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Leonardo Posada, la primera víctima de la Unión Patriotica

Fue elegido representante a la Cámara en 1986. Lo acribillaron 40 días después de posesionarse como congresista. Después de 30 años del crimen, su familia lo conmemora.

David Escobar Moreno
30 de agosto de 2016 - 12:01 a. m.
Leonardo Posada, la primera víctima de la Unión Patriotica

La primera persona que le informó a la reconocida líder de izquierda Reina Pedraza que su hijo Leonardo había sido asesinado fue el mejor amigo de este, Luis Eduardo Garzón, para entonces uno de los líderes de la Unión Sindical Obrera. Garzón le relató vía telefónica que mientras Posada volvía a su casa en Barrancabermeja (Santander), había sido baleado por dos sicarios a bordo de una moto. Los criminales tuvieron tanto tiempo para actuar contra el recién elegido representante a la Cámara por la Unión Patriótica, que uno de ellos se devolvió a rematarlo cuando se percató que su víctima todavía se aferraba a la vida, segundos después de haber recibido cuatro balazos.

Durante cinco años, que empezaron el 30 de agosto de 1986 (fecha del crimen), la familia de Leonardo Posada se encontró de nuevo en el infierno de estar en la mira de los grupos paraestatales -y hasta estatales- que los seguían e intimidaban mientras la mamá y los hermanos de Posada trataban de averiguar la autoría de quienes lo asesinaron. Hombres extraños en carros y motos rondando su vivienda, llamadas interceptadas y el permanente estigma de ser “guerrillos”, fueron algunos de los hechos que la familia Posada Pedraza afrontó entonces y que ahora narra desde el hogar al que se mudaron en Bogotá para huirle, sin fortuna, a la infame persecución.

En 1947 se radicaron en la capital del país y Julio César Posada, padre del representante asesinado y su principal referente, fue perseguido, encarcelado y torturado por el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla por pertenecer al Partido Comunista. Reina Pedraza, su esposa y madre de Leonardo Posada, también pertenecía a esa colectividad y desde los años 40 trabajaba por las mujeres obreras. La familia Posada Pedraza se asentó en el barrio Quiroga, en el sur de Bogotá, en donde tuvo que soportar durante más de 15 años los allanamientos por parte de los organismos de inteligencia del Gobierno y de la Fuerza Pública.

“Venían a allanar a cualquier hora del día o buscando a Leonardo o a Julio. Cuando veían que acordonaban la zona en el barrio los vecinos ya sabían que nos estaban allanando”, relata Fabiola Posada Pedraza. Las inspecciones a su casa y las detenciones arreciaron cuando el gobierno de Julio César Turbay (1978-1982) implementó el Estatuto de Seguridad, que le permitió a la Fuerza Pública extralimitarse en sus funciones con el pretexto de combatir a la subversión.

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Fabiola Posada (izquierda), Iván Posada y Reina Pedraza. / Jhonatan Ramos

Cuando ingresó a la Universidad Nacional a estudiar ciencias de la educación, a finales de los años 60, Leonardo Posada se unió a las Juventudes Comunistas y fue nombrado primer Presidente de la Federación Universitaria Nacional. Su madre, Reina Pedraza, recuerda que en varias ocasiones fue encarcelado por encabezar las protestas estudiantiles y que terminó compartiendo celda con Guillermo Leon Sáenz, quien estudiaba antropología en la misma universidad y luego, en las Farc, sería Alfonso Cano. En 1972, por protagonizar una revuelta estudiantil, fue expulsado de la universidad.

Siguió apoyando al Partido Comunista y en 1983, fue enviado a Barrancabermeja para respaldar el trabajo con organizaciones sindicales. Allí entró en el radar del grupo paramilitar MAS (Muerte A Secuestradores), un escuadrón nacido en el seno del cartel de Medellín. Para esa época, Posada denunciaba con fuerza la connivencia entre grupos paramilitares y la Fuerza Pública y en febrero de ese mismo año la Procuraduría reveló un informe que aseguraba que más de un centenar de militares estaban involucrados con el MAS. Los grafitis en los muros de Barrancabermeja advertían que Leonardo Posada que era blanco del Baile Rojo, nombre con el que los integrantes de la UP reconocen la operación clandestina que se puso en marcha para acabar con su partido.

Belisario Betancur, que asumió la presidencia de Colombia en 1982, fue el primer mandatario que decidió negociar con las Farc. A raíz de estos diálogos, que se desarrollaron en 1985 en La Uribe (Meta), junto con los grupos guerrilleros la Autodefensa Obrera, el Ejército Popular de Liberación y el M-19, se logró pactar un cese del fuego bilateral y la creación del movimiento político al que luego pertenecería Leonardo Posada: la UP. Este consiguió nueve curules y tres suplencias en el Congreso; diez curules y cuatro suplencias en asambleas departamentales, 350 escaños en concejos de todo el país y 15 alcaldías. Su candidato presidencial, Jaime Pardo Leal, consiguió 320.000 votos.

Luego del asesinato de Posada, el Gobierno de Virgilio Barco anunció exhaustivas investigaciones que nunca se dieron. La familia Posada Pedraza y sus abogados fueron amenazados. El asesinato de Leonardo Posada Pedraza hace parte del caso que está en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos desde hace 23 años por el genocidio de la UP. “Principalmente quiero que me digan por qué se llevaron a mi hijo, un hombre tan inteligente y respetado por todo el mundo”, afirma Reina Pedraza, de 93 años.

A las 48 horas del fallecimiento de Leonardo Posada, en Villavicencio, en circunstancias similares fue asesinado Pedro Nel Jiménez, elegido popularmente al Senado por la UP. La desconfianza que generaron esos dos asesinatos entre los militantes del partido fue tal que muchos decidieron volver al monte a empuñar las armas, como Iván Márquez, quien también había sido elegido representante a la Cámara; y unos más, como Ricardo Palmera, de sumarse a la insurgencia (Palmera es Simón Trinidad). Todo lo pactado en La Uribe se fue al traste y la guerrilla de las Farc creció hasta volverse el enemigo número uno del Estado y luego, firmar un acuerdo de paz para dejar de serlo.

La familia Posada Pedraza, a pesar de que ve con buenos ojos el proceso de paz que se acaba de pactar con las Farc, piensa que el país no está preparado para aceptar que la guerrilla vuelva al ruedo político. Incluso el domingo pasado, el líder de las Farc, Timochenko, compartió vía twitter el evento que mañana la familia Posada Pedraza hará en el Cementerio Central para recordar el legado de Leonardo Posada, pidiendo que la historia no se vuelva a repetir, ahora que hay un acuerdo final que indica que representantes de las Farc podrán participar en política.

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