El país atraviesa su duodécima semana en cuarentena y los problemas económicos no discriminan entre lo rural y lo urbano. Una mezcla de estos dos mundos es la galería del barrio Santa Elena, en Cali; una tradicional plaza de mercado, con más de 57 años al servicio de su ciudad, que surte al 80% de las tiendas en la capital del Valle, pero que por la emergencia sanitaria atraviesa días bajos.
En sus predios, que rondan los 10.730 metros cuadrados, se mueven al mes cerca de 20.000 toneladas de alimentos, cantidad que la convierte en la séptima central de abasto más grande del país, según un informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Edgar López, gerente de la galería Santa Elena y vocero de los comerciantes del barrio, insiste que a esta plaza no se le puede estigmatizar como uno de los puntos donde se concentra el virus. Si bien, el alcalde Jorge Iván Ospina decidió cerrar la plaza por nueve días, desde el 2 de junio, por un repunte de más de 80 casos de CPVID-19, López alega que “ninguna autoridad ha demostrado que al interior de la plaza se haya encontrado un caso positivo. Es más, hemos seguido todos los protocolos e invertimos más de 20 millones de pesos en elementos de bioseguridad para evitar a toda costa el virus”.
Según un censo de la Secretaría de Desarrollo Económico de Cali y estimaciones de la gerencia de la plaza, apenas 80 personas que trabajan en la galería Santa Elena lo hacen de manera formal. Otros 3.800 lo hacen de manera informal y para ellos la Alcaldía emitió un bono de mercado, por 80 mil pesos. La cosa no mejora teniendo en cuenta que entre empleos directos e indirectos, la plaza genera unos 24.000 cupos de trabajo al año, que también están en el limbo.
También le puede interesar: Bazurto, abierto solo para mayoristas en Cartagena
Stella Burbano vende tomates y bananos a las afueras de la plaza, desde 2006. Desde el cierre temporal de la galería, le tocó levantar su puesto y cambiar su forma de vivir. “El año pasado tuvimos una ligera baja en las ventas porque el clima y las plagas no ayudaban. Pero nada se compara con la emergencia de ahora, porque nos cortó todas las entradas para los gastos de arriendo, no tenemos cómo mantenernos y nos tocó ir a vivir temporalmente con mi madre”, describe Burbano.
Para darle una solución más de fondo a este tipo de problemas, desde la Secretaría de Desarrollo Económico de la ciudad se tiene contemplado invertir cerca de 400 millones de pesos para ayudar a las mujeres que trabajan en la plaza, especialmente si son madres.
Ahora, en materia de seguridad ciudadana, también está puesta la lupa sobre Santa Elena. Jimmy Dranguet, subsecretario de Seguridad y Justicia de Cali, reitera que unirán sinergia “con el sector formal e informal para darle un cambio trascendental a la plaza”.
Por medio de un documento que emitió la Alcaldía, se concretó que estos ajustes que tendrá Santa Elena en las próximas semanas irán encaminados a definir cuáles serán los puntos destinados para las ventas en los espacios públicos alrededor de la plaza, porque tanto comerciantes como autoridades, concuerdan en que una buena adecuación de estos lugares le dará una imagen diferente a la plaza, para que sigan avanzando en infraestructura y seguridad y así se mantengan como una opción ineludible para abastecer a casi todos los rincones de Santiago de Cali.