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La organización no gubernamental, Fundación Social Cordoberxia, denunció dos asesinatos en Tierralta, Córdoba, en la última semana, en los que se utilizó un arma de fuego, pero además se encontraron letreros al lado de las víctimas “justificando” los asesinatos, lo que para la ong responde a acciones “sistemáticas y con patrones comunes, cometida desde luego por organizaciones criminales sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo”.
Una de las víctimas fue identificada como Miguel Calderín García, de 25 años, quien fue encontrado con las manos atadas en su espalda, el pasado 2 de febrero en el barrio 9 de agosto. A su lado había un letrero que lo señalaba de ladrón. “Por ratero, los tenemos identificados, los robamotos, los que se meten en los negocios plomo con ellos”, decía el aviso.
Dos días después, el 4 de febrero, fue asesinado otro hombre en la vía al reasentamiento El Rosario. Un cartel a su lado decía: “Para que vean los rrateros de motos, de los amigos de lo ajeno que no hablamos mierda que ya tenemos mas de varria rratas ubicados asi van a terminar todos acatan o acatan (sic)”.
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Ante esto, a Fundación Social Cordoberxia hizo un llamado a las autoridades municipales y nacionales “para que activen mecanismos y rutas urgentes en conjunto con la Fuerza Pública y la Fiscalía, que conjuren la no repetición de hechos como estos”. La ong también considera importante que el Gobierno Nacional genere un plan de choque contra la criminalidad organizada y el sicariato en el municipio.
“Finalmente, solicitamos la realización de un Consejo de Seguridad urgente de carácter departamental con presencia del Gobierno Nacional, que prevenga la continuidad de este tipo de crímenes horrorosos”, puntualizó la Fundación.
Según el investigador Carlos Mario Perea, experto en temas urbanos desde hace al menos 20 años, el fenómeno de “limpieza social” se ha convertido en una práctica sistemática que permea a la sociedad colombiana desde hace al menos 40 años.
Este fenómeno se presenta cuando un actor se arma para ultimar a población civil desarmada. Así es como lo define Perea. Y aclara que existen tres tipos de limpieza: social, política y étnica. La primera es un aniquilamiento sistemático sobre poblaciones que tienen características específicas por una condición o identidad social. Por eso sus víctimas suelen ser jóvenes, pandilleros, personas que consumen drogas, que hacen robos o que son homosexuales o transgénero.