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Los obstáculos de los jóvenes que quieren permanecer en el campo

Cada vez menos jóvenes optan por forjar su vida en el campo, pero en gran parte se debe a la falta de tecnificación de los procesos, los bajos salarios y la baja participación.

Redacción Colombia

16 de diciembre de 2024 - 11:05 a. m.
Iniciativas como Juventudes Ganaderas buscan atraer y empoderar a los jóvenes para revitalizar el sector ganadero colombiano.
Foto: Juventudes ganaderas
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El campo enfrenta un gran desafío generacional, ante la falta de mano de obra juvenil. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en 2022, la mayoría de campesinos del país tenían entre 41 y 64 años, por lo que en una década disminuirían de forma considerable el número de personas trabajando la tierra, mientras que solo la cuarta parte de los 12,5 millones de jóvenes que viven en Colombia permanecen en el campo. A simple vista, varios factores han llevado a los jóvenes hacia las ciudades, como los bajos salarios, sectores resistentes al cambio o que requieren un alto grado de inversión.

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Alejandro Cardona, de 23 años, tecnólogo agropecuario y estudiante de Ingeniería Agropecuaria, se dedica a la ganadería en el nordeste antioqueño. Empieza generalmente a trabajar a las seis de la mañana, ensillando un caballo para acompañar a los vaqueros en la jornada que va hasta las 4:30 p.m. Otros días, los dedica a hacer inventario y cuidado de los animales, por lo que los lleva a un corral, donde verifica su trabajo que consiste en revisar las condiciones sanitarias, en lo que puede tardar todo el día.

“Puedes encontrar una vaca que se le quebró una pata y tienes que entrar a actuar. No te puedes ir de la finca hasta solucionar porque no la puedes dejar ahí. Es relativo. En la parte agrícola, un día comienza a las 5:30 a.m., todo el día puedes estar con un azadón agachado moviendo la tierra por ahí hasta las 4 o 5, bajo el sol o la lluvia, entonces puede ser duro, pero todo es cuestión de pasión”, cuenta Cardona.

Historias como la de Cardona se repiten en otras partes del país, pero Javier Ruiz, médico veterinario zootecnista, secretario técnico ganadero del Atlántico de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) comenta que falta implementar nuevas tecnologías en el agro, lo que hace que el trabajo sea más pesado y menos atractivo que en otros países. “Están llevando la ganadería ochentera con prácticas que en algunos casos terminan siendo obsoletas”, explicó Ruiz, quien resalta que “no se trata de desechar lo que hemos aprendido, sino de transformarlo y fusionarlo con nuevas tecnologías y métodos de trabajo que optimicen la producción y hagan más sostenibles las actividades ganaderas”.

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Algo similar considera Ana González, quien decidió seguir los pasos de su padre en la ganadería tras graduarse como ingeniera industrial. Es la única de siete hermanos que se interesó por esto. Ella es una de las fundadoras de Juventudes Ganaderas, un grupo que surgió de la necesidad de acercar a los jóvenes a la agricultura y darles herramientas de emprendimiento que les permitan generar fuentes de ingreso y tomar el agro como una opción de vida.

Y es que para González, una de las principales barreras que enfrentan en el campo es la resistencia de los adultos de aceptar implementar las ideas de los jóvenes. Por eso, el grupo, de 42 jóvenes, por ahora busca transformar los conocimientos y prácticas existentes. “Los jóvenes de hoy intentan meterse, pero puede ser un intento fallido porque el papá no quiere pasar de una ganadería tradicional a una tecnificada. Quieren pasar animales con genética sin tener la alimentación que requieren o sin la infraestructura que necesitan” explicó González.

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Ruiz menciona que a esto se le suman las precarias condiciones laborales, por la carga de trabajo físico y baja remuneración, por lo que cada vez es más común que los jóvenes tengan un segundo tipo de ingreso.

Lo que preocupa es lo que pueda pasar. Para el médico veterinario, las decisiones que tomen los jóvenes herederos de estas prácticas serán importantes, porque pueden terminar vendiendo las tierras o los negocios a quienes sí estén interesados en trabajar la tierra lo que dará la continuidad a las practicas, pero no hay nada seguro, por lo que iniciativas como la de las Juventudes Ganaderas pueden ser alternativas viables, teniendo en cuenta que la intención de los jóvenes de seguir en el campo solucionará el rezago.

Cardona añade que, aunque hay adultos en el campo que han sido maestros para él, el trabajo de campo es pesado, lo que también aleja a los jóvenes, como lo ha visto en su facultad de Ciencias Agrarias, donde hay unos 250 estudiantes, frente a otras carreras que pueden tener hasta 2.000. “Uno puede pensar que eso es más trabajo para mí, porque hay menos competencia, pero eso es muy egoísta, porque por más oportunidades que uno tenga, no me puedo multiplicar y no puedo ir a demasiados lugares” agregó.

González y Cardona concuerdan en que se requiere trabajar en la motivación de los jóvenes y el interés de seguir trabajando la tierra. “Sin el campo no hay ciudades. La comida siempre tendrá que llegar de allí. Los campesinos de hoy, por su avanzada edad, requieren un recambio generacional. Sin ese recambio, no podremos pensar en el alimento que llega a las ciudades”, concluyó Cardona.

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