
Durante la temporada de lluvias, la quebrada se convierte en amenaza, refugio y testigo de los miedos, las resistencias y las formas de habitar un palenque donde el agua no siempre limpia.
Foto: Archivo Particular
En San José de Uré, durante los meses de octubre y noviembre, el miedo se llena de agua. Todas las familias, en especial aquellas que viven al lado de la quebrada de Uré, se mantienen en estado de alerta. El resto del año el miedo se llena de otras cosas. Ana Judith, una mujer negra cuyos ojos brillan como círculos de plata, raya un coco en la sala de su casa, ubicada en el barrio Rabolargo, específicamente, a orillas de la quebrada. Afuera, las nubes grises oscurecen la mañana. El viento trae noticias con olor a lluvia. Ana, divide su...
Por Alex Manuel Galván Guzmán
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