
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La Fundación Ideas para la Paz (FIP), en su más reciente informe, titulado "¿Qué hacer con el Eln? Opciones para no cerrar la puerta a una salida negociada", hizo una radiografía de cómo opera la guerrilla más grande del país.
La FIP expuso la actualidad del Eln retrocediendo hasta 2017, en los primeros pasos del desarme, desmovilización y reincorporación de excombatientes de la Farc, cuando más de 1.000 personas se unieron a las filas "elenas", reanudando así una expansión territorial tal, que hoy se habla de la militancia de entre 4.000 y 5.000 personas en esa guerrilla.
Asimismo, este informe muestra que "el Eln ha logrado llegar a regiones donde en el pasado no tenía presencia y en las que antes operaban las Farc". Muestra de ello, es la actividad criminal que realizan en el nordeste antioqueño, el Bajo Atrato (Pacífico norte) y algunas regiones de Nariño, considerados como asentamientos históricos fundamentales para las Farc y con un declive en su influencia por parte de las disidencias de las Farc, especialmente el Frente Óliver Sinisterra.
Los esfuerzos colectivos de esta guerrilla para posicionar sus proyectos políticos y sociales los han llevado a trasladar sus estrategias de manera masiva al sur del Cauca y en la región del Arco Minero del Orinoco, comprendido entre algunos municipios de Arauca, Vichada y Guainía (además de un par de estados al occidente de Venezuela).
También le puede interesar: Capturan a "Ilder", miembro del Eln que causaba terror en Hacarí (Catatumbo)
Estructura y financiación
La FIP precisó en este documento que a pesar de que los frentes siguen teniendo cierto grado de independencia ante el Comando Central (Coce), en cuestiones de operatividad, los lazos comunicacivos entre distintos comandantes se han fortalecido, aunque se desconoce de la actual posición de algunos mandos medios frente a unos eventuales diálogos con el Estado. "Hay evidencia de que Pablito mantiene comunicación con otros comandantes, como alias Fabián, del Frente de Guerra Occidental, y alias Ariel, jefe del Frente Urbano Nacional y miembro del Coce. Sobre alias Cucho o Antonio, jefe del Frente de Guerra Suroccidental, se desconoce su postura frente a una posible negociación", reza una parte del informe.
Algo que se considera como un cabo suelto en esta red guerrillera es el papel de alias Antonio García, porque su falta de comunicación con Pablito hace pensar a esta entidad que sus estrategias cambiaron para convertirse en una de las líneas más radicales del Eln.
Sin embargo, este estudio de campo detalla que hay un debilitamiento latente de su línea política, en tanto que hay "algunas estructuras del Eln tienen mayor acceso a recursos provenientes de economías ilegales". Por ejemplo, en lo asociado al narcotráfico (recurso que históricamente no era utilizado por sus ideas fundacionales inspiradas en la teología de la liberación), dentro de las estadísticas de la FIP se concluyó que el Eln tiene una fuerte influencia en siete de los diez municipios con mayores hectáreas de coca. Estos son: Tarazá (Antioquia); El Charco y Barbacoas (Nariño); El Tarra, Tibú y Sardinata (Norte de Santander) y El Tambo (Cauca). De estos lugares, los datos cuantificados muestran que Tibú es el departamento con más cultivos de coca (2019), con un alza exponencial desde 2015, teniendo un total cercano a las 16.000 hectáreas.
En el campo de la minería ilegal, en un trabajo mancomundado con la Defensoría del Pueblo, se especificó que "el Eln exige el 5% de la producción de oro diaria a los mineros, y en otros impone un cobro por cada mina ilegal que se encuentre en uso", especialmente en Nariñño, sur del Cauca y Bolívar.
Las amenazas a la población se multiplicaron
Para la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), en 2018 los desplazamientos forzados por el Eln aumentaron en un 138 %, respecto al año anterior. La FIP mostró que además de este flagelo, los reclutamientos forzados a menores entre los 14 y 17 años, pertenecientes a grupos migrantes e indígenas, en la zona fronteriza con Venezuela están vigentes. Además, la instalación de minas antipersonales para proteger sus campamentos.
¿Se pueden retomar los diálogos entre el Estado y el Eln?
La FIP presentó cinco recomendaciones para pensar en posibles transiciones a una paz negociada. Para la entidad, a pesar de que el panorama es turbio, bien sea por los múltiples atentados de este grupo a locaciones policiales, militares y civiles o por el talante del Gobierno actual, las posibilidades de diálogo no se pueden dejar a un lado. El documento sugiere explorar la generación de medidas de confianza y desescalamiento de la confrontación armada; la implementación de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial como centro de la agenda social; el replanteamiento sobre las estrategias diplomáticas con el régimen de Nicolás Maduro; el otorgamiento de papeles protagónicos a terceros moderados; y formular fases de exploración, como las que en su momento se realizaron con las Farc.
El informe concluye con un mensaje en el que se invita a las partes (Gobierno y Eln) a acercarse mediante gestos de confianza, para trabajar en procesos que los llevará el tiempo, la prudencia, la paciencia y el pragmatismo.