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El Magdalena, a la espera de la tierra prometida

Este capítulo narra el proceso de colonización y ocupación de tierras por los campesinos en el Magdalena.

Centro Nacional de Memoria Histórica*
25 de agosto de 2017 - 01:40 a. m.
Delegación de la Anuc Magdalena en el tercer Congreso Nacional Campesino. Plaza de Bolívar, Bogotá (1972). Foto. Edelmira Pérez. Archivo Cnmh.
Delegación de la Anuc Magdalena en el tercer Congreso Nacional Campesino. Plaza de Bolívar, Bogotá (1972). Foto. Edelmira Pérez. Archivo Cnmh.

El caminar de los campesinos organizados en el centro del departamento se narra desde su vivencia: su proceso de colonización y ocupación de tierras, sus esfuerzos colectivos por ser y la consolidación de sus comunidades, resaltando la conformación de juntas de colonización, la economía tabacalera y la conformación de sindicatos tabacaleros. 

En este proceso se fueron configurando fuertes conflictos entre los terratenientes y los campesinos por la propiedad de las tierras. Con la aparición de la política de Reforma Agraria, en los años setenta y ochenta, a algunos campesinos les fueron tituladas tierras y adjudicados terrenos baldíos. Sin embargo, a la fecha, muchas comunidades siguen esperando la titulación de sus tierras.

La situación del campesinado empeoraría con la llegada de la guerrilla a la región y posteriormente con el fortalecimiento del actuar paramilitar. Con mucha dificultad los campesinos seguían organizados aspirando acceder a tierras, mejorar la calidad de vida y participar en la política local.

Este proceso dejó consecuencias en las comunidades y en las organizaciones que, en muchos de los casos, no se pueden reparar. La gente perdió las tierras, se desplazó forzadamente y muchos dirigentes de la organización campesina fueron victimizados. En la actualidad existen organizaciones despolitizadas y fragmentadas, con las cuales se siguen pensando en el futuro.

Los pasos de la organización campesina en El Magdalena

Acto en memoria de las víctimas de desplazamiento forzado y otras violaciones a los Derechos Humanos. Los habitantes conmemoran los hechos sucedidos el 15 agosto de 1997. Fotografía: Abel Moreno Morelo.  Vereda La Palizua, municipio de Plato, Magdalena. 2015.

Mucho antes de la existencia de la ANUC en el Magdalena la expectativa generada entre los campesinos por la Ley 135 de 1961 posibilitó, entre otros factores, el impulso a procesos de colonización de tierras baldías para buscar el sustento.

Aún sin la existencia de organizaciones como la ANUC, el campesinado se reunía en “juntas campesinas” para promover procesos organizativos, en una zona de amplio impacto de la violencia liberal – conservadora. 

Algunas de las tierras colonizadas resultaban posteriormente con dueños, los cuales sacaron a la fuerza a los “invasores” de la mano de las autoridades civiles y de policía. En otros casos, los campesinos ocuparon tierras inexplotadas, con propietario, como las que pertenecían a la Shell. 

La Ley 135 de 1961 abrió la posibilidad de legalizar tierras baldías ocupadas con anterioridad por el campesinado. En general, el campesinado era expropiado por los terratenientes e ignorado por el gobierno. Desde esa época de finales de los años sesenta, se recuerda el maltrato y la violencia ejercida contra el campesinado. También las huellas dejadas en ellos.

Al fundar una ocupación, los campesinos se organizaban para desde allí, promover la adquisición de nuevas tierras y la organización de comunidades campesinas, dando origen a asentamientos como Los Andes, en el municipio de Nueva Granada.

En estos asentamientos los campesinos construyeron escuelas, vías, centros de servicios comunitarios, cooperativas. Estos esfuerzos se articularon con la adecuación de la tierra para la producción de tabaco en algunos de los municipios del Magdalena.

A partir de la organización campesina, fue promovida la estructuración de procesos de formación cooperativa y de promotores de salud para resolver las carencias en esta materia. En el caso de la educación, recuerdan que el centro del Magdalena cuenta con una importante cantidad de escuelas, fundadas a partir del esfuerzo y la lucha campesina.

En el caso del cultivo del tabaco, en torno a los conflictos generados entre el propietario de las tierras y los trabajadores, surgirían las primeras organizaciones sociales de carácter sindical e igualmente las primeras titulaciones de tierras promovidas por el Instituto de Fomento Tabacalero.

Desde 1964 se realizaron las primeras reuniones del campesinado tabacalero para la conformación de sindicatos. Además de la mejora en las condiciones laborales, algunos de estos sindicatos cuestionaron la concentración de la tierra y el poder terrateniente, sentando las bases para la estructuración posterior de comités campesinos que fundarían la ANUC – Magdalena.

Familia de Esteban Ruiz en la vereda San Pedro, municipio de Ariguaní, Magdalena. 1978-79. Fotografía: Albúm familia Ruiz. 

En materia del proceso organizativo sindical, se destacaron los campesinos trabajadores de los municipios de Plato y El Carmen de Bolívar sobre el valle del río Magdalena.

La dinámica de colonización, como la producción de tabaco, atrajeron nuevos colonos venidos del Cesar, Sucre, Córdoba y Bolívar, algunos de los cuales huían de la violencia liberal – conservadora y otros, sencillamente buscaban acceso a la tierra.

Sobre la fundación de la ANUC regional no hay en las memorias de los campesinos una fecha precisa de fundación. Su origen se ubica entre los años de 1967 y 1972. Sobre este aspecto son múltiples los recuerdos, así como sobre los epicentros fundacionales.

Según documentos encontrados en el archivo de Estéban Ruiz, la personería jurídica le fue entregada en el año 1972, agrupando los comités veredales que habían sido creados años atrás.

De la fundación de la ANUC participaron campesinos sin tierras, comerciantes y hasta ganaderos. Los campesinos se organizaron con el propósito de ser beneficiarios de los servicios del Estado y acceder a tierras. Esta organización fue posible igualmente por impulso que líderes campesinos de otras partes del país le imprimieron, principalmente los venidos de Sucre y Córdoba, entre otros. 

Algunos líderes, como Estéban Ruiz, recordaban que la ANUC se fundó para luchas contra el latifundio en el Magdalena. La conformación de esta organización empezó a traer beneficios en materia de acceso a la tierra para los campesinos de algunos de los comités, como el de Chibolo.

Con la fundación de la organización campesina, el campesinado empezó a tener expectativas favorables sobre su futuro: al tener acceso a la tierra, se iba a atener alimentación, trabajo, propiedad, y en general medios favorables para su desarrollo, al tener una familia estable y organizada. El futuro era próspero. El proceso de organización del campesinado se extendería hasta finales de los años ochenta.

En general en todos los municipios del centro del Magdalena se constituyeron comités campesinos que se complementarían con las juntas de acción comunal que se habían promovido desde los años setenta.

A partir de estas organizaciones, en el marco de la Ley 135 de 1961, se estableció entre el campesinado y el Estado una relación intermediada por el INCORA y sus funcionarios, para garantizar entre otras cosas el acceso a la tierra, bien por medio de la legalización de la tenencia, la adjudicación de baldíos o mediante la entrega de tierras adquiridas para tal fin (muchas o la mayoría de mala calidad).

Para algunos campesinos era mucho mejor acceder a la tierra de esta forma que invadiéndola. La promoción de la organización y los logros parciales en materia de acceso a la tierra estimularon la vinculación de jóvenes a la ANUC.

Sin embargo, no todos los campesinos accedieron a la tierra formalmente. A unos les titularon y a otros no. Este fue el caso de los campesinos localizados en los predios La Habana, El Encanto y Pasacorriendo en el municipio de Plato.

Algunos líderes aún recuerdan el mapa de adjudicaciones y de tierras ocupadas. Sin embargo, es un recuerdo que se va borrando paulatinamente de la mente, agudizado esto por el despojo de tierras del que fueron víctimas entre los años 1990 y 2000. Esto no significa que antes no hubieran sido despojados.

*Estos fragmentos hacen parte del capítulo "Campesinado en El Magdalena" de la serie "Campesinos de tierra y agua".

Por Centro Nacional de Memoria Histórica*

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