Desde 2005, las Madres de la Candelaria, un grupo de mujeres víctimas de desaparición empezaron a visitar a excombatientes de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) que estaban en prisión. A través del diálogo no sólo perdonaron a sus victimarios, sino que también juntos localizaron fosas, donde pudieron recuperar 60 personas desaparecidas.