El encuentro que reúne a los defensores de presos inocentes

En Colombia, según cifras oficiales de 2013, existen 120.623 personas pagando condenas en 138 cárceles de diferentes ciudades del territorio nacional. En algunos casos no hay certeza de la culpabilidad de los presos, pero la falta de recursos y herramientas jurídicas impiden que se resuelvan las dudas existentes. Esa fue la razón que hace nueve años llevó al rector de la Universidad Manuela Beltrán, Alfonso Beltrán Ballesteros, a implementar un proyecto, que ya existía internacionalmente, con el propósito de defender a quienes son sentenciados injustamente a pasar sus vidas tras las rejas.

En 2007, luego de tratar de consolidar la idea y observar trabajos similares en el resto del mundo, nació el ‘Proyecto Inocencia’ un laboratorio de Derecho Penal al que ingresan estudiantes de último semestre de Derecho, Investigación Jurídica y Psicología, todos con un elemento común: pasión por el trabajo social.

Para hacer parte de la iniciativa los estudiantes reciben capacitaciones que les sirven como guía a la hora de trabajar con presos e incluso los instruye en técnicas para leer su lenguaje corporal y lograr identificar si mienten o no.

También refuerzan sus conocimientos en Derecho Penal y se preparan para encargarse del proceso que comienza con una entrevista con el condenado o un familiar. Posteriormente se encargan de la revisión del expediente y realizan un informe para revisión de los monitores quienes deciden la viabilidad del caso, dependiendo de cuatro factores esenciales: Que el interno alegue su propia inocencia, que la sentencia condenatoria esté en firme, que pueda ser demostrada ante los jueces mediante nuevas pruebas o hechos nuevos no conocidos o no valorados y que el sentenciado carezca de los recursos económicos necesarios para contratar los servicios de un abogado de confianza.

Estos parámetros son los que han permitido que el proyecto se mantenga durante estos ocho años. “La iniciativa es financiada 100% por la Universidad, nosotros no buscamos ningún beneficio propio, lo hacemos por compromiso”, afirma Francisco León Rueda, abogado asesor de la organización y quien ingresó en 2007 siendo un estudiante.

A lo largo de estos años el ‘Proyecto Inocente’ ha logrado que nueve hombres recuperen la libertad y actualmente esperan la decisión en dos procesos más. El caso de Colombia es el más exitoso de la región, pues la iniciativa funciona en 10 países de América Latina.

El grupo de trabajo está conformado por 15 estudiantes y un nutrido grupo de profesores que han identificado uno de los principales problemas de las condenas a inocentes: se dan en ausencia del sindicado o por obstrucción de la justicia a la hora de recolectar las pruebas.
Este viernes a las 8 de la mañana el alma mater abrirá sus puertas para que expertos de Estados Unidos, Costa Rica, Perú, Argentina y Chile compartan sus experiencias sobre los casos de personas que han pasado hasta 20 años en las cárceles por causas injustas.

En Colombia, según cifras oficiales de 2013, existen 120.623 personas pagando condenas en 138 cárceles de diferentes ciudades del territorio nacional. En algunos casos no hay certeza de la culpabilidad de los presos, pero la falta de recursos y herramientas jurídicas impiden que se resuelvan las dudas existentes. Esa fue la razón que hace nueve años llevó al rector de la Universidad Manuela Beltrán, Alfonso Beltrán Ballesteros, a implementar un proyecto, que ya existía internacionalmente, con el propósito de defender a quienes son sentenciados injustamente a pasar sus vidas tras las rejas.

En 2007, luego de tratar de consolidar la idea y observar trabajos similares en el resto del mundo, nació el ‘Proyecto Inocencia’ un laboratorio de Derecho Penal al que ingresan estudiantes de último semestre de Derecho, Investigación Jurídica y Psicología, todos con un elemento común: pasión por el trabajo social.

Para hacer parte de la iniciativa los estudiantes reciben capacitaciones que les sirven como guía a la hora de trabajar con presos e incluso los instruye en técnicas para leer su lenguaje corporal y lograr identificar si mienten o no.

También refuerzan sus conocimientos en Derecho Penal y se preparan para encargarse del proceso que comienza con una entrevista con el condenado o un familiar. Posteriormente se encargan de la revisión del expediente y realizan un informe para revisión de los monitores quienes deciden la viabilidad del caso, dependiendo de cuatro factores esenciales: Que el interno alegue su propia inocencia, que la sentencia condenatoria esté en firme, que pueda ser demostrada ante los jueces mediante nuevas pruebas o hechos nuevos no conocidos o no valorados y que el sentenciado carezca de los recursos económicos necesarios para contratar los servicios de un abogado de confianza.

Estos parámetros son los que han permitido que el proyecto se mantenga durante estos ocho años. “La iniciativa es financiada 100% por la Universidad, nosotros no buscamos ningún beneficio propio, lo hacemos por compromiso”, afirma Francisco León Rueda, abogado asesor de la organización y quien ingresó en 2007 siendo un estudiante.

A lo largo de estos años el ‘Proyecto Inocente’ ha logrado que nueve hombres recuperen la libertad y actualmente esperan la decisión en dos procesos más. El caso de Colombia es el más exitoso de la región, pues la iniciativa funciona en 10 países de América Latina.

El grupo de trabajo está conformado por 15 estudiantes y un nutrido grupo de profesores que han identificado uno de los principales problemas de las condenas a inocentes: se dan en ausencia del sindicado o por obstrucción de la justicia a la hora de recolectar las pruebas.
Este viernes a las 8 de la mañana el alma mater abrirá sus puertas para que expertos de Estados Unidos, Costa Rica, Perú, Argentina y Chile compartan sus experiencias sobre los casos de personas que han pasado hasta 20 años en las cárceles por causas injustas.