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Dabeiba, una lucha por la dignidad y la memoria que sigue pidiendo pista en la JEP

A partir del relato de una víctima de la guerrilla y los paramilitares en esta zona del Urabá antioqueño, este diario relata cómo comunidades de personas afectadas por la guerra en este municipio se quieren acercar a la justicia transicional para esclarecer hechos que por poco los exterminan.

Redacción Colombia +20
07 de septiembre de 2022 - 03:51 a. m.
La JEP ha logrado la entrega de diez cuerpos de víctimas de falsos positivos desaparecidos en este cementerio.
La JEP ha logrado la entrega de diez cuerpos de víctimas de falsos positivos desaparecidos en este cementerio.
Foto: Cortesía JEP

Hace poco más de dos décadas, Geny Úsuga vio por última vez a su hermano Carlos*. Por ese entonces, él tenía 16 años y estaba terminando la escuela en Dabeiba. Estudiaba apenas cuando le quedaba tiempo libre tras ayudarle a su madre en los cultivos familiares de banano; ser campesino era su orgullo y aumentar la productividad en su tierra era un anhelo que le arrebató la extinta guerrilla de las Farc, en mayo de 2001.

A lo largo de ese año, el Urabá antioqueño era un trofeo de guerra disputado ferozmente por los frentes 5 y 58 de esa guerrilla, y por paramilitares de las extintas Auc. Las tomas a poblaciones civiles, confinamientos, desplazamientos forzados, reclutamientos forzados, masacres y episodios de torturas estaban a la orden del día y no dejaban levantarse a una subregión que venía de una década degradante para su gente: las huellas de la masacre de La Chinita, en Apartadó, seguían vivas, así como las tomas armadas y episodios de violencia en Turbo, Carepa, Necoclí, y la recordada masacre de Amparradó -San José de Apartadó- en 1998.

Carlos, de acuerdo con su familia, le huía a cualquier forma de violencia, pero el destino decidió juntarlo con las armas en contra de su voluntad. Siendo menor de edad, él fue uno de los 134 niños reclutados por las Farc en el Urabá antioqueño durante 2001, según cifras del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).

“En el frente 5 había un aspirante a comandante, lo que hoy llamaríamos un “mando medio”, llamado Leonardo. A ese hombre lo conocíamos por acá por ser un guerrillero de bajo perfil, calladito y con el corazón lleno de maldad. Niño que veía con más o menos buen estado físico era niño que buscaba llevarse a sus filas. Uno de ellos fue mi hermanito de quien no tengo pista desde el día que lo sacaron de la finca. Las versiones que me han dado desde entonces crecen de piezas o no dan esperanzas”, narró Genny Úsuga.

A los Úsuga les han dicho relatos difusos. Hay quienes les han comentado que a Carlos lo asesinaron en combate con el Ejército y su cuerpo quedó en una fosa común. Otros les han llegado con una narración cruda en la que afirman que al jóven lo usaban como escudo humano, en su periodo de entrenamiento militar con la guerrilla, y en un combate con paramilitares fue asesinado. Y un puñado de ex miembros del frente 5 de las Farc, que por le momento Geny no quiere revelar, le dijeron a la familia que su hijo había escapado de la guerrilla y nadie volvió a saber de él.

“Es como si el mal lo hubiera perseguido siempre. lo añoramos y nos hace mucha falta. A nuestro muchacho se le aprovecharon de la nobleza y nadie hizo nada para cuidarlo. Nos arrepentimos y lo que buscamos ahora es justicia”, narraron miembros de la familia Úsuga.

El caso de Carlos llegó a Justicia y Paz, por una serie de confesiones de paramilitares que hicieron entender a la familia que su hijo y hermano tal vez había sido víctima de ellos, junto con otros niños y niñas en 1998 y en la última tanda de audiencias de reconocimiento llegó a la JEP.

La Sala de Reconocimiento de ese tribunal tuvo una diligencia en Dabeiba el pasado mes de julio, perola familia de Carlos no pudo estar presente. Según Geny, quien es nueva en la Mesa de Víctimas municipal, es porque no quieren atender individualmente ningún caso de alguien de su colectivo y también porque acusa que no quieren escuchar su caso, al ser una detractora abierta de algunos procesos de justicia transicional entre 2017 y 2019.

*Cambio en el nombre de la fuente, por petición de la familia

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