Indígenas wualinays y migrantes venezolanos viven en un predio cerca del aeropuerto, en zona rural de la capital de La Guajira.
Jose Vargas Esguerra
La migración empezó hace tres años. En principio eran 50 familias, pero ya son 200 y aunque la convivencia no ha sido fácil, líderes de la zona aseguran que han aprendido a dirimir las disputas mediante la autoridad.
Jose Vargas Esguerra
Las vías de acceso a la zona rural de Riohacha se inundan cuando llueve y los caminos parecen arroyos, la falta de alcantarillado aumenta las aguas estancadas y la proliferación de insectos, hay poco acceso a los servicios públicos y la atención en salud es precaria.
Jose Vargas Esguerra
La Cruz Roja ha llevado brigadas de salud en las que es común encontrar enfermedades periodontales, respiratorias como el covid-19, faringitis, rinitis y neumonía, así como es recurrente la desnutrición en los niños.
Jose Vargas Esguerra
“Traen a los niños porque tienen vómito, diarrea o enfermedades gástricas que resultan ser porque no tienen agua potable ni sitios para el manejo de excreción”, dijo Ángela Gallego, epidemióloga de la Cruz Roja.
Jose Vargas Esguerra
Entre la población, se hizo el diagnóstico y entrega de medicamentos. Además, les prestan atención odontológica, pediatría, ginecobstetricia y vacunación.
Jose Vargas Esguerra
Si bien la Cruz Roja tiene unas Unidades de Atención en Salud e IPS, que atendieron a 39.432 personas a octubre de este año en Riohacha, la entidad encontró que la demanda en el municipio es muy alta.
Jose Vargas Esguerra
Pese a estos esfuerzos por remediar las necesidades insatisfechas que el Estado no cubre, La Guajira sigue siendo uno de los departamentos del país más rezagados en su infraestructura de salud y de servicios públicos.