Dese 1999 la Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz ha servido para homenajear ciudades que han tenido un logro significativo en la construcción de paz o han soportado un grave hecho violento. La primera fue en París, Francia, por su rol en la Declaración de los Humanos en 1945; luego Berlín, Alemania, después de la caída del muro que significó el fin de la Guerra Fría; en Hiroshima, Japón, por su resiliencia después de la bomba nuclear; en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, se hizo un homenaje a Nelson Mandela, y la lista sigue. Ahora el turno es de Bogotá.
La Cumbre eligió la capital de Colombia como sede para el evento que se desarrollará en febrero de 2017 como un homenaje al esfuerzo que está haciendo el país por encontrar una salida dialogada al conflicto armado con las Farc. Así lo explica Mónica de Greiff, presidenta de la Cámara de Comercio de Bogotá, la entidad que postuló la ciudad para ser sede del evento.
Así que ahora Bogotá debe preparase para recibir alrededor de 20 Nobeles de Paz Laureados, 270 medios internacionales, 150 organizaciones mundiales y asociaciones participantes así como 700 delegados de diferentes países de los siete continentes.
El reto es diseñar un evento que no sólo cumpla las expectativas internacionales sino que además supla las necesidades de un país que busca soluciones para reparar el tejido social, económico y político que dañó la guerra.
¿Qué significa para Bogotá ser la sede de la Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz?
Es el espacio más importante que hay en el mundo de reflexión sobre derechos humanos, conflictos, desarme y análisis de procesos de paz. Se reúnen los laureados con el premio Nobel de paz para compartir sus experiencias y su trabajo en sitios muy complejos en todo el mundo. Esto sirve para transferir buenas prácticas. También es una muestra de que la sociedad civil quiere aportar a la reflexión de paz.
Esto, además, promovería Bogotá como una ciudad global, atraería inversión extranjera y turismo de negocios. Nos parece importante posicionar la capital como una ciudad donde se pueden realizar eventos de esta magnitud.
¿Qué se tuvo en cuenta para elegir a Bogotá? ¿Tuvo que ver el proceso de paz con las Farc?
Claro. Colombia está de moda en este momento. Uno ve al Secretario General de la ONU que habla de la importancia de acabar los conflictos armados de manera negociada, y por eso es tan oportuna la coyuntura colombiana.
Ahora que el país está tan polarizado políticamente ¿qué quiere decir esta iniciativaque nace desde los empresarios de Bogotá?
Lo que queremos resaltar es la importancia de la reflexión sobre la paz, independiente a lo que suceda en el plebiscito y de las divisiones políticas. Colombia necesita construir su futuro basándose en el diálogo, con instituciones fuertes y demostrar que la sociedad puede participar en un debate con altura.
¿Cuánto costará ser anfitriones de la Cumbre?
Todavía no tenemos claro cuánto costará. Tenemos que determinar qué espacios físicos vamos a usar, quiénes van a venir y otros aspectos logísticos. Con este anuncio vamos a empezar a trabajar en los detalles de la Cumbre y a invitar a los premios Nobel de paz. De acuerdo con los laureados que nos confirmen asistencia podremos empezar a diseñar el tipo de evento que queremos.
¿Qué apoyo esperan de la Alcaldía y el Gobierno nacional?
No esperamos que la Alcaldía ponga recursos pero sí que nos preste su colaboración para la buena realización del evento. Hemo hablado con el presidente Juan Manuel Santos y con el alcalde Enrique Peñalosa y ambos están felices con la oportunidad. Esperamos hacerlo en lugares donde muchos ciudadanos puedan participar.
¿Cuál sería el tema central de la Cumbre?
Hay premios Nobel que han tenido trabajos muy significativos en temas de género, calentamiento global, víctimas de conflictos armados, así que tenemos a nuestra disposición una gran variedad de temas. Cuando nos confirmen asistencia podremos poner un tema específico.
¿Qué ideas han tenido para implantar lo autóctono colombiano a la Cumbre?
Queremos que haya mucha participación de los jóvenes. Nos parece que la voz de la paz la debe tener la gente joven así que muchos espacios se diseñarán con ese fin. El otro aspecto importante es que tanga una participación amplia de la sociedad civil todo esto con el fin de que se promueva el diálogo, la sana política y una reflexión en los beneficios que trae la paz.