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Las procesiones de la Comuna 2 no son las mismas que se realizan en el centro histórico de Popayán. Después del terremoto de 1983, Bello Horizonte, uno de los principales barrios de esa comuna, decidió hacer su propia Semana Santa.
La ruta de los buses pasaba lejos de sus casas, los síndicos de los pasos (aquellos que llevan las figuras y representan las imágenes del Viacrucis) seguían siendo descendientes de familias prestantes, a pesar de que la periférica Comuna 2 (de las nueve que hay en Popayán) también tuviera la devoción, el fervor y el deseo de cargar sobre sus hombros las andas de los pasos.
La Junta del Santo Eccehomo de esta comunidad reunió las tres imágenes que reposaban en la iglesia La Sagrada Familia, y desde ese tiempo empezaron a alumbrar a sus santos. “Los desfiles sacros inicialmente se realizaban los días jueves y viernes; ahora ya tenemos desfile el Domingo de Ramos, y desde el miércoles santo hasta el Domingo de Resurrección”, cuenta Albeiro Villaquirán Arcos, presidente de la Junta Pro Semana Santa del barrio Bello Horizonte.
Los pasos ya son 12 y la distancia entre el centro y la periferia parece ser cada vez más corta, pero distante a la vez. Los buses ya recorren el mal llamado asentamiento, que está ubicado en el norte de la ciudad. Pero las imágenes que desfilan elegantes en la procesión del centro de Popayán, con el Señor de la Veracruz o el Amo Jesús del siglo XVIII, sólo se acercan en el nombre a los santos del barrio Bello Horizonte, tallados en Quito, Ecuador, hace 30 años, sin joyas de oro, ni piedras preciosas ni plata brillante.
¿Qué opina la Junta Pro Semana Santa del centro de que se realicen otras procesiones alternas a las tradicionales? Fabio Humberto García Carvajal, miembro de esta organización, responde: “Me parece que eso es positivo porque quiere decir que el mensaje que se está llevando la gente, es un mensaje de amor a Dios, de recogimiento, de regocijo”.
Las procesiones en otros barrios de la ciudad se han incrementado en la última década. Los barrios José María Obando y Las Américas realizan procesiones chiquitas (infantiles), y los yanaconas tienen su propio ritual. Las razones son varias. El profesor de filosofía Rafael Rosero cree que “lo que la Semana Santa del centro representa para la gente de Bello Horizonte, por ejemplo, no tiene el mismo sentido para ellos, en tanto que consideran que la forma de celebrarla, su estructura, como es concebida, los margina”.
Sin embargo, el historiador de la Universidad del Cauca Eduardo Gómez no lo considera así: “La tradición religiosa no tiene estratos, ni localización fija; es algo generalizado y antiquísimo. Al crecer la ciudad, lo mas genuino de una comunidad católica es localizar sus sitios de ritual y efectuar sus tradiciones”. De hecho, en la noche, después del terremoto de 1983, en medio de las ruinas, la gente trazó el croquis de sus barrios y dentro de ellos señaló el puesto de salud, la escuela y la capilla en casi todos los sectores de Popayán.
La comunidad de Bello Horizonte ha denominado sus procesiones de Semana Santa como un patrimonio local, religioso y cultural que aporta a la tradición payanesa. Monseñor Iván Marín, arzobispo de la ciudad, ha estado dos veces reunido con esta junta, pero nunca ha participado de los desfiles sacros y los únicos delegados de la Iglesia católica siguen siendo los párrocos que llevan años en las iglesias de la Comuna 2, trabajando con la comunidad.