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En el sur de Cali, el personero de la ciudad, Gerardo Mendoza, habría sido seguido por un vehículo particular cuando se dirigía a su residencia luego de participar en una actividad de derechos humanos en la Universidad de San Buenaventura. El hecho ocurrió en la noche del jueves 22 de mayo, el mismo día en que fue asesinado Jesús Antonio Cuadros, primo del padrastro del niño Lyan Hortúa, quien había sido secuestrado el 3 de mayo en Jamundí.
Según Mendoza, el esquema de seguridad detectó que el carro sospechoso no se alejaba pese a los desvíos. “Lo que le puedo manifestar es que hubo una aparente persecución. El esquema de seguridad enseguida evalúa la situación, advierte sobre un vehículo que nos seguía y, a pesar de los cruces, el esquema seguía sorteando, el vehículo seguía”, dijo a El Tiempo.
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El personero ha acompañado el caso de Lyan con fines humanitarios y en defensa de los derechos de los niños. Afirmó que su participación ha sido exclusivamente para apoyar a la familia en ese aspecto. “Me resisto a relacionar esto con estos hechos (la liberación de Lyan). Mi único contacto con la familia ha sido para ayudar en lo humano. No tuve nada que ver con ningún aspecto económico frente a este caso. He alzado mi voz para marchar por los niños”, afirmó Mendoza.
Ese mismo día, Cuadros fue asesinado en el centro de Cali. Según las autoridades, fue el hombre que entregó el dinero para la liberación del niño. Tenía antecedentes judiciales y había sobrevivido a un atentado en 2014. El general Carlos Oviedo, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, confirmó que el secuestro de Lyan fue con fines extorsivos y que la familia pagó una suma importante por su liberación.
Oviedo explicó que la familia hizo la negociación directamente con disidencias de las Farc, sin notificar a las autoridades. “La Policía Nacional no tuvo conocimiento del pago de algún monto de dinero por el rescate del menor. Nosotros asignamos (a la familia) un experto en negociación para que los asesorara y los acompañara ante un eventual contacto para una exigencia de suma de dinero, cosa que no tuvo conocimiento la Policía”, dijo el general.
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Mendoza también reveló a Blu Radio que los captores intentaron canjear a Lyan por su madre o su padrastro. Las investigaciones indican que el secuestro estaría vinculado a una deuda pendiente del padre del niño, José Leonardo Hortúa Blandón, alias “Mascota”, asesinado en 2013. Según la Policía, el hombre era cabecilla de la banda criminal “Los Rastrojos”.
Las autoridades avanzan en las investigaciones por el asesinato de Cuadros y en el análisis de las posibles amenazas contra el personero. Mientras tanto, Mendoza reiteró que su intervención en el caso de Lyan ha sido exclusivamente humanitaria.