La alcaldía de Puerto Wilches, en Santander, declaró la alerta roja y la calamidad pública en el municipio, tras el rompimiento del dique en el sector de Vuelta Perico, que causo el desbordamiento del río Magdalena y mantiene en emergencia a por lo menos 5.000 personas de la zona.
Ante la amenaza de que el agua pudiera afectar gran parte del casco urbano, a la zona llegó un equipo de la Unidad Nacional de Riesgo de Gestión (Ungrd) y se trasladó maquinaria amarilla para controlar la inundación.
“Esta era una emergencia anunciada. Desde el mes de noviembre habíamos advertido a la Gobernación de Santander y al Gobierno Nacional sobre la emergencia que se podría presentar en Puerto Wilches, pero se demoraron más de tres meses en adjudicar un contrato para evitar que la muralla colapsara”, dijo Blu Radio el alcalde del municipio, Jairo Toquica.
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Por su parte, el director de la Ungrd, Eduardo José González, señaló que tras consejo extraordinario de gestión del riesgo en el municipio se determinó que por el momento no hay afectaciones en viviendas, pero sí en cultivos, como lo señalan habitantes de la zona, quienes advierten que por la socavación del jarillón se perdieron cultivos de arroz y palma.
“En este momento vamos a empezar a encerrar este hueco que se armó en la zona de Puerto Perico. Hasta el momento no hay afectaciones en viviendas ni humanos. Adicionalmente, viene el inicio de la obra de protección en todo lo largo de este sitio con la maquinaria y recursos cercanos a los $15.000 millones que el Gobierno Nacional ya había destinado”, dijo González.
Sumado a esto, el funcionario señaló que desde noviembre el Gobierno Nacional destinó los recursos, por lo que la licitación se abrió en abril y ya se firmaron las actas de inicio con el contratista y la interventoría. “Trabajamos de manera coordinada entre municipio, departamento y nación y estamos todos asumiendo los mayores esfuerzos. Ya están comenzando las obras, de hecho desde la semana pasada se comenzaron con las batimetrías, con los estudios de suelos y los temas preliminares que deben hacerse desde un inicio”.
Por último, César García, director de Gestión de Riesgo en Santander, aseguró que se instalarán 2.000 bolsas big bag, hexápodos y tubería hincada, para tapar el hueco que se creó por el rompimiento del jarillón, para poder iniciar las obras estabilización.
Esta no es la primera vez que se presenta una emergencia similar en el municipio. En 2008, una creciente del río Magdalena inundó el 90 % de la población, lo que dividió el municipio en dos y dejó damnificadas a 25.000 personas de la zona.
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En junio de 2010, una nueva creciente del río ocasionó el rompimiento de tres murallas, por lo que las veredas de la Paturia, Boca del Rosario, Sitio Nuevo y Carpintero resultaron afectadas. En ese momento se registraron cerca de 300 personas damnificadas, así como la destrucción de cientos de cultivos.