Diez años del crimen del activista Rolando Pérez, aún impune

A Rolando Pérez lo recuerdan cada 23 de febrero sus estudiantes, amigos y familiares por su férrea batalla por los derechos humanos. Pero en este aniversario de su asesinato la desilusión se acentúa por la impunidad que ronda el caso y porque se cumple una década de espera. Diez años han soportado quienes lo quieren tocando las puertas de la justicia para que investigue y se condene al o los culpables. (Lea aquí la historia de Rolando: El día en que la Policía justificó el homicidio de un activista gay por “promiscuo”)

Al activista gay lo mataron en su propia casa en Cartagena el 23 de febrero de 2007 hacia las 7:00a.m., con un martillo ancestral que él mismo compró en el Amazonas, lo golpearon hasta cinco veces en su rostro y las heridas provocadas fueron de hasta 8cm. No le robaron cosas de valor, y el atuendo que iba a usar al día siguiente en su cumpleaños quedó tendido en un sillón. Días antes había recibido amenazas por su activismo. (Activista gay que fue asesinado es recordado con esta carta por su pareja)

Cuando sus amigos llegaron a la escabrosa escena y la Policía estaba afuera acordonando la zona, una declaración desafortunada terminó por empeorar la situación. Sin datos contundentes, apenas viendo el desastre en el lugar y con estereotipos hacia la población gay, el entonces comandante de la Policía de Bolívar, coronel Carlos Mena Bravo, dijo frente a los medios de comunicación que todo indicada que “los móviles fueron absolutamente pasionales por cuanto este ciudadano llevaba una vida desordenada, era promiscuo y, en su condición de homosexual, tenía varias personas como pareja".

La Procuraduría le dio un jalón de orejas al uniformado y dijo que esas afirmaciones podrían entorpecer el caso y le exigió a la Policía "garantizar un comportamiento imparcial de la fuerza pública en las investigaciones".

Pese a este llamado de atención, la institución sigue siendo hoy uno de los principales victimarios de la población LGBTI en la región. De acuerdo con Caribe Afirmativo, organización que se fundó para pedir justicia en el caso de Rolando y que inició la lucha por la diversidad sexual en el Caribe, reporta que en la zona se han registrado más de 145 asesinatos y más de 40 amenazas en los últimos siete años. En más de 50 casos los perpetradores han sido uniformados de la Policía.

Lo más grave del asunto es que en el caso de Rolando hay pocos o casi nulos avances. El proceso se ha mantenido en indagatoria, pasando por el despacho de tres fiscales distintos y enfrentando complicaciones en la labor investigativa.

“La última asignación del caso fue en 2014, a la Fiscalía 47 Seccional de Cartagena, como fiscal destacado en casos de priorización de homicidios sobre población LGBTI de la capital de Bolívar. La expectativa era que esta figura de fiscal destacado diera como fruto la individualización de un presunto autor y su posterior captura. Sin embargo, en lugar de observar avances, se han detectado retrocesos al impedirle a Edgar Plata, quien fue pareja de Rolando hasta el momento de su muerte, ser reconocido como víctima en el proceso o a Caribe Afirmativo vincularse como actor civil popular”, denuncia la organización.

Aunque se insiste en pedirle al ente acusador que progrese en el caso, ya se han dado esfuerzos para que el Sistema Interamericano de Derechos Humanos intervenga en el caso.

A Rolando Pérez lo recuerdan cada 23 de febrero sus estudiantes, amigos y familiares por su férrea batalla por los derechos humanos. Pero en este aniversario de su asesinato la desilusión se acentúa por la impunidad que ronda el caso y porque se cumple una década de espera. Diez años han soportado quienes lo quieren tocando las puertas de la justicia para que investigue y se condene al o los culpables. (Lea aquí la historia de Rolando: El día en que la Policía justificó el homicidio de un activista gay por “promiscuo”)

Al activista gay lo mataron en su propia casa en Cartagena el 23 de febrero de 2007 hacia las 7:00a.m., con un martillo ancestral que él mismo compró en el Amazonas, lo golpearon hasta cinco veces en su rostro y las heridas provocadas fueron de hasta 8cm. No le robaron cosas de valor, y el atuendo que iba a usar al día siguiente en su cumpleaños quedó tendido en un sillón. Días antes había recibido amenazas por su activismo. (Activista gay que fue asesinado es recordado con esta carta por su pareja)

Cuando sus amigos llegaron a la escabrosa escena y la Policía estaba afuera acordonando la zona, una declaración desafortunada terminó por empeorar la situación. Sin datos contundentes, apenas viendo el desastre en el lugar y con estereotipos hacia la población gay, el entonces comandante de la Policía de Bolívar, coronel Carlos Mena Bravo, dijo frente a los medios de comunicación que todo indicada que “los móviles fueron absolutamente pasionales por cuanto este ciudadano llevaba una vida desordenada, era promiscuo y, en su condición de homosexual, tenía varias personas como pareja".

La Procuraduría le dio un jalón de orejas al uniformado y dijo que esas afirmaciones podrían entorpecer el caso y le exigió a la Policía "garantizar un comportamiento imparcial de la fuerza pública en las investigaciones".

Pese a este llamado de atención, la institución sigue siendo hoy uno de los principales victimarios de la población LGBTI en la región. De acuerdo con Caribe Afirmativo, organización que se fundó para pedir justicia en el caso de Rolando y que inició la lucha por la diversidad sexual en el Caribe, reporta que en la zona se han registrado más de 145 asesinatos y más de 40 amenazas en los últimos siete años. En más de 50 casos los perpetradores han sido uniformados de la Policía.

Lo más grave del asunto es que en el caso de Rolando hay pocos o casi nulos avances. El proceso se ha mantenido en indagatoria, pasando por el despacho de tres fiscales distintos y enfrentando complicaciones en la labor investigativa.

“La última asignación del caso fue en 2014, a la Fiscalía 47 Seccional de Cartagena, como fiscal destacado en casos de priorización de homicidios sobre población LGBTI de la capital de Bolívar. La expectativa era que esta figura de fiscal destacado diera como fruto la individualización de un presunto autor y su posterior captura. Sin embargo, en lugar de observar avances, se han detectado retrocesos al impedirle a Edgar Plata, quien fue pareja de Rolando hasta el momento de su muerte, ser reconocido como víctima en el proceso o a Caribe Afirmativo vincularse como actor civil popular”, denuncia la organización.

Aunque se insiste en pedirle al ente acusador que progrese en el caso, ya se han dado esfuerzos para que el Sistema Interamericano de Derechos Humanos intervenga en el caso.