Ciro Galindo, protagonista del documental Ciro y yo, lanzó una fundación que promueve el diálogo y actividades comunitarias como mecanismo para trascender los traumas de la violencia en el país. Se llama Ciro y todos y funciona en el barrio San Antonio en esta ciudad, donde vive Galindo.
Para la ceremonia de apertura, Galindo preparó - con el apoyo de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas-, el documental dirigido por Miguel Salazar que no solo retrata su tragedia,sino que refleja un mensaje de perdón, pero no de olvido.
(Lea también: Ciro y Yo, un documental que grita: “Perdón si, olvido no”)
Galindo es un campesino que nació en Coyaima, Tolima y sufrió la violencia de todos los actores involucrados en el conflicto armado que ha vivido Colombia por más de 50 años: la guerrilla, los paramilitares y los actores estatales.
En medio de desplazamientos forzados, el reclutamiento de sus hijos para la guerra, la falta de acción del Estado para protegerlo, la muerte de su esposa y uno de sus hijos, el documental ofrece un mensaje de no repetición de la violencia en Colombia.
“Esta película busca reflexionar sobre el pasado del país, para que no se repita. Eso es la justicia especial para la paz. Tenemos que exigir verdad, exigir que a Ciro le cuenten la verdad de lo que pasó con su hijo utilizado en la guerra y si eso sucede, este padre está dispuesto a perdonar. Porque él quiere mirar hacia adelante, construir un futuro para su hijo y su nieta. Al final el documental plantea esperanza”, le dijo Salazar a El Espectador.
(Lea también: Ciro y yo)
Galindo quiere ayudar con su historia a la construcción de un país en paz, para que no haya más personas que sufran la injusticia de una guerra ajena en sus vidas.
“Queremos que quienes se reflejan en lo que he vivido nos acompañen, dialoguemos y organicemos iniciativas que nos permitan alcanzar metas comunes” expresó. De igual manera, le agradeció a todas las personas e instituciones que quieren hacer parte de su proyecto.