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Tras 13 años como un proyecto inconcluso y símbolo de frustración para familias afectadas, el alcalde de Cartagena, Dumek Turbay, anunció la reactivación del edificio Ocean Towers en el sector de Bocagrande, con el fin de terminar la construcción que inició en 2012 y que debía entregarse en 2015.
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El mandatario, en medio de un Consejo de Gobierno, reveló que su administración está evaluando dos propuestas formales de inversionistas interesados en rescatar esta edificación de 27 pisos, actualmente abandonada.
“En este proceso lo que debe primar es brindarle todas las garantías y beneficios a los afectados, donde no solo hay cartageneros, sino colombianos de todas las regiones y extranjeros. Así como siempre se ha vinculado a los damnificados, haciéndolos parte activa del proceso; ahora en lo que se viene podrán estar al tanto del desarrollo cada vez que lo requieran, a través de Control Urbano”, indicó el mandatario distrital.
El proyecto Cartagena Ocean Towers fue impulsado originalmente por Grupo Ocean S.A., Inversiones Las Palmeras Ltda. y Alianza Fiduciaria, quienes constituyeron el fideicomiso encargado de su desarrollo.
Sin embargo, las obras se paralizaron y el deterioro estructural por la inacción y la exposición a los elementos ha obligado a realizar una nueva evaluación técnica antes de reiniciar los trabajos. En 2018, las obras reportaban un avance del 70%, aunque desde entonces la infraestructura ha sufrido daños adicionales.
En agosto de 2023, la alcaldía tomó posesión del inmueble tras una orden judicial tras la condena a los responsables y la designación de un agente liquidador, en una medida que busca proteger los derechos de los compradores, muchos de los cuales presentaron demandas colectivas en tribunales de Bogotá.
Un caso emblemático involucra a una compradora que en 2024 logró una sentencia favorable que ordenó la devolución de más de $800 millones, superando el valor inicial de su inversión.
De esta manera, el alcalde Turbay aseguró que en este nuevo proceso se dará participación activa a las familias afectadas, quienes reciben información constante a través de Control Urbano, y se contemplan garantías para el bienestar de los damnificados, entre ellos ciudadanos de distintas regiones e incluso extranjeros.
La iniciativa también busca controlar el impacto urbano que tiene esta construcción inconclusa y rescatar un símbolo urbano deteriorado en Bocagrande.
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