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Los propietarios de un apiario ubicado en la vereda Laguneta, en Montería, denunciaron que desconocidos envenenaron a alrededor de 40 mil abejas, luego de arrojar un insecticida en el lugar. Las pérdidas superan los $20 millones, según uno de los voceros.
Para esta temporada, las abejas están en recolección y los apicultores deben realizar mantenimiento constante en las colmenas. Notaron lo ocurrido cuando se disponían a realizar sus labores cotidianas. Al parecer, la intención de los invasores era una sola: robar la miel que producen los insectos.
(Otras noticias de la región Caribe: Imponen comparendo a "La Madame" por amenazar a periodista).
El gremio asegura que todo fue intencional, ya que encontraron restos del químico en el área afectada. Según Walter Manuel Redondo Arrieta, miembro de la Asociación de Apicultores del municipio, la marca de insecticida que se utilizó fue Lorsban, cuya función es exterminar plagas en cultivos.
En esta misma zona 15 colmenas albergaban 150 mil insectos —10 mil en cada una— y todas sufrieron estragos por el ataque. Además de la pérdida monetaria, se dañó la recolección de 300 kilogramos de miel.
Ciénaga de Oro, área Metropolitana de Montería, atraviesa un momento de máxima producción. Los apicultores interpusieron una denuncia ante la Policía, pero no ha habido un pronunciamiento de las autoridades respecto al caso.
Una situación similar ocurrió a finales de enero en el Valle del Cauca. En la vereda Morro Azul, en el municipio de Sevilla, denunciaron un crimen ambiental: un millón y medio de abejas fueron envenenadas.
Según Julio César Campuzano, dueño de la fábrica El Jardín, los responsables llegaron de noche y vertieron una sustancia parecida al cemento en 15 colmenas, cada una con aproximadamente 100.000 abejas. El resultado fue la muerte inmediata de un millón y medio de abejas, es decir, cerca del 30 por ciento de la población del apiario.