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“Dos mesas de diálogos de paz simultáneas pueden traer riesgos”

Así lo afirma Sebastián Guerra, investigador del Instituto de Paz de Estados Unidos, quien analiza los retos de los procesos de paz que se adelantan con el Ejército de Liberación Nacional y las disidencias de las FARC.

Camilo Alzate González

16 de junio de 2023 - 08:04 p. m.
Grafitis del ELN y de la Columna Móvil Dagoberto Ramos de las FARC-EP.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada

Sebastian Guerra es investigador del Instituto de Paz de los Estados Unidos y lleva años analizando las dinámicas del conflicto armado en el país. En esta entrevista habla sobre los riesgos y desafíos de tener procesos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con las disidencias de las FARC al mismo tiempo.

¿Cuáles son los retos de mantener procesos simultáneos con el ELN y las disidencias autodenominadas Estado Mayor Central, que han estado en confrontación mutua en varios territorios?

El sello de este Gobierno era la idea de Paz Total, que implicaba avanzar y negociar de manera simultánea con todo el mundo, pero eso no se ha traducido en una lectura estratégica y operativa, que analice copamientos de territorio, incentivos o desincentivos, tanto a nivel de las negociaciones como a nivel del terreno. Estas reflexiones no están en el centro, debería haber una anticipación de escenarios que revisen los posibles riesgos de que un proceso avance más rápido qué otro, y eso qué implica en términos de ir posicionando antecedentes. La primera idea es que sí la Paz Total es el sello del Gobierno, estas preocupaciones deberían estar en el centro. Ya tuvimos una experiencia que fue el cese final con las FARC y el cese de los 101 días con el ELN, pactado con el entonces presidente Juan Manuel Santos.

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¿Cómo le fue a ese precedente?

El manejo que le dio Santos tuvo que ver con que no hubiera simultaneidad entre ambas mesas negociadoras, las de las FARC y el ELN, Santos evitó eso. Si uno recuerda, el proceso que empezó en Quito en 2016 con el ELN solo inició cuando se había cerrado todo el proceso con las FARC, ya se iba a pasar a lo de las zonas de concentración y se había concretado el cese con ellos. Sólo en ese momento el Gobierno decidió abrir la mesa de diálogos con el ELN, ¿por qué? Porque anticipaban que tener dos mesas simultáneas con ambas guerrillas podría tener un efecto negativo sobre la mesa con las FARC. Mi interpretación es que temían que de pronto con el ELN se empezaran a renegociar cosas que ya se habían acordado con las FARC. Pero sí resultó conveniente que coincidieran los dos ceses al fuego: uno definitivo con las FARC, y un cese temporal de 101 días con el ELN en esa etapa temprana de la implementación con FARC, esa simultaneidad fue positiva, porque ayudaba al proceso con FARC. Ahí tuvimos esos aprendizajes y deberíamos traerlos hoy que se abre una mesa de diálogos con las disidencias del Estado Mayor Central (EMC): puede haber impactos si existen dos mesas de diálogos activas, una con el ELN y otra con el EMC.

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Pero los diálogos de Santos con el ELN venían por lo menos desde 2014, el ELN dijo que Santos quiso meterles presión para que se plegaran a Acuerdo de La Habana. El ELN también retrasó la discusión de la agenda varios años, ¿eso obedecía más a un criterio militar y estratégico o fue el ritmo de los acontecimientos?

Creo que tiene que ver con las dos cosas. Yo recuerdo ese momento y esa demora que hubo para instalar la fase pública con el ELN, después toda la controversia con el secuestro de Odín Sánchez [que bloqueó el inicio de la mesa varios meses], si cierta percepción de riesgo de tener las dos mesas de negociaciones activas y de manera simultánea. Santos pudo haber abierto esa mesa con el ELN de una manera más temprana.

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¿Fue una decisión de él entonces?

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Fue una decisión de demorarla, en un artículo que escribí hace unos de años capturé un par de declaraciones de Santos en donde el presidente reconocía que fue una decisión demorar esa mesa.

Eso es lo que el ELN le reprochó siempre: que quería meterles presión con que su Gobierno se acababa para obligarlos a firmar un acuerdo express.

Exactamente. Eso marcó mucho el acuerdo general con las FARC y el modelo negociador con ellos. También determinó mucho a esa primera delegación negociadora encabezada por el exministro Juan Camilo Restrepo, de plegar al ELN al famoso tren de la paz, que iba empujado por las FARC y ellos debían sumarse y montarse en eso. Ahora lo que vamos a tener en algunas zonas es un cese al fuego con el ELN muy parecido al de los 101 días que se pactó con Santos. Creo que sigue teniendo las mismas ambigüedades que tuvo aquel, aunque hay algo nuevo, en el acuerdo firmado este 9 de junio en La Habana se menciona a otros grupos armados, se dice expresamente que Mecanismo de Monitoreo y Verificación actuará también, en algunas regiones, con el propósito de ubicar y detectar a tiempo las acciones de actores armados que puedan interferir y afectar el desarrollo del cese al fuego “con ataques contra una de las partes o contra la población civil”.

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Eso es lo que Pablo Beltrán dijo desde marzo en una entrevista con Colombia+20, que era el Gobierno el que tenía que controlar a los otros actores. Una interpretación posible es que el Gobierno va a “cuidar” al ELN para que las AGC no los terminen de acabar en el Chocó, o en Arauca para que las disidencias no los golpeen…

Yo diría que este tema demuestra que hay una preocupación por esta confrontación que tiene el ELN con distintas organizaciones armadas en varios territorios y de alguna manera el cese al fuego y el mecanismo de monitoreo y verificación pues no puede estar ajeno a esas luchas y confrontaciones en los territorios, eso es muy evidente en ese punto, cuando el acuerdo menciona que parte de las funciones del mecanismo va a ser informar sobre la actividad de otros grupos armados. Parte de la capacidad del mecanismo se va a priorizar en zonas en donde hay confrontación del ELN con otros grupos, eso dice el acuerdo. Son los desafíos de la simultaneidad y los ceses al fuego temporales, por ejemplo, ¿qué hacemos en Arauca donde hay una confrontación activa del ELN con las disidencias? Se podría configurar un cese multilateral de facto.

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¿Qué podría hacer el Gobierno para enfrentar esa situación?

Primero debería reflexionar en términos de secuencia, no sólo de cómo negociar con todos al mismo tiempo y de la misma manera, sino introducir cierta idea de secuencia temporal, por ejemplo, dejar madurar más un cese al fuego. Hay mucha ambición y pretensión de rapidez.

¿Cómo entraría el Clan del Golfo o AGC a esta ecuación?

No veo que vaya a haber condiciones. No creo que vayan a entrar en este esquema, pero si eventualmente entrara debería ser en la misma lógica: evaluar zona por zona, evaluar si habrá simultaneidad o secuencia, los riesgos y oportunidades. Pero en últimas, el esquema al que nos acercamos más inmediato es un proceso con el ELN con cese al fuego activo, otro proceso con el Estado Mayor Central muy parecido al esquema que utilizó Santos con las FARC, de una mesa de negociación que mantiene la confrontación en el terreno, y nada con las AGC, sólo confrontación directa. Ese es el escenario más inmediato.

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¿Cuáles son los riesgos?

Los riesgos de este escenario son que el mecanismo de monitoreo y verificación del cese al fuego con el ELN se ve tensionado por la confrontación con las AGC y con el Estado Mayor Central, por eso se ve en la obligación de no solamente ocuparse del ELN, sino también de ese entorno de confrontaciones y eso puede entrar a debilitar ese cese.

Ha faltado audacia del Gobierno en pedirle, por ejemplo, a Iván Mordisco, que saque a su gente de Arauca para evitar esa confrontación que puede reventar el otro proceso que ya está andando…

Esas son las movidas que uno esperaría, movidas operativas, estratégicas y que anticipan escenarios. Es interesante lo de la simultaneidad, porque el sol de este sistema solar es el ELN y alrededor de que este proceso vaya bien los otros procesos se van moviendo como fichas. El proceso del ELN toma un protagonismo y juega un rol articulador frente a los otros.

Por Camilo Alzate González

Licenciado en literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira. Cubre temas relacionados con paz, derechos humanos y conflicto armado.@camilagrosocalzate@elespectador.com

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