Burlando los sistemas de seguridad disponibles por la visita a Bogotá del ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Bernard Kouchner, un transeúnte se le acercó al canciller galo y sorpresivamente lo saludó en francés, le leyó un poema y ambos terminaron cantando un tema propuesto por el caminante de La Candelaria.
El canciller galo, que desde el principio decidió no subirse a la camioneta disponible para su seguridad sino caminar desde el Palacio de San Carlos hasta la Casa de Nariño, saludó amablemente al transeúnte, al parecer un intelectual que habita el sector de La Candelaria, y juntos se pusieron a cantar.
De igual forma, Kouchner escuchó atento como este personaje, vestigo de traje y sombrero negro, le leyó un poema. Luego, sin que nadie lo abordara por haber violado los esquemas de seguridad, el particular capitalino, que al final se supo se llama Álvaro Cepeda, se marchó sonriente mientras que el ministro francés entró a su reunión con el presidente Álvaro Uribe.