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Los líderes de El Naya están secuestrados

El secuestro de Iver Angulo Zamora en el Pacífico caucano, mientras era rescatado por una misión humanitaria, también develó que otros tres líderes de esa región están desaparecidos por una disidencia del frente 30 de las Farc. Las 64 comunidades del Consejo Comunitario Río Naya se declararon en asamblea permanente. El sistema de la ONU en Colombia exigió su protección.

Edinson Arley Bolaños / @eabolanos
10 de mayo de 2018 - 11:00 a. m.
Sobre el paisaje de El Naya, Hermes Angulo Zamora, Iver Angulo Zamora y Obdulio Angulo Zamora, los tres hermanos y líderes desaparecidos. Simón Olave Angulo es el cuarto en la lista. / Fotos: Prensa APA
Sobre el paisaje de El Naya, Hermes Angulo Zamora, Iver Angulo Zamora y Obdulio Angulo Zamora, los tres hermanos y líderes desaparecidos. Simón Olave Angulo es el cuarto en la lista. / Fotos: Prensa APA

El liderazgo parece estar agonizando en el Pacífico vallecaucano. En la última semana han desaparecido cuatro líderes sociales del Consejo Comunitario Río Naya, ubicado entre López de Micay (Cauca) y Buenaventura (Valle). La gota que rebosó la copa fue el secuestro, el pasado 5 de mayo, de Iver Angulo Zamora, quien es el representante legal de la comunidad Juan Santos en la zona selvática de Buenaventura. Fue bajado de la lancha en la que era transportado dentro de la misión humanitaria de la Defensoría del Pueblo y la Personería local, que buscaba salvaguardar su vida tras las amenazas de la disidencia del frente 30 de las Farc, que lo buscaba desde el 2 de mayo.

Ese día, hacia las 4 p.m., cerca de 15 hombres con armas largas y al mando de alias Chumbi incursionaron en la vereda para llevarse a Iver Angulo. El líder escapó y se refugió en la zona rural de Puerto Merizalde (corregimiento de Buenaventura). El 22 de abril, el mismo grupo armado amenazó a la esposa de Obdulio Angulo Zamora, otro de los líderes desaparecidos: “deje de preguntar por los desaparecidos. Usted tiene dos hijos”, le dijeron, recapituló la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.

Después de que los hombres de Chumbi saquearon las casas y dispararon furiosos en busca de Iver, el líder se refugió en zona rural de Puerto Merizalde y llamó a la Defensoría del Pueblo a pedir que lo rescataran. Así fue como la misión humanitaria se reunió en el puerto de Buenaventura y el sábado 5 de mayo salió en búsqueda del líder afrodescendiente.

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Según lo detalla un informe judicial de los hechos, conocido por este medio, en el momento en que Angulo Zamora fue recogido en Puerto Merizalde y mientras la misión se disponía a regresar a Buenaventura, la lancha fue detenida por nueve hombres con fusiles, pistolas y lanzagranadas, que se movilizaban en otra lancha rápida. Estaban vestidos de pantalón oscuro, camisa blanca y chalecos militares. Horas más tarde el vicealmirante Orlando Romero, comandante de la Fuerza Naval del Pacífico, confirmó que se trataba de los hombres de Chumbi, disidentes del frente 30 de las Farc.

Tras varios minutos de cuestionamientos a la misión humanitaria, finalmente los dejaron ir. Pero 15 minutos más tarde la tripulación volvió a ser retenida por el mismo grupo armado. “Esta vez apuntaron con sus armas a la humanidad de los funcionarios”, detalla el informe. Luego ordenaron que la embarcación regresara a Puerto Merizalde, donde bajaron a Iver Angulo y se lo llevaron con ellos.

Según las autoridades judiciales, el grupo ilegal está intimidando a la comunidad con el fin de que les permitan guardar la droga (cocaína o marihuana) en sus casas, así como el armamento y algunos elementos hurtados en alta mar, lo que estaría generando enfrentamientos con los líderes sociales.

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Los otros desaparecidos

Desde el 21 de abril de este año el Consejo Comunitario de El Naya ya había informado a la Defensoría del Pueblo de la desaparición de Obdulio Angulo Zamora, de 33 años; Hermes Angulo Zamora, de 28 años, y Simeón Olave Angulo, de 32 años. Los dos primeros, hermanos de Iver, y el tercero, primo del líder. Los vieron por última vez cuando cruzaron Puerto Merizalde, cerca de donde el río Naya desemboca al Pacífico.

En las últimas horas, las 64 comunidades del Consejo Comunitario Río Naya se declararon en asamblea permanente por la desaparición de sus líderes afros, “lo cual atenta contra nuestro plan de vida ancestral”, dijeron a través de un comunicado.

Varios líderes amenazados del territorio, sin revelar su identidad, le contaron a este medio que están siendo perseguidos por el grupo ilegal y que la libertad de expresión en la zona hoy es nula. “Por salir a los medios de comunicación o hablar en algunos espacios por la defensa del territorio, de la vida, de la comunidad, los armados cometen este tipo de agresiones”, dijo un líder social desde el anonimato.

Contó que, como hace 17 años, cuando salieron de El Naya huyendo de la persecución paramilitar que masacró a 21 de sus coterráneos, esta vez se desplazarán por el río desde el 9 hasta el 12 de mayo, y luego, entre el 18 y 20 del mismo mes, realizarán una asamblea extraordinaria por la vida en Puerto Merizalde.

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Y, como un grito de auxilio, convocan a todo el país a rodearlos, principalmente, al Gobierno y a los dirigentes del ahora partido FARC, a quienes exigieron hacer una sesión de seguimiento a la implementación del Acuerdo de Paz en ese territorio. No están solos. Ayer el Sistema de las Naciones Unidas en Colombia instó al Estado a que se proteja la vida y la integridad de estos pueblos e hizo un llamado a los armados para que devuelvan a estas cuatro personas sanas y salvas.

“Que el presidente Juan Manuel Santos no vaya a decir fuera del país que acá estamos en paz. La realidad en los territorios es cruda y tiene rostro de miedo y muerte”, dijo el mismo líder. Hasta el momento, según datos del Consejo Comunitario de El Naya, cerca de 145 familias se desplazaron del sitio donde ocurrió el secuestro del líder Iver Angulo y, si todo sigue así, podría haber un desplazamiento masivo, resaltó el líder comunal.

Es como si los líderes sociales en el Pacífico caucano estuvieran secuestrados. Porque desde que aparecieron las “casas de pique”, en Buenaventura, han defendido a sus comunidades y algunos han sido protegidos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Muchos otros siguen desprotegidos y sin saber si podrán seguir siendo líderes en estas riberas del Pacífico.

Por Edinson Arley Bolaños / @eabolanos

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