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"Una parte de la verdad del conflicto está exiliada": Carlos Beristain

De nacionalidad española, este comisionado de la Verdad está dedicado a ubicar y escuchar a los cerca de 500 mil colombianos que viven en el exilio para motivarlos a que aporten su verdad sobre lo que ocurrió en los 50 años de conflicto.

Gloria Castrillón / @glocastri
03 de septiembre de 2019 - 11:00 a. m.
Carlos Beristain, comisionado para el esclarecimiento de la verdad. / Cristian Garavito - El Espectador
Carlos Beristain, comisionado para el esclarecimiento de la verdad. / Cristian Garavito - El Espectador

Carlos Martín Beristain es el único extranjero que ejerce como comisionado de la verdad. Es español y ha asesorado a varios órganos similares en otros lugares del mundo. En la comisión de Colombia es el encargado de buscar la verdad entre los colombianos que tuvieron que salir al exilio por cuenta del conflicto armado. Ya ha visitado 18 países, en varios continentes, y está creando redes con organizaciones que en estas décadas han apoyado a defensores de derechos humanos, desmovilizados de todos los grupos, campesinos y hasta militares y policías que huyeron del país tratando de salvar sus vidas. En esta conversación habla de los retos que tiene para encontrar esa verdad.

¿En qué consiste su tarea?

En dar visibilidad al exilio. Esta gente que tuvo que salir del país es como si no existiera. Ya he visitado 18 países escuchando a las víctimas de diferentes violaciones a los derechos humanos para abrir un espacio de escucha y de confianza. Hay dolores guardados. Estas personas tratan de dejar atrás su historia cuando salen del país, y esta es una oportunidad para hablar de las razones por las que tuvieron que irse. Estamos documentando casos, enfrentando las dificultades para hablar, la exclusión de la gente que está afuera.

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¿Cómo sacar esas verdades cuando las personas quieren dejar el pasado atrás?

Hay que entender que son personas que han tenido que integrarse a un nuevo país, que tuvieron que tramitar una solicitud de asilo, resolver la situación de los hijos, buscar trabajo, llevarse a la familia. No tienen un marco de reconocimiento. En Colombia hablaban con los amigos y sus grupos sociales. En otro país, durante muchos años, fueron extraños. Hay familias que nunca han hablado de lo que pasó. Acabamos de tener un encuentro de exiliados de toda Europa en el País Vasco. Había jóvenes que decían: “Yo no sé por qué nací en otro país, no sé por qué mi familia tuvo que salir. Yo sé que hubo dificultades, pero no más”. Hay que generar un espacio para hacer esos diálogos que nunca se hicieron porque no hubo tiempo o posibilidades, pero hay que hacerlos en una lógica constructiva. No se trata de rememorar el pasado porque sí. Se trata de asumir el pasado, lo que significa ser de aquí, pero también de allá, de buscar puentes en sus propias vidas.

¿Cómo están trabajando?

Hacemos visitas y encuentros con personas y organizaciones que han acompañado a los refugiados, que tienen su confianza. Esa es una red de apoyo porque la comisión no puede tener sedes ni equipos en cada país. Tenemos contactos con algunos Estados para obtener información sobre quiénes han pedido refugio, hemos formado gente para recibir testimonios. La próxima semana estaremos con ese taller en Canadá, hemos estado en Estados Unidos, Centroamérica y Europa para hacer trabajo de escucha, cómo incluir las verdades que están fuera de Colombia.

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¿Qué hallazgos hay hasta ahora?

Hay diferentes tipos de exilio desde el estatuto de seguridad de Turbay Ayala, uno en los años 80, otro en los años 90, y luego la masividad del exilio a Ecuador, Venezuela y Panamá en 1999, y la continuidad en los años siguientes. Hubo una disminución después de la firma del Acuerdo de Paz con las Farc, pero subió hace poco con el asesinato de líderes sociales. Hay una radiografía de lo que pasa en Colombia a través del exilio. La misión de la comisión es recoger testimonios desde 1958, hacer análisis de casos, clasificar tipos de víctimas, señalar las causas. Nos hemos encontrado con defensores de derechos humanos, campesinos, indígenas, afros, desmovilizados. Después del fracaso del Caguán hay un pico enorme.

¿Qué tipo de verdades están en el exilio?

Hay verdades de cosas que pasaron en Colombia que guardan jueces, militares, policías, defensores de derechos humanos, dirigentes de partidos políticos, de las guerrillas. Hay archivos que la gente se llevó, hay experiencias de personas muy relevantes que se fueron por salvar su vida. En muchos casos, nadie más tiene esa historia en el país. La otra es la historia de lo que significa la huida. Tenemos que explicar por qué medio millón de personas huyeron del país, qué circunstancias las llevaron a eso, no solo ver los números. Otra historia son los impactos de la desaparición, del desplazamiento, que están fuera, y otros son los impactos del exilio, de las condiciones en las que han tenido que vivir, los estigmas que recaen sobre el exiliado: “Este se fue por algo, porque era guerrillero, este se fue a pasarla bien”. Lo que hemos encontrado son historias de resistencia, de sufrimiento, de aprendizajes.

¿Por qué esos colombianos no han regresado?

Algunos no han vuelto por la persecución, porque han reconstruido su vida fuera, tienen hijos y proyectos personales. Otros, porque creen que no hay condiciones. Con el empeoramiento del clima social, la gente está perdiendo la confianza que pudo surgir en el proceso de paz y cree que no hay condiciones para volver. Por otro lado, no hay políticas de retorno. En Guatemala, por ejemplo, hubo acuerdos entre los campesinos y el Estado sobre las condiciones para el retorno. Hay varias preguntas sobre las políticas de retorno que debe hacer Colombia, qué condiciones se necesitan para un retorno efectivo.

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¿Ustedes entregarán un perfil de los refugiados? ¿Quiénes son?

Hay estudios que han hecho universidades en Canadá, en España. La comisión podrá dar una radiografía profunda del exilio. Estamos trabajando con mucha gente que quiere que su verdad sea escuchada y los recursos económicos son limitados. El exilio colombiano está muy disperso, encontramos personas hasta en Australia. Según cifras de Acnur, son 500.000 refugiados. Hay personas que no demandaron asilo, que accedieron a otro estatus porque era más fácil conseguir trabajo, había menos estigmatización. Ya hay gente que se ha organizado en mesas de víctimas.

Si alguien ve esta entrevista en el exterior, ¿cómo puede acceder a la comisión?

En la página de la comisión: www.comisiondelaverdad.co.

Por Gloria Castrillón / @glocastri

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