos de carga que diariamente mueven leche, arroz, carne, cemento y carne. Antes de la medianoche, el Invías logró restablecer el paso por este puente para todo tipo de vehículos, utilizando la estructura antigua, que debió ser reforzada para que pudiera soportar el peso de camiones y buses intermunicipales. Inicialmente realizó pruebas de carga para asegurarse de que la estructura resistiera y, luego del éxito de éstas, autorizó el paso de los vehículos, aunque con circulación restringida y uno a uno.
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Mientras el país soportaba los ataques durante los tres días de paro armado, la guerrilla reiteró, durante las reuniones que tuvo con la delegación de paz del Gobierno, “su disposición a iniciar formalmente y de inmediato el V ciclo de conversaciones, para tratar de buscar acuerdos que rebajen la intensidad del conflicto, pactar un nuevo y mejor cese al fuego lo más pronto posible, avanzar en el diseño de la participación, dar unos primeros pasos de la misma; adelantar el proceso de diálogo humanitario en el Chocó y terminar de precisar el acuerdo del programa de desminado para tres zonas en el departamento de Nariño”.