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George Tapiero Quimbayo, de 27 años, es ingeniero agroecólogo y desde hace cinco años tiene en su teléfono celular su mejor aliado para cuidar la región amazónica. Es parte de Guardián Amazónico, un colectivo de 12 jóvenes caqueteños que utilizan la palabra y las imágenes para contarles a su departamento y al mundo cómo se puede cuidar la región amazónica. Aunque su sede está en Florencia, hay guardianes en San José de Fragua, Belén de los Andaquíes y Montañita.
Los guardianes amazónicos son jóvenes que nacieron y crecieron en medio del conflicto armado, que han sobrevivido a los combates y desplazamientos, y que, por eso mismo, están convencidos de que su compromiso con el territorio está en convertir su departamento en uno de los guardianes del Amazonas, teniendo en cuenta que Caquetá ha sido una de las tres regiones con mayores índices de deforestación tras la firma del Acuerdo Final con las FARC.
Además: Por primera vez en 10 años disminuye la deforestación: 29 % en 2022 frente al año anterior
Estos jóvenes se dedican desde 2018 a reconocer en redes sociales el trabajo de organizaciones comunitarias, campesinas e indígenas que cuidan la Amazonia a través de sus buenas prácticas. Caquetá no puede ser escenario solo de las noticias de la guerra, dicen los guardianes, sino también hay historias de resiliencia y superación.
El colectivo nació en la Universidad de la Amazonia. George y otros compañeros de clase decidieron usar sus capacidades para comunicar en redes sociales para luchar, a su manera, contra la deforestación. Uno de sus grandes logros fue la convocatoria que hicieron a una “Sembratón de árboles por la Amazonia”, en 2022. Esperaban que con los videos que subieron a Facebook pudieran reunir a unas 70 personas, pero llegaron más de 200 que unieron sus manos para lograr una siembra masiva de 30.000 especies forestales nativas. Ese día se dieron cuenta de que sí podían hacer incidencia y convocar a la comunidad caqueteña. “Esta historia generó mayor credibilidad para la edición de este 2023, en donde se sumaron más personas y organizaciones como Natura, El Sinchi y otras fundaciones ambientales”, dice con orgullo George.
A la pregunta de qué se necesita para ser un guardián amazónico, George contesta sin titubear lo que él hizo para serlo: “Hacer un ejercicio de cuidado mental individual, tomar decisiones radicales sobre la limpieza de mi mente, de nuestro hogar, y trabajar, por ejemplo en el barrio, con las Juntas de Acción Comunal. La Amazonia no solo está de manera presencial en los bosques, sino que está en nuestro accionar diario, sin importar dónde estemos. Eso nos hace guardianes”.
Su poder de convocatoria no solo quedó demostrado con la sembratón, sino con un ejercicio de veeduría ciudadana, otra de sus líneas de acción. Un día, al ver un puesto de salud que se inauguró en una vereda llamada El Caraño, que después de dos años seguía cerrado con los equipos médicos sin usar que empezaban a dañarse, decidieron denunciar a través de una serie de videos. Evidenciaron que las familias del sector rural tenían que viajar 40 minutos al municipio de Florencia para cualquier tipo de atención -teniendo irónicamente un puesto de salud en la vereda-.
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“Decidimos hacer ciberactivismo, establecimos una veeduría ciudadana y luego de unos meses logramos no solo poner en funcionamiento el lugar, sino también una inversión de más de $100 millones por parte de la Alcaldía Municipal, además de mostrar este ejemplo para inspirar a la comunidad a ejercer los mecanismos de seguimiento y control, recuerda Tapiero.
En este video se puede ver la gestión sobre el puesto de salud:
En lo ambiental, ya tienen un semillero de investigación donde promueven proyectos que se conviertan en una alternativa de desarrollo. Uno de ellos son los sistemas acuapónicos -producción de especies a raíz de las heces de los peces-.
“Eso nos sirve como abono para las plantas, pero también tenemos unas iniciativas y convenios con otras organizaciones que tienen viveros con plantas nativas que usamos en las sembratones. No queremos hacer esa actividad dejando un árbol abandonado, sino que sembremos un árbol nativo y le demos una identidad. Queremos que la persona se pueda hacer cargo de la especie que sembró, lo que ha generado un sentido de pertenencia”.
En pódcast: Guardián Amazónico, el reto de contar el Caquetá
George tiene muchos sueños con su colectivo. Sueñan con hacer incidencia más amplia en su departamento, llegar hasta Putumayo y Guaviare, hacer más alianzas con otros colectivos. Uno de estos se concretó hace dos semanas en un encuentro de líderes del suroccidente colombiano. Conoció a Pipe Qida, un joven que como él se convirtió en guardián, pero de Chiribiquete, el Parque Nacional más extenso del país. Con la unión de estos dos jóvenes se extienden aún más las redes de los guardianes de nuestra biodiversidad.