Sincelejo, la capital de Sucre, uno de los departamentos del país más afectados por tragedias antiguas como la violencia guerrillera y paramilitar o nuevas como el desastre causado por el invierno en los dos últimos meses, se apresta desde este viernes 14 de enero a celebrar las tradicionales Fiestas del 20 de Enero en honor al Dulce Nombre de Jesús.
Su realización en esta oportunidad ha sido cuestionada por diversos sectores de la sociedad sucreña, que se oponen a ello en medio de los desastres que deja la cruda ola invernal en 14 de los 26 municipios del departamento.
Y es que a pesar de que las inundaciones no han tocado la capital, esta sí recepciona a las familias desplazadas por las aguas de los caudalosos ríos Cauca y San Jorge, así como de las ciénagas que aún mantienen inundadas muchas viviendas, escuelas, hospitales y centros de salud, entre otras.
“Es que en medio de este desastre natural que golpea al país no hay razón para realizar fiestas y menos las corralejas. Hay que guardar luto, porque estamos de duelo nacional”, dice el abogado e historiador sincelejano Inis Amador Paternina, quien recuperó la fiesta brava después de la tragedia del 20 de enero de 1980, en la que centenares de personas perdieron la vida durante una corraleja y cuya indemnización asumió el Estado y ahora le pasó la cuenta al municipio de Sincelejo, que por no tener recursos suficientes tuvo que hacer un acuerdo de pago con el Ministerio de Hacienda. Aún adeuda $4.000 millones.
La diputada sucreña Luz Ángela Rosales, al igual que sus colegas Arnulfo Ortega López, Manuel David Arrieta, Samira Farak, Álvaro Contreras y Jorge Cury, comparten la posición de Amador, al punto que la primera le envió al ministro Germán Vargas Lleras una comunicación en la que le hace saber que con la cantidad de damnificados que deja el invierno en Sucre, más de 103 mil personas que representan a 28 mil familias, no hay razón para celebrar.
Ante esta avalancha de críticas el alcalde de Sincelejo, Jesús Paternina Samur, dijo que las festividades del 20 de enero sí se realizarán, pero serán solidarias porque gran parte de los recursos que se recauden en los eventos musicales y otros, serán destinados a los damnificados.
Para ello acordaron que los asistentes a los encuentros musicales, que antes eran gratuitos, ahora deberán pagar 3 mil pesos en zona general y $30 mil en VIP, además de llevar un alimento no perecedero que será recolectado por la Cruz Roja y el cobro de una cuota de inscripción a los caballos participantes en la cabalgata, a las comparsas y carrozas.
Algunos ciudadanos, especialmente líderes cívicos, no creen que los ganaderos, que ponen a competir sus toros bravos durante seis tardes taurinas, sean tan caritativos para redireccionar hacia las víctimas del invierno por lo menos $100 mil millones de lo que ganan en esta fiesta que está pactada para 7 mil espectadores sentados en 24 palcos construidos en un área de 110 metros de diámetro.
Poco o mucho, los recaudos solidarios de estas fiestas, que incluyen reinado popular, carrozas, cabalgata y desfile de comparsas, además de una corrida de toros con el diestro sucreño Héctor José, deben servir para reconstruir lo que se llevaron las aguas y que, según los estimativos de la Oficina de Prevención y Atención de Desastres de Sucre (Opades), están cerca de los 9 mil millones de pesos, siendo los sectores viales y de vivienda los que más recursos necesitan para ser mejorados. En la actualidad hay una vía nacional que no funciona por la caída de un puente y unas 20 mil viviendas inservibles, especialmente en los municipios del sur de Sucre, es decir, los de las subregiones La Mojana y San Jorge, donde las aguas se alojan desde junio de 2010.