La construcción de la Vía de la Prosperidad en el Magdalena sigue causando polémica. Este año la Procuraduría abrió investigación contra el gobernador Luis Miguel Cote, sospechando que hubo irregularidades en el proceso de licitación que le entregó al consorcio Ribera Este el contrato para su construcción por $466.000 millones. Ahora, la Contraloría acaba de advertir sobre los daños ambientales que podría traer la carretera.
Para el ente de control, las obras aprobadas por el Mintransporte afectarán directamente uno de los más importantes complejos hídricos del país: el Sistema Delta Estuarino del Río Magdalena y la Ciénaga Grande de Santa Marta, declarados en 1998 como el primer Humedal Ramsar de Colombia (figura de protección internacional que busca garantizar la salud de inigualables complejos hídricos).
“La obra (Vía de la Prosperidad) pone en grave riesgo las ciénagas, lagos, lagunas y humedales de esta región del país”, dice el control de advertencia. El documento también afirma que a pesar de que esta vía está prevista para que funcione como un dique y defienda al departamento del Magdalena de las inundaciones, su construcción implicará la eliminación de humedad (desecación) sobre esos ecosistemas, trayendo impactos negativos para la flora y la fauna.
A la Contraloría, incluso, no le queda claro cómo esta carretera podrá ser una solución de fondo para las inundaciones, ya que para proteger a las poblaciones que viven cerca del Magdalena se necesitarían otras obras de hidráulica que requerirían grandes inversiones.
Vale la pena recordar que otras obras, como la construcción de las carreteras Ciénaga-Barranquilla y Palermo-Salamina, ya vienen degradando este humedal Ramsar. Las vías han interrumpido el flujo de agua dulce desde el río Magdalena hacia los complejos lagunares, generando degradación de los suelos y pérdida de la biodiversidad, siendo los bosques de manglar una de las especies más afectadas.
La advertencia de la Contraloría se suma a las alertas que ya había presentado el Instituto de Estudios Hidráulicos y Ambientales (Ideha) de la U. del Norte, que desarrolló un informe en el concluyó que la carretera, que se construirá a menos de 500 metros del río, si bien podría detener el agua que inundaría la parte occidental (en el Magdalena), generaría graves inundaciones hacia el lado oriental, en el departamento del Atlántico, afectando a Barranquilla y otros municipios ribereños.