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El papa Francisco escuchó atento los discursos. De la visita que hizo por Colombia en 2017, quizás el momento más emotivo fue el encuentro en Villavicencio. Al pie del Cristo mutilado de Bojayá, símbolo de una de las tragedias más dolorosas del conflicto armado del país, el papa escuchó sin distinción a víctimas y victimarios lo que les había hecho la guerra de Colombia. Era la tercera visita papal a Colombia y la primera del siglo XXI. Había muchas cosas por contar.
“Nos reunimos a los pies del Crucificado de Bojayá, que el 2 de mayo de 2002 presenció y sufrió la masacre de decenas de personas refugiadas en su iglesia. Esta imagen tiene un fuerte valor simbólico y espiritual. Al mirarla contemplamos no solo lo que ocurrió aquel día, sino también tanto dolor, tanta muerte, tantas vidas rotas y tanta sangre derramada en la Colombia de los últimos decenios. Ver a Cristo así, mutilado y herido, nos interpela. Ya no tiene brazos y su cuerpo ya no está, pero conserva su rostro y con él nos mira y nos ama”, dijo ese día en la capital del Meta.
El primero en hablar ante las 6.000 personas que estuvieron en el parque Las Malocas fue Juan Carlos Murcia Perdomo, reclutado a los 16 años por la extinta guerrilla de las FARC. Francisco no le quitó sus ojos de encima. “Al pasar el tiempo me di cuenta de que estaba equivocado y tomé la decisión de reintegrarme a la vida civil (…) Siendo conocedor de lo absurdo de la guerra, me motivó la ilusión de ver a mis hijos crecer lejos de cualquier conflicto armado”, explicó Murcia ante el auditorio.
Quizás el más duro de los testimonios fue el de Pastora Mira García, otro símbolo de la violencia del país y una mujer atravesada por varias tragedias perpetrados por distintos grupos armados: el asesinato de su padre y de su primer esposo y luego la desaparición de su hija. “Hay que tener la capacidad de nombrar lo innombrable y perdonar lo imperdonable”, dijo ella durante su testimonio.
“Tienes razón, Pastora: la violencia engendra más violencia, el odio más odio, y la muerte más muerte. Tenemos que romper esa cadena que se presenta como ineludible, y eso solo es posible con el perdón y la reconciliación. Y tú, querida Pastora, y tantos otros como tú, nos han demostrado que es posible. Gracias, Pastora, por el gran bien nos haces hoy a todos con el testimonio de tu vida”, le dijo el papa visiblemente conmovido.
Entonces, la paz estaba en su esplendor en Colombia. Era septiembre de 2017 y solo habían pasado 10 meses de la firma del Acuerdo de Paz con la extinta guerrilla de las FARC. Esa visita de Jorge Mario Bergoglio —el primer papa latinoamericano, fallecido ayer a sus 88 años— fue uno de los tantos apoyos que le dio al fin del conflicto en el país. Escuchar testimonios de perdón entre antiguos enemigos fue una escena que conmovió a Colombia, pero también al mundo.
La relación del papa Francisco con Colombia estuvo marcada por ese compromiso profundo con la reconciliación. Desde el inicio de su pontificado, Bergoglio mostró especial interés por el proceso de paz colombiano, convirtiéndose en un referente moral y espiritual que acompañó, alentó e interpeló a todos los actores involucrados. Su influencia, aunque no siempre visible, fue decisiva en momentos claves de la historia reciente del país.
En septiembre de 2017, tras 31 años sin que un papa visitara el país, Francisco llegó a Colombia con el lema “Demos el primer paso”, frase que sintetizaba su llamado a construir una paz duradera en un país que apenas empezaba el camino con ese Acuerdo de Paz. Durante su recorrido por Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena, el pontífice no solo ofreció mensajes espirituales, sino que asumió una postura política y pastoral a favor de las víctimas del conflicto.
“Esa visita fue una verdadera gracia. Un don de Dios. Fue un impulso a la paz. El papa Francisco visitó Colombia en circunstancias de mucha tensión política, de discusión, de polarización sobre el delicado tema de la paz. Él no se metió a dirimir detalles, aspectos concretos de esa discusión política que es válida, que es sana, él lo que hizo fue darle un impulso, una motivación a todas las personas”, dijo a este diario el padre Vicente Casas Durán, rector de la Pontificia Universidad Javeriana en Cali.
En sus discursos, Francisco evitó la neutralidad. Respaldó con claridad los esfuerzos de paz del gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC y después alentó los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Aunque nunca se involucró de forma directa en las negociaciones, su respaldo moral fue un factor relevante para la legitimación de los procesos.
“Resulta difícil aceptar el cambio de quienes apelaron a la violencia cruel para promover sus fines, para proteger negocios ilícitos y enriquecerse o para, engañosamente, creer estar defendiendo la vida de sus hermanos. Ciertamente es un reto para cada uno de nosotros confiar en que se pueda dar un paso adelante por parte de aquellos que infligieron sufrimiento a comunidades y a un país entero. Es cierto que en este enorme campo que es Colombia todavía hay espacio para la cizaña. Ustedes estén atentos a los frutos, cuiden el trigo y no pierdan la paz por la cizaña”, dijo.
El cese con el ELN y la pelea Santos-Uribe
La apuesta del papa por la paz no terminó con su visita. Fue por el pontífice que se logró uno de los hitos más relevantes con el ELN: el cese al fuego de 101 días, hasta ese momento el más largo (en 2023 se dio uno que completó un año), que entró en vigor el 1.° de octubre de 2017, durante el gobierno de Santos. Era la primera vez en 54 años de conflicto que se daba un hecho de esa magnitud, que fue descrito como el “primer milagro del papa”.
El Gobierno de Santos reconoció que la visita al país fue fundamental para adelantar el cese que se venía trabajando desde hacía varios meses. “El mensaje del papa ha llegado profundamente a la mesa de negociaciones, desde hace dos meses estamos hablando de ello”, señaló Juan Camilo Restrepo, entonces jefe negociador del Gobierno.
Otras acciones del papa incluyeron mediar entre la pelea de los expresidentes Santos y Álvaro Uribe, que se había hecho aún más dura tras la votación del plebiscito por el Acuerdo de Paz en 2016, en el que ganó el no. En diciembre de ese año el jerarca los congregó en la Santa Sede para su reconciliación. El resultado no fue milagroso y ambos líderes profundizaron sus diferencias.
Aun así, durante años, siguió pronunciándose sobre la situación en Colombia.
Su último mensaje para Colombia fue en enero de 2025, pocos antes de ser hospitalizado en Italia por problemas respiratorios, cuando envió un mensaje expresando su “dolor y preocupación” por el resurgimiento de la violencia en regiones como el Catatumbo y por las muertes de civiles.
“Sigo con preocupación la situación de Colombia, en particular en la región del Catatumbo, donde los enfrentamientos entre grupos armados han causado muchas víctimas y más de 30.000 desplazados (hoy van cerca de 65.000). A ellos les expreso mi cercanía y rezo”, dijo.
En contexto: Papa Francisco habló de la crisis en Catatumbo: este fue el mensaje del pontífice
Numerosos líderes políticos, religiosos y sociales lo recordaron como un aliado incondicional de la paz, entre ellos el expresidente Juan Manuel Santos, quien varias veces pidió su ayuda en sus intentos de paz. “Lamento, desde el fondo de mi corazón, la partida del santo padre Francisco. Un ser humano bondadoso, carismático, humilde y amigo cercano de Colombia. Hará mucha falta, por el amor y la compasión que irradiaba. El mensaje de reconciliación que nos dejó en su histórica visita sigue más vigente que nunca para nuestro país y el mundo. Descanse en paz”, dijo en su cuenta de Twitter.
Lamento, desde el fondo de mi corazón, la partida del Santo Padre Francisco. Un ser humano bondadoso, carismático, humilde y amigo cercano de Colombia. Hará mucha falta, por el amor y la compasión que irradiaba. El mensaje de reconciliación que nos dejó en su histórica visita… pic.twitter.com/ZEay1jZIrc
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) April 21, 2025
Rodrigo Londoño, último comandante de las antiguas FARC, también dedicó algunas palabras al papa: “será recordado por su compromiso con los pobres del mundo y su inmenso apoyo a la paz de Colombia”.
Lamento profundamente la muerte de su Santidad el Papa Francisco.
— Rodrigo Londoño (@TimoComunes) April 21, 2025
Mis sentidas condolencias a la iglesia católica y a toda su comunidad.
Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, será recordado por su compromiso con los pobres del mundo y su inmenso apoyo a la paz de Colombia. pic.twitter.com/1pHM9804wl
Su visita, en 2017, no solo fue un gesto simbólico, sino un impulso tangible hacia la reconciliación nacional y por ello su paso dejó para muchos una marca indeleble y un mensaje que sigue resonando:
“Colombia, abre tu corazón de pueblo de Dios, déjate reconciliar. No le temas a la verdad ni a la justicia. Queridos colombianos, no tengan miedo a pedir y a ofrecer el perdón. No se resistan a la reconciliación para acercarse, reencontrarse como hermanos y superar las enemistades. Es hora de sanar heridas, de tender puentes, de limar diferencias”, pidió el papa Francisco.
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