Desde este lunes, 15 de marzo, mujeres madres cabeza de familia, de la vereda El Hatillo, municipio de El Paso, Cesar, adelantan protestas y bloqueo de vías de acceso de la empresa palmera Palmagro, solicitando a dicha empresa, así como a las mineras y al Gobierno, respuestas frente a la grave crisis humanitaria y ambiental del sector.
De acuerdo con los reportes de la comunidad, a las 7:15 de la noche el Esmad entró en la zona; las mujeres dicen que están siendo agredidas y golpeadas.
“Hay niños y adultos mayores, personas enfermas que están siendo afectadas por los gases lacrimógenos que nos están lanzando”, aseguró Yolima Parra, integrante de la Junta de Acción Comunal (JAC) de El Hatillo, a El Espectador.
Las más de 1.200 familias que conforman el corregimiento de El Boquerón y la vereda El Hatillo, ubicados en los municipios cesarenses de La Jagua de Ibirico y El Paso, respectivamente, llevan diez años conviviendo con los estragos que ha dejado la explotación de minas de carbón en la zona. Además del daño ambiental, los habitantes han visto cómo su salud se deteriora, por ejemplo, dos lideres de la comunidad han muerto de cáncer de estómago y muchos otros habitantes se han desplazado debido a afectaciones pulmonares y coronarias. Asimismo, la desviación del río Calenturitas fue uno de los impactos más fuertes para la comunidad, pues esto los obligó a buscar el agua a partir de pozos que hacían en sus tierras; estos se secaron por completo por las constantes explosiones en las minas, que removían la tierra, haciendo que el agua se filtrara por las grietas.
Una década también llevan esperando que las mineras Colombian Natural Resources (CNR), Drummond y Prodeco cumplan la resolución 0970 de 2010, con la cual el Ministerio de Ambiente ordenó el reasentamiento de ambas poblaciones, junto con la vereda Plan Bonito, ante los índices de contaminación que podrían afectar la salud de los pobladores. (Leer: La reubicación de El Hatillo que nunca fue)
Además de las afectaciones generadas por las empresas mineras, las comunidades denuncian que la planta de Palmagro ha generado pérdida de recurso hídrico y contaminación en la zona.