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Sergio Camelo, el hombre que fotografía a los policías “invisibles” de Colombia

Con su lente y un espíritu noble ha tratado de retratar a aquellos hombres y mujeres que se la juegan por un cambio en sus comunidades o a quienes también han sido víctimas del conflicto armado.

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Cindy Johanna Serrano González
27 de agosto de 2023 - 06:07 p. m.
Sergio Martín Camelo es fotógrafo, diseñador y documentalista. Ha trabajado para distintos medios de comunicación en Colombia y su trabajo fotográfico se ha publicado en cuatro libros. |
Sergio Martín Camelo es fotógrafo, diseñador y documentalista. Ha trabajado para distintos medios de comunicación en Colombia y su trabajo fotográfico se ha publicado en cuatro libros. |
Foto: Foto: Cortesía Sergio Martín Camelo Ortiz
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En la narrativa de la guerra en Colombia, los buenos son buenos y los malos son malos. Así, sin mayores reparos se construyó un discurso en el que se definieron una serie de bandos en el que estás a favor o en contra. En el que hay ganadores y perdedores. No hay puntos grises. Se trazaron líneas invisibles que no se pueden traspasar.

En esa narrativa de los absolutismos del conflicto, los relatos disruptivos de quienes se atreven a trabajar por la paz quedan condenados al silencio, al olvido o al anonimato. Es ahí donde Sergio Martín Camelo Ortiz apunta con su lente, encuadra y toma la foto.

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Sergio tiene 47 años, es fotógrafo, diseñador y documentalista. Ha trabajado para distintos medios de comunicación en Colombia, como las revistas Cromos, Shock y El Espectador; ha sido profesor y su trabajo fotográfico se ha publicado en cuatro libros y en otras obras en el extranjero. Pero lo que hace particular a Sergio es sin duda su destino narrativo, que no lo trazó él, sino que la vida se lo impuso desde que nació.

Creció en un hogar de policías, pero nunca quiso ser uno. Su padre fue excomandante de la Policía Metropolitana de Bogotá y uno de los encargados de liderar los cuerpos antiterroristas que después se convertirían en el Bloque de Búsqueda en la década de los 90, en pleno auge de la violencia narco. Esto lo puso en la mira de Pablo Escobar y lo obligó a irse del país con su familia a Inglaterra, donde fue agregado policial ante la reina Isabel II. Mientras, su hermano, llegó a ser un condecorado coronel e hizo parte de las Compañías Antinarcóticos Jungla, una unidad especial para propinar golpes al crimen organizado, labor que le costó una persecución del narcotraficante conocido como el ‘Alacrán’.

Su papá fue enfático: no quería que sus hijos hicieran la carrera militar, justo en tiempos en los que la vida de un policía costaba dos millones de pesos y eran el blanco de las guerrillas. “No hubiese servido para ser policía”, dijo a este diario, aunque trató de involucrarse con ese mundo a través de trabajo donde retrata las historias (muchas veces invisibles) de aquellos policías que por vocación hacían parte de las filas para defender el país. “Hay que reivindicar el valor de la Policía en la sociedad”, señaló.

Una cuestión de enfoque

La Policía Nacional no es la institución más popular del Estado. Según la encuesta de Invamer de junio de 2023, esa institución tiene una imagen desfavorable del 51 %. Pero, dice Camelo, toca cambiar el lente y revisar una a una las historias que hay detrás de quienes portan el uniforme. “Cuando tú imaginas a la Policía Nacional, sientes una entidad corrupta, pero cuando conoces al policía que organiza sancochos comunitarios en los barrios pobres de Cartagena o que organiza partidos de fútbol para que se desdibujen las fronteras invisibles de los barrios, ahí entiendes que los policías realmente son esas personas que buscan la paz”, relató.

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Su principal motivación para visibilizar la labor de la policía fue ver a los papás de sus amigos asesinados en esa época de terror. Dice Camilo que los policías (muchas veces sin altos rangos o destacadas condecoraciones) son los agentes de cambio de sus comunidades. Es una apuesta por equilibrar la balanza, más que una obligación moral con su pasado o su familia, según explicó.

Mitú: la noche de los jaguares

Para la conmemoración de los 20 años de la toma de Mitú (Vaupés), que perpetró la guerrilla de las FARC entre el primero y el cuatro de noviembre de 1998 y que dejó como saldo 56 personas muertas y 61 secuestradas, Sergio construyó en llave con la investigadora y escritora María Victoria Pérez Poveda, el libro Mitú: la noche de los jaguares, que no solo contiene una etnografía documental, sino que también le pone el lente al renacer de los sobrevivientes tras una de las peores tragedias del conflicto armado.

Una de las fotografías con las que comienza el libro, que captura el momento en el que un agente de policía indígena que se lanzó con todo y uniforme a las aguas del río para jugar con un grupo de niños indígenas desnudos, es la que le permitió ganar en 2018 el primer lugar en el concurso de fotografía I hear Peace, en el Festival Latinworks de la Universidad de Gottingen, Alemania. Es la primera vez que un colombiano recibe ese galardón. “Esa foto desmitifica esa idea de que el indígena no puede ser policía ni el policía puede ser indígena”, contó.

Otro contexto: Una foto en medio de la guerra

Con su dupla y amiga, construyeron desde el texto y la imagen un nuevo libro desde el Meta llamado Las aguas profundas de San Juan de Arama. El texto es un homenaje a los 21 policías que fueron víctimas de un atentado perpetrado por las FARC el primero de octubre de 1997 cuando se movilizaban en un camión de Villavicencio a San Juan de Arama. Los relatos del puñado de víctimas que logró sobrevivir al ataque, consagrados bajo una óptica esperanzadora, es el norte de esta entrega: hay que dignificar a los policías que también han perdido en medio de la guerra.

¿Y cómo hacerlo? Camelo cuenta que se la juega por los retratos, con miradas que no se quedan en el hecho victimizante que padecieron, sino en lo que pasó después de ese “Continuará”. Gracias a que estudió la corriente italiana tiene muy presente que el respeto es clave para entrar en la vulnerabilidad de las personas para tomar una foto. María Victoria, por otro lado, cree que su mirada distinta se da a partir del silencio y su nobleza para entender el contexto en el que se encuentra para capturar el lado resiliente de las comunidades.

Sergio se niega a creer que debemos elegir un lado dentro de tablero de la guerra. Insiste en que cuando se habla del conflicto se cae muchas veces en el facilismo de contar la misma parte de la historia, aquella que se queda en el ministerio doloroso y se regocija en la miseria de los territorios condenados a vivir en medio de la violencia. Por eso, es consciente que la fotografía en sí también tiene la capacidad de reparar parte de lo que se quebró.

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Sus próximos libros

Estos trabajos que ha realizado con el apoyo de la Unidad Policial para la Edificación de la Paz (UNIPEP) se complementarán con otras dos entregas que están próximas a salir: El arte da en el blanco: las formas estéticas de la violencia, social y política historia de las agresiones contra los policías y Guardianes de la Transformación. El primero, según María Victoria Pérez, cuenta la historia de los policías que ha sido víctimas a través de sus pertenencias; el segundo, que fue reporteado después del estallido social de 2021, mostrará los casos en los que los policías se la juegan toda, y a veces por su cuenta y sin esperar nada a cambio a, por una nueva realidad.

Cindy Johanna Serrano González

Por Cindy Johanna Serrano González

Comunicadora social y periodista de la Fundación Universitaria Los Libertadores.@cindyjohanna8cserrano@elespectador.com

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Rocio(21165)27 de agosto de 2023 - 09:03 p. m.
Me parece muy importante, porque, si, ellos aportan con su trabajo a que avancemos hacia territorios en paz. Pero si reconozco qUe puedo estar en la estadística de ese 51% que no estoy tan del lado de confiar en las fuerzas militares. Gracias por su trabajo.
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