Los hornos crematorios donde desaparecieron 560 colombianos
En la década de los 2000, Jorge Iván Laverde Zapata, exjefe paramilitar y conocido en la guerra como ‘El Iguano’, construyó unos hornos crematorios en el municipio de Juan Frío (Norte de Santander), para desaparecer las personas asesinadas por el Bloque Catatumbo de las Autodefensas Unidas de Colombia. En este capítulo hablamos con Javier Osuna, quien ha investigado este fenómeno criminal que afectó a, por lo menos, 500 personas. También está el testimonio de un habitante de Juan Frío, que rememora el recrudecimiento de la violencia y cuenta sobre los cambios que ha tenido el municipio para convertirse en territorio de paz.
Relatos de dos militantes del M-19 que sobrevivieron a la desaparición forzada
Pocas personas tienen la fortuna de contar que sobrevivieron a la desaparición forzada. Cuando intentamos hacer esta historia, nos encontramos con muchas dificultades, pero logramos rastrear la historia de Jose Cuesta y Guillermo Marín, exguerrilleros del M-19, quienes fueron desaparecidos en Bogotá por el Ejército en 1986 y 1988, respectivamente. Sufrieron torturas, los dieron por muertos, pero ambos se salvaron. En este episodio narran los hechos y las secuelas que quedan después de vivir este flagelo.
La memoria de los desaparecidos que guarda el Che Guevara de la Nacional
Detrás de la icónica imagen del Che Guevara, en la plazoleta central de la Universidad Nacional en Bogotá, hay una historia relacionada con la desaparición forzada en Colombia. Según testimonios, dos de los jóvenes que lo pintaron hicieron parte de un grupo de estudiantes, que entre marzo y septiembre de 1982 fueron desaparecidos por el Estado. Este fue el primer caso colectivo de desaparición en el país.
Buscar a los desaparecidos en los ríos, una deuda con la verdad
Una de las prácticas de los actores armados para desaparecer a las personas era lanzarlas a los ríos. De acuerdo con el Centro Nacional de Memoria Histórica, 1.080 cuerpos han sido recuperados en al menos 190 ríos colombianos. Durante décadas, las organizaciones sociales han denunciado que esta cifra es irrisoria para la realidad de este fenómeno que aún no se ha investigado lo suficiente. No se sabe cuántas personas en Colombia fueron arrojadas a los afluentes y hasta ahora, con la entrada en funcionamiento de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), se empezarán los planes de búsqueda en estos lugares. En este capítulo, expertos y testigos de estos crímenes explican por qué fue una práctica tan frecuente en la guerra, quién estuvo detrás de ellos y las dificultades para hallar a las víctimas.
Así se salvó Aladino Ríos de ser un falso positivo
Pocas personas pueden decir que se salvaron de engrosar la lista de las ejecuciones extrajudiciales o mal llamados “falsos positivos”. Aladino es uno de ellos. En 2008, este campesino del Huila se les escapó a sus victimarios, miembros del batallón Magdalena del Ejército, después de haber recibido varios impactos de bala. Durante diez horas caminó herido hasta que encontró ayuda. Desde entonces se ha dedicado a buscar la verdad y contar su historia para que esta no se repita.
Alcides Jiménez, el sacerdote al que asesinaron en plena misa
El 11 de septiembre de 1998, en la iglesia de Puerto Caicedo (Putumayo), delante de los feligreses, fue asesinado el padre Alcides Jiménez. Siempre se caracterizó por ir en contra de la tradición. Sus misas siempre se celebraron al aire libre y sus mensajes se mezclaban con la cultura popular. A pesar de que han pasado 21 años de su muerte, que se encuentra en total impunidad, varias iniciativas que él impulsó están vigentes, una de ellas tiene que ver con la independencia económica de las mujeres.