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Una conversación con el guerrillero más antiguo del mundo

Miguel Ángel Pascuas, conocido en la guerra como “Sargento Pascuas”, fue el comandante del Sexto Frente de la extinta guerrilla de las Farc. Hoy nos cuenta sus anécdotas, memorias del conflicto y perspectivas actuales sobre la guerra y la paz. 

Oscar Arnulfo Cardozo*
01 de mayo de 2019 - 01:51 p. m.
Miguel Ángel Pascuas, norte del Cauca, 2018.  / Fuente: archivo personal
Miguel Ángel Pascuas, norte del Cauca, 2018. / Fuente: archivo personal

Con 78 años, Miguel Ángel Pascuas, conocido en la guerra como “Sargento Pascuas”, es considerado el guerrillero más antiguo del mundo. Fue uno de los fundadores de la extinta guerrilla y comandó el Sexto Frente, que durante décadas operó en el Cauca. Los demás excombatientes lo tildan de leyenda viviente. Dadas las condiciones geográficas del lugar, la avanzada edad del personaje y el momento inestable que vive el actual proceso de paz en Colombia, sus palabras son más que necesarias. En esta entrevista nos narra sus anécdotas, memorias del conflicto y perspectivas actuales sobre la guerra y la paz en en el país.

¿Cómo empezó en la vida armada?

Yo nací en Algeciras (Huila), siempre permanecí con mi mamá, Graciela; Rosalba, una hermana, y Vidacio y Rigoberto, que eran los hermanos. Nos fuimos para el lado de Órganos (Huila) del municipio de Aipe. Ahí ya llegamos, yo ya por ahí de 6 años.  Nuestra casa era de barro y Palmicha, no había zinc. Nosotros éramos pobres. Ese pueblito se componía por ahí de unas 80, 90 personas.

En 1948, Mariano Ospina Pérez llegó a la Presidencia, un conservador que generaba mayores contradicciones entre liberales y conservadores. Estando yo ahí estudiando, llegó la Policía y nos quitó la escuela. Hicieron cuartel en la escuela y nosotros quedamos por fuera, sin estudio, porque la profesora también se fue para otro pueblo más arriba que se llama San Luis, a cuatro horas de camino.

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Pasaban los días y un día el cura del pueblo, el padre Monar, hizo una misa y le dijo a la gente en el sermón que tenían que ser todos conservadores y el que no quisiera ser conservador entonces que se fuera del pueblo porque no respondían. Y entonces de Órganos se fue mucha gente y a otros les tocó aceptar al padre, al Gobierno y a la Policía que entró. Fueron Conservadores porque no tenían para donde irse.

De Órganos nos fuimos a San Luis, nos trasladábamos según el cura de turno, porque ellos le daban trabajo a mi mamá de cocinera. Estando ahí la violencia se miraba ya por todas partes. Eso era violencia porque la Policía culateaba gente, humillaba la gente, a los que decían que eran liberales. Los llevaba a la cárcel a patadas.

Luego por circunstancias de la vida regresé a Algeciras. Yo tenía ya como unos 12 años cuando mi hermano me enseñó a trabajar. Donde un señor ahí en San Luis, la Argelia, trabajé haciendo mandados. En la finca, donde un familiar que era Rafael Dussán, ahí dure un tiempo. Ayudaba a coger café y cargaba unas bestias, rodeaba ganado y miraba las bestias: "vaya mijo pa" San Luis, traiga tal cosa, vaya mijo a caballo". Como un niño de mandadero, como si fuera mi papá. Eso es cuando uno está concertado y así dure un tiempo y ya. Me pagaban 20 pesos mensuales y ahí ya me fui yendo pa" otros sitios como Planadas, Gaitania y me encontré, como ya era la paz de Gustavo Rojas Pinilla.

Entonces yo me encontré varios guerrilleros y yo les preguntaba cómo era eso y bueno ellos me explicaban todo eso, la violencia, cómo era y todo. Que estaban en una pacificación. Entonces un guerrillero que llaman "Mundo Viejo" me cogió de "sucre", un niño de mandados, como estaba muy pequeño yo no ganaba lo que ganaba un trabajador grande. La guerrilla salió y yo estaba detrás por ahí de un señor que llamaba Mundo Viejo, de esos antiguos, del Davis, que pelearon cuando comenzó la guerrilla por allá en Chaparral, en Irco (Tolima) y él me contaba todo eso que había pasado. Entonces, yo me quede con él. Él me pagaba y yo quedé como "concertado", después ya quedé como "sucre", luego inicié mi vida como guerrillero.

¿A qué edad se hizo guerrillero?

Ya tenía los 16 años cuando entré propiamente como guerrillero. Después de ser "sucre" y mandadero de "Mundo viejo" y todo eso. Yo fui "sucre", miliciano, fui de la autodefensa, después ya cuando matan a "Charro Negro", ya me tocó entrar a la guerrilla.  Empecé con un fusil perilla, que el cañón parecía una olleta. Era así de tanto dar bala la gente del "Davis". Yo ingresé como guerrillero, como hubo dos etapas. La primera etapa de la guerrilla en Colombia fue hasta cuando llegó el general Gustavo Rojas Pinilla. Ya después la guerra irrumpe, ya no era Gustavo Rojas Pinilla sino el Frente Nacional, es decir, Alberto Lleras Camargo, Mariano Ospina Pérez, entonces ahí me volví guerrillero.

¿Por qué entró tan pequeño a la guerrilla?

Todo lo que vi en San Luis, como la Policía masacraba a la gente, la torturaba y mataban no tiene nombre. Yo miré todo eso, como aporreaba la Policía. La Policía era algo que el Gobierno no controlaba ni nada. Y mandaban la gente, las culateaban, los humillaban. Entonces uno miraba eso y decía: ¿Cómo será cuando uno esté más grande? ¡Pues también me van a matar así!

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Por eso cuando salió "Ave Negra" a Algeciras y cargaba unos jóvenes, yo dije: "Yo también tengo que ser guerrillero porque no hay justicia y a uno le duele eso". Y uno ve que hay una gente que ya está ­­­­luchando en contra de la violencia, por buscar una mejor situación en el país, porque no haya esas masacres, esos atropellos, esos odios, y toda esa cosa. Y quise irme pa la guerrilla y así fue.

¿Considera usted que alguna muerte generó un impacto fuerte dentro de la guerrilla?

Cuando matan a "Charro", que fue en la pacificación del Frente Nacional de Alberto Lleras Camargo. A "Charro" lo matan el 11 de enero de 1960. Lo manda a fusilar "Mariachi" de Planadas (Tolima). "Mariachi" manda a "Contrafuego", "Puñalada", a cuatro a una entrevista a Gaitania. A entrevistarse para hablar sobre un ganado que habían llevado del Valle. Y "Charro" salió de la plaza y se puso a hablar con ellos y hablando ahí, "Charro" dentro a una tienda a comprar unas cosas y cuando salió por la otra puerta el "Mariachista" se le puso detrás y le dio por la espalda. Pero en ese tiempo estaba la amnistía de Alberto Lleras Camargo.

Marulanda trabajaba en la carretera de El Carmen a Gaitania (Tolima). El Ejército dentro a Gaitania, Marulanda también se fue pa" Gaitania. Habló con el Mayor Torres, que hicieran justicia pues habían matado a "Charro". El Ejército no quiso, y le dijeron a Marulanda que él tenía que cuidarse también porque de pronto también lo ponían preso. Fue cuando Marulanda se fue para Marquetalia, desenterró los fusiles que tenía guardados y salió a combatir de nuevo, otra vez. Ellos eran compañeros.

¿Ese tipo de acciones son las que generan desconfianza en los armisticios y acuerdos con el Gobierno?

Sí. Por ejemplo, si el Gobierno no cumple los acuerdos bien trae problemas. Puede que la guerrilla vuelva otra vez a resurgir porque qué más. Ahora, la cuestión es que nosotros ya militarmente paramos la guerra. Ya se entregaron las armas, ya se hicieron los acuerdos, ya el Gobierno da las garantías respaldado ya no sólo por Colombia, sino por muchos países de Europa. Un acuerdo más grande, apoyado por muchos más países.

Estoy de acuerdo en cumplir. Nosotros cumplimos con el proceso como va. Y que el Gobierno cumpla también. Que no pase lo de antes, la historia. Que comenzaron a fusilar guerrilleros, entonces, viene el problema otra vez. Eso es lo que se quiere ahora, que haya las garantías del Gobierno para no volver a esa guerra.

La guerra hoy es dura. Está muy justificada. Ahora hay mucha técnica, mucha tecnología entre guerras, muchos mueren en menos de nada. Y tantos años de guerra, para continuar la guerra. cumplamos con los acuerdos, pero que el Gobierno cumpla también. Por lo menos que no asesine a dirigentes, que los deje hablar.

Frente al panorama actual de Iván Márquez y “El Paisa”, ¿cuál es su opinión?

Siento que el Gobierno le falto más explicación, es decir, mejor investigación. Se dice por ejemplo que Jesús Santrich, estando en épocas de diálogo, ha estado buscando la forma de traficar cocaína, pero eso no es así, porque no hay pruebas. Al Gobierno se le van las patas ahí mal porque tomar prisionero a un señor de esos, sin pruebas, a todos nosotros nos perjudica porque ya entregamos las armas y lo entregamos todo y lo dimos todo por la paz. Y queremos la paz ya. Y seguimos, y vamos a seguir luchando por la paz, pero que el Gobierno cumpla.

Por ejemplo, yo protesto porque él sea trasladado. El hecho de que él siga aquí en Colombia ayuda las investigaciones, ¿por qué se lo van a mandar por allá? Los gringos son los que lo piden, pero está bien que nosotros nos independicémonos un poco de los gringos, sino los gringos nos van a joder a todos. No hay pruebas y queremos que lo suelten lo más pronto posible. Fíjese cómo se han ido varios grupos que han visto eso y se nos van yendo para nuevos grupos y no queremos que fracase la paz.

Entre más pronto lo suelten, nosotros vamos en serio con el acuerdo y lo damos todo por la paz, porque así los acuerdos se han logrado hacer. A los demás países yo les pido que nos sigan ayudando, y todo el pueblo colombiano, indígena, estudiantes, para que podamos entre todos llevar una paz verdadera. Estamos haciendo todo lo posible.

¿Qué opinión tiene de la Jurisdicción Especial para la Paz?

Nosotros estamos cumpliendo con la JEP y todo marcha como es. Hemos ido, vamos cuando nos citan, cumplimos. Hay que cumplir para que nos cumplan. Pero ellos también tienen que cumplir, el Gobierno. Nosotros estamos con la paz y queremos la paz. La justicia tiene que estar con la paz. Respetamos la JEP porque respetamos el acuerdo de paz.

¿Quisiera agregar algo final?

A los estudiantes, indígenas, campesinos, medios, a todo el pueblo colombiano, militares, Policía, Ejercito, todo el mundo, les digo que reflexionemos y miremos, luchemos, no dejemos caer esto, busquemos la paz. Ya que hay esta grande posibilidad, busquemos la paz. Y ya que llegó esta oportunidad de una verdadera paz, duradera, luchemos, que el Gobierno cumpla y nosotros también. Lo pido a todos.

Que algunos grupos se quedaron por ahí disidentes, pues miremos a ver qué posibilidades hay. Yo que sufrí tanto también en la guerra, desde pequeñito me tocó, y ahora que hay esta posibilidad, pido que cumplamos. Yo hago lo posible por cumplir. El pueblo sabe que un país tan rico, tan poderoso y nosotros viviendo en guerra, nos trae más problemas, más huérfanos, más odios, más muertos. Miremos la política, que nos reconozcan y nosotros cumplir para que el bien no sea de solo nosotros, sino de todo un pueblo, luchando por la paz y la justicia.

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Nosotros tenemos que mirar la forma de cómo se abren las posibilidades de que el pueblo siga adelante con la paz. Algunos dicen que no tienen tierra, pero tierra hay. No vamos a hacer mucho y posibilidades hay para nosotros continuar en el Acuerdo de Paz porque tantos años, si se puede decir desde 1946 hasta ahora: guerra con Laureano Gómez, guerra con Urdaneta, guerra con Rojas Pinilla, guerra con uno, con el otro. ¿Y la paz? Y siendo este un país tan poderoso, tan bueno, rico, para vivir bien todo el mundo.

Nos queda la historia de Marquetalia, el ejemplo que se ha dado para llegar a estos acuerdos y para cumplirlos. Es la realidad, es cierto que de pronto hay países capitalistas que nos dirigen como Estados Unidos, pero acá nosotros tenemos que ver, tener eso en la historia, para que no se repita. Hay gente muy pobre, desamparada, que no tiene ni tierra, ni casa, ni nada. Hay mucha corrupción, hay mucho problema. Entonces, yo le pido a todo el mundo, los estudiantes, los obreros, los campesinos, que aportemos el granito de arena para ver que nosotros podemos solucionar este problema en Colombia. Tantos años de guerra y violencia, tantos huérfanos y tantas maldades que suceden, hay posibilidades de entendernos mejor. Todos estos gobiernos que nos acompañan buscan la mejor manera de que se tenga en cuenta todo esto.

*Sociólogo. Investigador adscrito a la Universidad Nacional de Colombia en temas de Memoria, Conflicto y Disputas Socio-territoriales.

Por Oscar Arnulfo Cardozo*

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