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El ave galliforme de pico azul ha perdido cerca del 88% de su hábitat original por la ganadería, vías y cultivos ilícitos, lo que hace más difícil su vida.
En la labor por aumentar la cantidad de la especie endémica de Colombia, la Fundación Proaves desarrolla acciones para salvarla. Esta fundación ha adquirido 3.300 hectáreas entre los departamentos de Santander y Boyacá, en el Magdalena Medio, zonas vitales para el ave que se encuentra a un paso de la extinción según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El ave que habitaba desde la Sierra Nevada de Santa Marta, la zona baja del Magdalena Medio incluyendo la Serranía de San Lucas y los ríos Sinú y San Jorge, a pesar de estar en riesgo, los programas parecen estar dando resultado, pues pueden verse más en las cámaras de la reserva según dice Alejandro Grajales, subdirector de Áreas Protegidas de Proaves a la cual corresponde la Reserva Natural de las Aves El Paujil.
El paujil fue usado para comercio ilegal de fauna, de mascota en casas y fincas y cazado por mucho tiempo. Hoy en día en acciones educativas con la comunidad, afirma Grajales, se les hace ver que es una "especie paraguas", al conservarlas a ellas, también se conservan otras especies y sus hábitats de manera indirecta.