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ExFarc se comprometen con la búsqueda de los desaparecidos en Caldono, Cauca

Excomandantes de la Columna Móvil Jacobo Arenas propusieron volver al territorio donde tenían sus campamentos para hacer memoria sobre dónde quedaron enterrados algunos cuerpos de personas que hoy están desaparecidas. Francisco de Roux aseguró que eso será clave para las sanciones propias que imponga la JEP a los máximos responsables de la guerra.

20 de marzo de 2021 - 10:32 p. m.
En el encuentro organizado por la Comisión de la Verdad en Caldono (Cauca), una mujer indígena que dio su testimonio en anonimato le entregó a Luz Marina Monzón, directora de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (Ubpd) una lista con nombres de personas que fueron reclutadas por las antiguas Farc y que permanecen desaparecidas.
En el encuentro organizado por la Comisión de la Verdad en Caldono (Cauca), una mujer indígena que dio su testimonio en anonimato le entregó a Luz Marina Monzón, directora de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (Ubpd) una lista con nombres de personas que fueron reclutadas por las antiguas Farc y que permanecen desaparecidas.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada

¿Por qué se ensañaron con Caldono? ¿Dónde están nuestros hijos reclutados y desaparecidos? Ese fue el reclamo de una mujer indígena que dio su testimonio en anonimato en el Encuentro por la Verdad: Reconocimiento por la vida, Caldono cuenta la Verdad” y que entregó a Luz Marina Monzón, directora de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (Ubpd) un listado con nombres de personas que fueron reclutadas por la antigua guerrilla de las Farc y que, hasta hoy, permanecen desaparecidas.

En medio del evento de reconocimiento de verdad y responsabilidad, excombatientes de las Farc y víctimas del conflicto en el Cauca hablaron sobre la importancia de que la reparación integral llegue acompañada de la búsqueda exhaustiva de hombres y mujeres, algunos siendo menores de edad, que fueron llevados a la guerrilla y de quienes hasta hoy, no se conoce su paradero. La mujer víctima del conflicto que entregó el listado de nombres, mencionó que: “Ojalá por medio de esta lista nosotros podamos, lo más pronto posible, enterarnos de nuestros seres y tenerlos al lado, sean vivos o sean los restos”.

La directora de la Ubpd, Luz Marina Monzón, se comprometió a unir fuerzas para encontrar a esas personas y agradeció a la Comisión de Búsqueda de las Farc, quienes han entregado información sobre desaparecidos a la Unidad de Búsqueda y a la Comisión de la Verdad: “Esperamos honrar el compromiso que tenemos como institución y hacer una búsqueda entre todos, porque la búsqueda no se hace solos. Y tenemos que apresurar esta responsabilidad porque el compromiso es muy grande”.

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Gran parte del evento de reconocimiento de verdad estuvo centrado en la importancia de la reparación integral de las víctimas, la armonización del territorio y la búsqueda de los desaparecidos que, en Colombia, suman por lo menos 120.000 en el marco del conflicto armado.

Caldono fue el municipio más afectado por las Farc en el departamento del Cauca. De hecho, sus dinámicas allí fueron tantas que históricamente este es el segundo municipio de Colombia con más tomas armadas: 248 hechos y 516 hostigamientos entre 1997 y 2014.

Afectaciones colectivas y comunitarias

Julio César Pascué, líder del resguardo de San Lorenzo de Caldono, se refirió a los exFarc para enumerar varios hechos violentos que vivieron entre 1997 y 2016, hasta la firma del Acuerdo de Paz por parte de la extinta guerrilla. Recordó, por ejemplo, la toma en 2001 a la Asamblea del Resguardo Indígena de Pioyá en la que “deslegitimaron los intereses de las autoridades ancestrales”.

Uno de los principales reclamos fueron las interrupciones a los trabajos étnicos en territorio por las dinámicas propias del conflicto armado lo que, según el consejero, “les negó la posibilidad a las comunidades indígenas de construir su propio camino”. También se refirió a los casos de reclutamiento de niños, niñas, y jóvenes para enfilarlos a la guerrilla e impedir que pudieran elegir otro proyecto de vida desde la educación.

“¿Por qué si ustedes decían ser el ejército del pueblo nos atacaron a nosotros, el pueblo? Los escucharemos y seguiremos creyendo en la reconciliación”, concluyó el consejero indígena.

(Le puede interesar: “Destruimos y cegamos sueños” Braulio Vásquez, excomandante de Farc)

Otro testimonio que retrata algunos de los hechos violentos que se vivieron en el territorio fue el de la hermana Luz Marina López, de la Congregación de Misioneras de la Madre Laura quien, por primera vez en público, narró las afectaciones colectivas que vivieron, por ejemplo, todos los sábados en el mercado del pueblo cuando se presentaban tomas por parte de las exFarc. “La guerrilla ya había destruido nuestra escuela y el 8 de junio de 1999 destruyeron el colegio Madre Laura, afortunadamente ya habían salido los niños del colegio (...) Ese día la guerrilla acabó con los sueños de los niños”.

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La monja contó cómo tuvieron que establecer estrategias propias para el cuidado de los niños y niñas después de ese primer ataque poniendo, por ejemplo, papel contact en los vidrios de la escuela y manteniendo botiquines de primeros auxilios para cuando se presentaban enfrentamientos armados que comenzaron a ser más frecuentes desde 2002. Luego, en 2011, justo en el lugar donde se llevó a cabo el espacio de escucha y reconocimiento por parte de la Comisión de la Verdad, ocurrió un atentado con tres cilindros bomba que destruyó la casa de las hermanas Misioneras de la Madre Laura. “Volvió la ansiedad porque la guerra estaba nuevamente con nosotros”, narró.

La mujer terminó su relato haciendo un llamado a todos los grupos armados para que no involucren a los menores de edad en la guerra. “Ya es momento de que nuestros niños y niñas indígenas, campesinas y afros, tengan una educación acorde e igual a la de otros menores de edad en Colombia”.

El primero de los exFarc en referirse públicamente fue Braulio Vásquez Fonseca (Jaime Barragán), excomandante de la Columna Móvil Jacobo Arenas quien asumió la responsabilidad “por todo lo que nos reclaman ustedes”. Dijo, también, que consideraban que se habían demorado en concertar ese encuentro y en responder por primera vez a las víctimas de Caldono.

Uno de los aportes a la verdad que hizo fue reconocer que en la dinámica del conflicto y el origen de la guerrilla de las Farc no estuvo atacar a la población civil como ocurrió cientos de veces en Caldono. De hecho, reconoció que en una reunión en el año 2006, el excomandante de las Farc Miguel Pascuas llamó la atención de la Columna Móvil Jacobo Arenas por estar llevando confrontaciones contra la población civil. “Eso fue totalmente contradictorio con nuestros ideales revolucionarios. Aunque él lo advirtió, no se escuchó esa recomendación que nos dieron en su momento y las armas que un día empuñamos para defender al pueblo, terminaron afectándolo; por eso ocurrió lo que ustedes señalan: destruimos, dañamos y afectamos a gente que no debería. Cegamos vidas y dañamos sueños. Lo aceptamos y asumimos”, señaló.

Al acto de reconocimiento se sumó el relato de Herney Ortíz, conocido en la guerra como “Silvestre”, quien dijo que valoraba que, a pesar del daño que causaron las Farc en el territorio, “ustedes como comunidades indígenas nos siguen apoyando y prestaron su territorio sagrado para que aquí se preste la reincorporación de excombatientes”.

(Vea: “Los niños necesitaban ser cuidados: no necesitaban ser objetos de guerra”: Daniela Mostacilla)

Resaltó las historias que contaron las víctimas públicamente y pidió perdón porque “no dimensionamos el daño que estábamos causando por nuestro afán de salirle al paso a las ofensivas”. Explicó también que nunca hubo en mente un plan criminal contra el pueblo de Caldono y se comprometió a aportar otras verdades que, según él, todavía desconocen “pero que tienen que saber”.

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Por ejemplo, se refirió al relato de la madre Luz Marina sobre las afectaciones a lugares sagrados. “Hoy que estoy aquí parado en este sitio y recuerdo que aquí había una escuela, estaba la casa de las monjas y ahora volteo a mirar hacia atrás y veo el puesto de la Policía, entonces digo: mire los errores tan grandes que cometimos cuando lanzábamos un cilindro-bomba. Estas instancias no las alcanzamos a tener en cuenta”.

La comisionada de la Verdad, Alejandra Miller, se tomó la palabra para agradecer los reconocimientos de los exFarc pero recordó que “en esta guerra participaron las Farc pero también otros y otras”. Recordó que cuando se trasladaba a la Fuerza Pública a las escuelas o a los resguardos, se ponía en peligro a la población porque los convertían en objetivos militares. “El Estado no protegió tampoco a la sociedad civil”, aseguró.

Afectaciones a niños, niñas, jóvenes y adolescentes y desaparición en razón del conflicto armado

Daniela Mostacilla, una joven víctima del conflicto armado contó el testimonio de Diana, una menor de edad que fue su amiga y a que en 2014 fue reclutada por las Farc en el municipio de Caldono (Cauca) y quien fue asesinada en medio de un bombardeo de la antigua guerrilla. La joven aclaró que si bien la mayoría de reclutamientos de menores de edad no fueron forzosos, en la mayoría de los casos “ustedes (exFarc) se aprovechaban de esos sueños que teníamos los jóvenes y de esa empatía para manipularnos con un discurso que distaba sobre lo que las comunidades indígenas queríamos, y en muchos casos se aprovechaban de la vulnerabilidad emocional de algunos de nosotros”.

La joven lideresa se refirió a los excombatientes de las Farc y les pidió que, más que voluntad, tengan responsabilidad “para brindar toda la información necesaria saber qué pasó con esos niños, niñas y jóvenes que se llevaron”. Instó también a las autoridades municipales y gubernamentales para que se comprometan con crear estrategias que protejan a los niños de los grupos armados ilegales.

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El primer excombatiente de las Farc que atendió el llamado de aportar verdades sobre el reclutamiento de niños y niñas en el Cauca fue Herney Ortiz, conocido en la guerra como Silvestre, excomandante de la Columna Móvil Jacobo Arenas y quien aseguró que la gran dificultad para encontrar a todos esos desaparecidos es que “quienes sepultaron a esos compañeros, también murieron en combate. Y ahí es donde nos ha quedado difícil reconstruir toda esa información porque no sabemos en qué parte están”.

(Le puede interesar: “En Caldono nos daba mucho miedo ir a dormir, ir al colegio, estar en el pueblo”: hermana Luz Marina López)

Sin embargo, el excomandante de las Farc propuso que, de alguna forma, les permitan ir hasta esos campamentos donde operaron por tantos años para comenzar a mirar, en terreno, dónde quedaron enterrados algunas de esas personas que están dadas por desaparecidas y empezar a satisfacer las necesidades de las víctimas. “Hoy sabemos que fue mucho el daño que causamos cuando un padre de familia ingresó a nuestras filas, porque nunca le preguntamos ni tuvimos en cuenta si tenía hijos, si dejaba esposa. No nos tomamos el tiempo de hacer esa averiguación y la niñez quedó sin sus padres, sin su sustento”.

El segundo en pronunciarse sobre este tema fue Édgar López (Pacho Chino), excomandante del Comando Conjunto de Occidente quien, aunque hizo reconocimientos importantes, justificó varias de sus acciones en el conflicto armado. “De cierta forma queríamos protegernos de que no hubiera menores de 15 años, pero nosotros observamos que se cometieron muchos errores porque para nosotros lo importante era tener soldados para la guerra”.

En medio de su relato de reconocimiento aseguró que conocía y distinguí a muchas de las personas presentes. “Les causamos daño siendo amigos y sin ser enemigos de clase”.

Afectaciones económicas

Carlos Flórez, presidente del comercio del municipio narró cómo en 1997, en el primer ataque guerrillero de las Farc en Caldono, esa vez contra una estación de Policía, perdieron sus lugares de trabajo y muchos de los comerciantes y vendedores perdieron sus empleos y su sustento. En medio de lágrimas, la víctima contó cómo desde ese momento los hostigamientos no cesaron contra lugares como la escuela y otros territorios sagrados para su comunidad. “Primero nos quitaron el lugar de trabajo, ahora nos quitaban la escuela donde nosotros habíamos ido a estudiar para salir adelante y la zozobra no se detuvo, entonces no podíamos salir a trabajar”.

Contó cómo en medio del miedo que sentían tuvieron que volver a salir a trabajar “porque el hambre no da espera” y, en varias ocasiones, volvieron a destruir los kioskos artesanales en los que ofrecían los productos que les daban para subsistir. “Mi mayor miedo era mi madre porque yo a veces me iba a estudiar pero ella quedaba allá, y cuando había hostigamientos yo tenía que salir corriendo para ver cómo estaba ella”.

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También recordó los ataques y hostigamientos de las Farc de los sábados justamente en los días de mercado cuando las Farc esperaban que llegara la Policía a mercar para ejecutar sus ataques. En su conmovedor relato resaltó que, aunque se han levantado varias veces para continuar con sus negocios, “hoy no tenemos un lugar digno para comercializar nuestros productos. ¿Cómo nos van a responder? ¿Quiénes ganaron con esta guerra? Creo que nada. Sólo sé que nosotros en las comunidades fuimos los que perdimos”.

Farid Julicué, de la Asociación de Familias Víctimas del Conflicto Armado de Caldono dijo que muchas veces la comunidad aguantó hambre porque “la esperanza de la economía de Caldono, pero si ese día nos atacaban pues teníamos que correr a escondernos y aguantar hambre enseguida”. Dijo también que las gualas, los camiones y las chivas en los que transportaban los alimentos para su abastecimiento muchas veces fueron tomados por la antigua guerrilla para transportar artefactos explosivos. “El comercio de Caldono se deterioró y no había fuentes de trabajo”, aseguró.

El líder hizo un llamado a las autoridades para que inviertan en temas sociales y pidió que haya más intervención estatal que permita la reconciliación. “La resiliencia de Caldono es la más grande del mundo. A pesar de no tener intervención social ni estatal hemos salido adelante (...) Somos un ejemplo de perdón y queremos que Farc se comprometan con acciones para reparar a las personas aquí y en el norte del Cauca”.

“Jaime Barragán” se refirió a las víctimas para reconocer las afectaciones económicas al pueblo y admitió que en muchas ocasiones “realizábamos marchas y nos encontrábamos con cultivos de maíz, de papa, y maltratábamos aquellos cultivos”. Pidió perdón a la comunidad por los daños causados y aseguró “cometimos la brutalidad de elegir los días de mercado como táctica porque era más fácil para acercarnos a la Policía o al Ejército, pero sin pensar que todos ustedes bajaban desde sus veredas a hacer sus compras y nosotros con balas en esos días les causamos dolor y hambre”.

También reconoció las afectaciones que hicieron al turismo del pueblo y lo que eso repercutió en la imposibilidad de las comunidades de trabajar y de mostrar su cultura étnica. Con la voz entrecortada, el excomandante de la Columna Móvil Jacobo Arenas pidió perdón a la comunidad: “Quiero decirles que ojalá puedan perdonarnos por todo lo que les causamos. De parte nuestra, esto no volverá a pasar y esperamos poder repararlos como ustedes piden”.

Por su parte, Pacho Chino intervino para responder a algunas interrogantes que habían dejado las víctimas en sus relatos y aseguró que la razón por la que Caldono entró a la guerra “es porque no habían resuelto sus problemas en las maneras de cómo convivir”. El excomandante mencionó que escuchaban a los profesores decir que les daba miedo trabajar en las escuelas y “nos dábamos cuenta que estaban seriamente afectados. ¿Por qué Caldono? Porque dos ejércitos decidieron resolver los problemas de la guerra en este territorio. Nos olvidamos que en el medio estaban ustedes, la población civil, los niños y las niñas”.

El último de las exFarc que habló fue Pablo Catatumbo, a través de un video, en el que se comprometió a esclarecer por qué ocurrieron esos hechos violentos en el Cauca. “Las víctimas son el espíritu del Acuerdo de Paz, en su dimensión individual como en su dimensión colectiva. Quiero pedirle perdón a las comunidades indígenas, a las comunidades afro y a las campesinas por todos los daños que causamos en Caldono”.

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Finalmente, el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad hizo un llamado a todos los actores armados para que detengan la guerra. “Eln, disidencias de las Farc, Segunda Marquetalia, Gaitanistas, Estado Colombiano: paren esa guerra, párenla ya, párenla de todos los lados”. Afirmó que este acto de reconocimiento de verdad y las víctimas que participaron serán determinantes para las futuras sentencias que aplicará la Jurisdicción Especial para la Paz a los responsables de crímenes de guerra en este municipio del Cauca.

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