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¿Por qué se inclinó por el piano?
Desde pequeña estuve rodeada de música, porque mi padre es trompetista y director de orquesta. Cuando era pequeña quería ser bailarina, pero paralelamente aprendí piano. A los diez años participé en la final de un concurso de pianistas Piano Lajos Papp, muy reconocido en Hungría. Sentir la música en el escenario fue decisivo para mí. A los catorce años tenía que elegir entre las dos carreras y sentí que el piano era mi misión.
A esa edad también la aceptaron en el Conservatorio Béla Bartók de Hungría. ¿Cómo fue su experiencia allí?
A decir verdad, esos fueron los años más difíciles de mi carrera: practicando un montón de horas, participando en cursos, conciertos y competencias. Mi infancia fue muy diferente a la de otros niños. No podía, por ejemplo, ir al cine, porque tenía que practicar. Quien quiere ser músico tiene un estilo de vida completamente diferente.
¿Qué músicos o compositores la inspiraron en su carrera?
Mi padre fue uno de los que más me impulsaron, y admiro mucho su trabajo. También admiro a Zoltan Kocsis, un músico húngaro que influyó profundamente en los pianistas de mi país. Pero, además, tengo el orgullo de decir que hago parte de la quinta generación de los alumnos de la escuela de Franz Liszt, un músico muy importante en mi país que a su vez estuvo influenciado por Niccolò Paganini.
¿Cree que es más difícil para las mujeres llegar a ser grandes pianistas? ¿Hay machismo en esas esferas?
La pregunta es muy buena. Pienso que desgraciadamente vivimos en un mundo machista. Me cuesta mucho trabajo ser una pianista igualmente aceptada que mis colegas hombres.
¿Cómo definiría su estilo personal?
Soy una persona muy humanista. Recuerdo mucho a Beethoven, Liszt y Bartók, tres compositores que representaron una música profundamente humanista también. Me siento conectada con ellos y busco representar este estilo a través de mi música.
Dice que ser pianista es una misión. ¿Cuál es esa misión?
Quiero llegar a sitios lejos de mi país, como Colombia, donde no conocen tanto estas tradiciones. Quiero divulgar este conocimiento y compartir con los niños la experiencia que se ha acumulado durante siglos en Hungría, para apoyar su desarrollo musical y personal. En Popayán, por ejemplo, dicté una clase a tres estudiantes. Mientras practican los animo, y eso también los ayuda en su desarrollo personal.