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Víctor Manuel Fajardo, presidente de Fabegan (Federación de Ganaderos de Boyacá), señaló que ya son más de 40 días en los que el sector ganadero del departamento de Boyacá ha experimentado impactos negativos a causa de los cambios en las condiciones climáticas de la región. Asimismo, indicó que, aunque algunos ganaderos y productores tomaron las precauciones necesarias, otros tienen dificultades para alimentar al ganado.
“Los suplementos alimenticios pueden ser silos (cápsulas que almacenan granos), que normalmente se producen en la zona de trópico bajo del país, y harinas de trigo y otros cereales. Incluso la papa que en estos momentos está en una oferta que permite que sea utilizada para alimentar ganado”, dijo Fajardo.
Sin embargo, la compra de insumos y suplementos alimenticios representan un costo para la producción, teniendo en cuenta que aún faltan dos meses de sequía.
Por otra parte, denunció que el sector ganadero se ha deteriorado desde hace varios años, por ejemplo, con el negocio de los lácteos.
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En una publicación realizada en diciembre de 2018, Carlos Jairo Gómez Torres, representante de los ganaderos de los Departamentos de Cundinamarca y Boyacá señaló que, pese a que el precio pagado al productor es relativamente alto en comparación con otros países, el costo de producción también se posiciona entre los más altos a nivel mundial.
“Estamos trabajando en función de llamar la atención al gobierno nacional y al gremio nacional Fedegan (Federación Colombiana de Ganaderos), para que se implementen propuestas con el fin de atenuar estos problemas y que ojalá se llegue nuevamente a tomar medidas consistentes en el establecimiento de bodegas que sirvieron durante varios años para depositar alimentos para los animales y así evitar dificultades”, expresó Fajardo.
De acuerdo con un informe realizado por Fedegan, para la adaptación de sistemas bovinos y agropecuarios al cambio climático, se recomienda desarrollar cultivos que requieran menos agua y humedad en los suelos, incrementar la materia orgánica en la tierra para retener más líquido, reducir la labranza de suelos, e implementar sistemas de fertilización e irrigación.