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Estar muy cerca y a la vez muy lejos. Esa sensación, frustrante como pocas más, es la que acompaña desde hace meses a las familias de tres comerciantes y tres conductores oriundos del Huila, que fueron secuestrados por las Farc en 2003, y posteriormente asesinados.
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La sensación de cercanía porque desde hace más de dos años la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) estableció el posible lugar de ubicación de sus cuerpos, en los llanos del Yarí (entre los departamentos del Meta, Caquetá y Guaviare). La de lejanía, porque la zona está bajo el control de las disidencias de la extinta guerrilla, lo que impide que el personal de la UBPD llegue hasta allá para adelantar labores de búsqueda e identificación.
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“No pueden acceder a la zona porque no hay garantías de seguridad. Por eso le propusimos al Gobierno Petro, en su apuesta de ‘Paz Total’, que en el marco de los diálogos con los grupos armados de la región se eleve la petición de que permitan tener un corredor humanitario para que los funcionarios puedan entrar a hacer la prospección y exhumación de los cuerpos”, le dijo a Colombia+20 Ángela Cordón, hija del comerciante Guillermo Cordón, quien fue secuestrado mientras buscaba a su hermano Reinaldo, que había sido retenido días antes por las Farc.
Hace varios meses, las familias de los comerciantes y conductores del Huila empezaron a pedir el corredor humanitario. Aseguran que en la región no solo estarían los seis cuerpos de sus parientes, sino los de decenas de víctimas más que fueron asesinadas por el Bloque Oriental de la extinta guerrilla.
El pasado 13 de diciembre, luego de una reunión con la Unidad de Búsqueda, su directora, Luz Marina Monzón, le envió una carta al alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, pidiéndole su colaboración en el caso y “una entrevista directa” para exponer las necesidades de la búsqueda de personas desaparecidas “en el marco de la política de paz total”.
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“Desde hace aproximadamente dos años la investigación humanitaria y extrajudicial de la UBPD en el área rural de San Vicente del Caguán se ha visto limitada por la presencia de actores armados, en particular del autodenominado Estado Mayor de las Farc, motivo por el cual no se han podido verificar aspectos relevantes para la búsqueda de estas personas (...) Solicitamos su apoyo para la puesta en marcha de medidas que promuevan corredores humanitarios con dichos actores armados que permitan agilizar las labores humanitarias de búsqueda”, se lee en la misiva.
Aunque la carta le fue enviada al comisionado Rueda hace más de un mes y los familiares de las víctimas aseguran que aún no reciben respuesta, sus esperanzas están puestas en que se logre avanzar en la solicitud.
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“Nosotros tenemos derecho a encontrarlos y es una obligación del Estado coordinar los esfuerzos para que podamos hacerlo. Como víctimas, es muy duro ver que hubo un Acuerdo de Paz, hay una hipótesis del lugar donde están sus cuerpos, y aún así tengamos que esperar años para poder recuperarlos y darles sepultura”, dice Ángela Cordón.
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El próximo sábado 28 de enero, las familias y allegados de los hermanos Reinaldo y Guillermo Cordón Herrera, su cuñado José Arbelay Losada Montenegro, y los conductores Edward Ipuz, Camilo Casas y Jesús Alberto López se reunirán en Neiva para conmemorar los 20 años de su secuestro a manos de las Farc.
Ya no quieren flores ni palabras de aliento para persistir en la búsqueda. Su exigencia es solo una: que les permitan entrar a la zona donde están enterrados sus seres queridos para ver si por fin, después de dos décadas, pueden recuperar sus cuerpos, enterrarlos dignamente y comenzar a sanar las heridas que les dejó la guerra.
