Capturan 328 personas por tráfico de droga en colegios y universidades de Colombia

Las detenciones hacen parte de la tercera fase de la "Operación Reprobados", que viene adelantándose desde la semana pasada en departamentos como Santander, Tolima, Bolívar, Risaralda, Boyacá y Quindío. El golpe más reciente fue este martes en el centro de Bogotá.

-Redacción Bogotá - bogota@elespectador.com
02 de abril de 2019 - 10:40 p. m.
Referencia / AFP
Referencia / AFP

La Fiscalía puso en marcha la tercera fase de la "Operación Reprobados", en la que a través de labores de inteligencia e inspección de establecimientos, se han capturado más de 300 personas señaladas de hacer parte de organizaciones dedicadas a la producción, transporte, almacenamiento y expendio de estupefacientes en los alrededores de instituciones educativas del país. 

Los operativos vienen adelantándose desde la semana pasada en 77 instituciones educativas de diferentes departamentos (68 colegios y 9 universidades). Entre ellos, sobresalen las 45 capturas que se hicieron efectivas en Santander; 44 en Tolima; 38 en Bolívar, 31 en Risaralda; 24 en Boyacá, y 23 en Quindío. 

El golpe más reciente se llevó a cabo en la mañana de este martes, cuando el CTI de la Fiscalía en compañía de unidades del Ejército, realizó una inspección compleja en restaurantes, cafeterías, parqueaderos y otros locales comerciales aledaños a universidades del centro de Bogotá, en búsqueda de una red de microtráfico, dedicada a expender estupefacientes en este entorno educativo. 

>>>Lea: Por microtráfico, CTI y Ejército realizan operativo en alrededores de la U. de Los Andes

Esta intervención dejó como resultado la captura de 11 presuntos integrantes de la red, identificados por medio de videos, quienes serán presentados ante jueces de control de garantías y se les imputarán los delitos de concierto para delinquir, y fabricación, tráfico y porte de estupefacientes.

De acuerdo con la investigación de las unidades del CTI, la estructura se encargaba de almacenar y comercializar marihuana, cocaína y drogas sintéticas, que eran hechas con medicamentos para trastornos psiquiátricos o tratamientos veterinarios. Además, durante la diligencia fueron encontradas envolturas o filtros saborizados para tabaco en los que ocultaban cigarrillos de marihuana para evadir los controles de las autoridades. 

La modalidad utilizada era el expendio a personas referidas o recomendadas por consumidores habituales, en establecimientos de comercio como papelerías y cafés internet. Sin embargo, la modalidad más recurrente eran las entregas a domicilio. Agentes encubiertos detectaron que las drogas eran ofrecidas y sus ventas concretadas a través de WhatsApp o llamadas telefónicas a grupos muy cerrados de estudiantes. 

Las labores de comprobación de esta modalidad tardaron casi ocho meses, mientras que los funcionarios ganaron la confianza la cabecilla de la estructura, quien, según la investigación, era el encargado de cerrar las negociaciones ilícitas cuando las entregas se hacían en el establecimiento comercial que utilizaban como fachada. Por su parte, los cómplices hacían domicilios hasta las viviendas arrendadas por los estudiantes en el centro de la ciudad entre las localidades de Santafé, La Candelaria y Teusaquillo.

Otra de las modalidades de distribución se hacía en parqueaderos cercanos al extremo oriental de la Universidad de Los Andes, los cuales eran administrados por uno de los integrantes de la red, quien junto a sus hermanos permitiría el ingreso de vehículos conducidos por consumidores.

Estas pruebas fueron recogidas por medio de videos de la zona y grabaciones realizadas por los agentes infiltrados que descifraron la rutina, los horarios y las formas de camuflaje utilizadas. 

Golpes más representativos en diferentes regiones del país:

Uno de los descubrimientos de los investigadores que más destaca la Fiscalía es la evidencia de que, a cambio de un cobro por gramaje, una disidencia del frente sexto de las desmovilizadas Farc, al parecer, cuida los cultivos de la marihuana que posteriormente es distribuida en los entornos educativos, en el corregimiento Tacueyó, en Toribio (Cauca).

Estas personas serían los denominados capos de la región y, al parecer, movían los cargamentos listos para su comercialización hasta Santander de Quilichao (Cauca). Desde allí, la droga salía camuflada entre cajas que daban la apariencia de encomiendas o equipaje, y era transportada en buses de servicio público hasta Tunja (Boyacá). Los cargamentos serían recibidos por alias ‘El Boyaco’, señalado cabecilla de la banda delincuencial autodenominada "Gato Negro", quien es  sindicado de definir las cantidades de estupefacientes que salen desde sus puntos de acopio hacia municipios de Santander, Meta, Boyacá, Norte de Santander, Arauca y Cundinamarca, y seis ciudades capitales (Bogotá, Villavicencio, Bucaramanga, Cúcuta, Arauca y Tunja).

De igual manera, hay material probatorio que indicaría que la sustancia también llegaba a contactos en Venezuela, exactamente a Valencia, Estado de Carabobo. 

Los agentes infiltrados en la estructura establecieron que mediante esta modalidad alcanzaban a trasladar hasta dos toneladas de estupefaciente. Finalmente, se reafirmó que el destino final de las drogas eran los entornos educativos, en los que ‘jíbaros’ les entregaban a los niños y adolescentes las dosis, y su vez, los instrumentalizaban para comercializar la mercancía.

Parte de esta actividad ha sido detectada en los alrededores de varias universidades de Tunja, algunos colegios en Sogamoso, y centros de educación técnica y superior en Bogotá.

Con todo este material probatorio, se logró la captura de 22 presuntos integrantes de ‘Gato Negro’, en diligencias judiciales cumplidas en Tunja y otros municipios de Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Santander y Meta. Los detenidos serán presentados ante un juez de control de garantías y se les imputarán los delitos de concierto para delinquir, porte ilegal de armas y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.

En el departamento del Atlántico, las labores de inteligencia pusieron al descubierto a "Los Tabucos", una de las estructuras involucradas en la mayoría de casos de tráfico de estupefacientes en Barranquilla.

La comercialización de la marihuana y cocaína se hacía en casas de familia, a las que se permitía el ingreso de algunos consumidores habituales. En ese sentido, las viviendas eran utilizadas como centros de acopio y casas de vicio, por lo que serán sometidos a procesos de extinción del derecho de dominio. Hasta el momento se ha hecho efectiva la captura de cinco presuntos integrantes de la red de narcotráfico.

En esta región también fueron detenidas cuatro personas, y una más fue notificada en centro carcelario por su presunta participación en una organización que camuflaba cocaína entre cajas utilizadas para empacar hamburguesas. El estupefaciente iba escondido entre papeletas que simulaban ser sal y de esta manera, era entregado a domicilio a través de vehículos y mototaxis. 

Por otro lado, en las inmediaciones de la Universidad del Quindío, la Fiscalía detectó un expendio de estupefacientes en una zona boscosa y abandonada de Armenia. Los agentes encubiertos registraron la dinámica criminal de ese entorno, conocido como la ‘Cueva del Humo’ y detectaron que allí confluían ‘jibaros’, universitarios y estudiantes menores de edad. 

Contra esta organización la Fiscalía logró 35 capturas, además de la incautación de cocaína y drogas sintéticas como cocaína rosada.

En Villavicencio, se detectó una estructura de venta de drogas de la que hacían parte personas externas a la Universidad de Los Llanos y algunos estudiantes. Allí fueron capturadas nueve personas.

 

 

 

 

 

Por -Redacción Bogotá - bogota@elespectador.com

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